Si hace unas semanas celebrábamos el nacimiento de Goya y contábamos como fue testigo de la Guerra de la Independencia contra los
franceses, ahora toca la conmemoración del bicentenario del fallecimiento de
Napoleón Bonaparte.
Para muchos Napoleón fue uno de los mayores genios
militares de la historia, un brillante
legislador y administrador, el que sentó las bases de la guerra moderna, quien
fijó las conquistas de la Revolución Francesa y
llevó a Europa a la Edad Contemporánea. Para otros fue un dictador que
traicionó la misma Revolución y cuyas batallas costó la vida a millones de
personas.
Combatió en la Revolución Francesa, dio un golpe de
Estado el 9 de noviembre de 1799 (18 de Brumario) que acabó con el Directorio
para convertirse en Primer Cónsul, creo la Constitución napoleónica del año
1800 y se autoproclamó Emperador en 1804 poniéndose él mismo la corona y
coronando a Josefina en Notre Dame.
Coronación de Napoleón. Jacques Louis David. Foto: Wikipedia. Dominio Público. |
Durante más de una década su genio como estratega y
estadista convirtió al ejército francés en una máquina de guerra que conquistó buena
parte de Europa. Sus tropas, además, arramblaron con todas las piezas de arte
que pudieron llevarse para formar parte del museo del Louvre e intentaron
destruir otras muchas. Ya hablamos de lo que hizo en Venecia o España. Se apropió de la Gioconda y la colgó en
su palacio. Estaba obsesionado con los objetos de poder, se apropió del retablo
de El Cordero Místico de Gante y
ambicionó la lanza de Longinos. Admirador de Alejandro Magno y Julio César, los
emuló pasando una noche en el interior de la Gran Pirámide.
Su plan para conquistar la Península Ibérica no salió
como esperaba, pues los españoles y portugueses organizaron una lucha de
guerrillas que obligó a Napoleón a dedicarles mayor contingente del que
esperaba. Llevó un ejército de medio millón de hombres a Rusia, pero allí les
obligaron a adentrase en las heladas estepas y las tropas regresaron diezmadas
y abatidas.
Después de lo ocurrido en Rusia, toda Europa se levantó contra Napoleón que tuvo que abdicar tras su derrota en la batalla de
las Naciones en 1813. Pero en marzo de 1815 desembarcó en la Costa Azul
dispuesto a recuperar la corona. Es muy significativo leer los titulares del
periódico El Monitor contando como
Napoleón se acercaba a la capital: comenzaba como “El ogro sanguinario de
Córcega abandona su prisión” y va suavizando los adjetivos hasta acabar en un
titular muy diferente cuando alcanzaba París “Su majestad imperial llega a la
capital de sus Estados en medio de sus fieles”. Fue conocido como Imperio de los Cien Días hasta que fue
derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo y desterrado a la isla de
Santa Elena donde falleció en 1821.
VIII
centenario del nacimiento de Alfonso X.
Murcia y Toledo son algunas de las ciudades que están
conmemorando el nacimiento de Alfonso X, el sabio. Estos homenajes comenzaron
en septiembre de 2021, cuando Murcia los inauguró con la fiesta de Moros y
Cristianos, y durarán hasta junio de 2022. Habrá exposiciones, conferencias y
talleres.
Escultura de Alfonso X, el sabio en la Biblioteca Nacional (Madrid) Foto: Luis García. Wikipedia. |
Alfonso centró su actividad en la (re)conquista del
territorio peninsular que dominaban los musulmanes y en la repoblación de las
tierras. En sus Partidas los
musulmanes y los judíos no salían muy bien parados, pero, a la hora de la
verdad, la mayoría de sus colaboradores en el ámbito cultural eran judíos.
En el siglo XIII se ampliaron las especies cultivadas,
se mejoró el comercio, la fabricación textil y se generalizaron los mercados
gracias a lo aprendido de los musulmanes.
Alfonso X vio todo el saber que podían aportar los judíos y musulmanes al que ya poseían los cristianos. Le interesaba muchísimo la astronomía: durante su reinado se tradujeron diversas obras y los astrónomos judíos Ishaq ben Sid y Yehudé ben Mosé crearon las Tablas astronómicas alfonsíes. Quiso que se estudiara historia (impulsó una compilación de Historia Universal que solo alcanzó al siglo I después de Cristo y la Primera Crónica General de España que llegaba hasta la época de Alfonso VIII y donde se aprecia la importancia que tiene en nuestra historia la convivencia de las tres religiones). También se sentía atraído por la música, el ajedrez, el arte gótico y el islámico. Apoyó los estudios de ciencia y medicina con la publicación de Historia naturalis de fray Juan Gil de Zamora, donde se siguieron enseñanzas de los médicos de la antigüedad clásica y los árabes. Fundó varias cátedras que ayudaron a encumbrar a la Universidad de Salamanca. Se preocupó por la lengua procurando la traducción y creación de textos en castellano y apoyando a la escuela de Toledo. Pero consideraba que el gallego era la lengua más poética y su gusto se inclinaba hacia la lírica galaicoportuguesa. Las obras más famosas de su época fueron las Cantigas, de las que se le considera autor. Hoy en día está probado que él mismo compuso al menos diez de ellas.
VIII
centenario de la construcción de la Torre del Oro de Sevilla.
Es una torre albarrana a orillas del Guadalquivir que
se edificó por orden del gobernador almohade Abù I-Ulà como parte de las
defensas de la ciudad. Su inició en 1220 y las obras finalizaron en febrero de
1221, cinco meses antes de que se pusiera la primera piedra de la catedral de
Burgos. Ambas construcciones son coetáneas y están de cumpleaños.
Torre del Oro. Foto: Martinvl. Wikipedia. |
Varias son las leyendas sobre el nombre de la Torre
del Oro: algunos afirmaban que se debía a que estaba cubierta de azulejos que
reflejaban el sol, otros que allí se guardaba el oro que traían de América,
pero ninguna de las dos versiones es verdadera. Parece ser que brillaba por el
mortero de cal y paja que la componía.
Fue capilla de San Isidoro y más tarde prisión.
Durante la Revolución de 1868 se demolieron las murallas de la ciudad y, como
la torre presentaba mal estado, también se pensó en destruirla, pero era ya un
símbolo para los sevillanos que consiguieron salvarla y se restauró.
En la actualidad alberga el Museo Naval de Sevilla. Y, una última curiosidad, existe la Torre de la Plata que también formaba parte de las defensas de la ciudad y que Alfonso X llamó en su crónica torre de los Azacanes.
12 comentarios:
Muy interesante MJ.
Aunque los temas bélicos no me gustan, sí que todo el mundo reconoce que Napoleón fue un gran estratega y un gran militar. Prefiero el legado de Alfonso X que fue capaz de dasse cuenta de todo lo que podían aportar otros para la cultura y el conocimiento, lo importante es sumar el conocimiento, venga de donde venga.
Un beso
Hola, Conxita C. a mí tampoco me gustan los temas bélicos, por eso de Napoleón he contado cosas curiosas como su afán por reunir arte a cualquier precio y emular a sus héroes pasando la noche en la Gran Pirámide. De eso no nos suelen hablar.
Alfonso X también tiene una trayectoria guerrera importante, pero me gusta que se le recuerde por su labor cultural.
Y bueno, ya que hemos celebrado la historia de la catedral de Burgos, pues me resultó curioso que a la vez se terminara de construir algo tan diferente como la Torre del Oro.
Gracias por pasarte por el blog y dejarme tus impresiones.
Un beso.
Muy interesante. No sabía lo de la destrucción de las murallas de Sevilla y que la torre iba por ese camino y fue salvada. ¿Y la otra torre dónde está?.
La Torre del Oro es espectacular
La torre del oro es hermosa inolvidable
Wilma
Muy interesante la historia, además de ser muy bonita
Que maravilla
Bellisima torre del oro
Hola, Mariví. Ya ves, Sevilla ha sido una de las ciudades que han perdido sus murallas a lo largo del tiempo. Por suerte salvaron la Torre del Oro, sí. La Torre de la Plata se encuentra en la calle Santander (Sevilla) pero no es exactamente igual a la del Oro, porque a esta última se le añadieron elementos a lo largo del tiempo.
Gracias por comentar.
Sí, la Torre del Oro es bonita y llama mucho la atención a orillas del Guadalquivir. Gracias por el comentario, Gloria.
Me alegro que te guste tanto la Torre del Oro, Wilma. Gracias por pasarte por aquí.
Muchas gracias por tu comentario, Patricia. La historia siempre me parece interesante, por eso me gusta escribir sobre ella y me alegro que también te guste a ti.
Gracias por tu comentario, Josefa.
Me alegro que a muchos os haya gustado la historia de la torre del oro.
Gracias por comentar, Isabel.
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