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sábado, 27 de mayo de 2017

Diario de viaje: Albufeira, Lisboa y Cascais III. Castillo de San Jorge, Rua Augusta y Plaza del Comercio.




La ciudad del viento

Una de las calles que suben al castillo.
Tengo que volver a Lisboa. Una ciudad preciosa que recomendaré siempre. Pero para mí, y hasta que no me demuestren lo contrario, Lisboa es la ciudad del viento. En los días que pasamos allí un fuerte viento nos acompañó a todas partes, con sus ráfagas y furia nos refrescó del calor del mediodía, nos heló por la noche, nos siguió por las calles empinadas, subió al castillo de San Jorge y nos golpeó en la Praça do Comércio.



Peligro en el castillo

Nuestra siguiente parada fue el Castelo de São Jorge. Fue una dura subida hasta la parte más alta de la ciudad, pero en todo el camino nos sentimos como en casa, ya que había españoles por todas partes. Ese día había fiesta y las calles estaban adornadas. 

Murallas y torres del Castillo de San Jorge.

Después de pagar nuestra correspondiente entrada traspasamos las puertas de tan magnífica fortaleza y nos encontramos con un patio interior con unas vistas impresionantes. A nuestros pies podía divisarse la maravillosa Praça do Comércio, la Rua Augusta y el estuario en todo su esplendor, el puente más famoso de Lisboa, el 25 de abril, (que utiliza Mapfre como imagen) con su silueta recortada al viento y en la otra orilla, Cristo Rei con los brazos abiertos dándote la bienvenida.

Vistas de Lisboa desde el castillo de San Jorge.

Aquí puede apreciarse lo bajos que son los muros.
En lo alto de la más alta torre, con los muros más pequeños y dos precipicios a los lados, el viento soplaba con furia y tuve que agarrarme a la pared mientras caminaba por el estrecho pasillo, como en las películas donde el protagonista hace equilibrios sobre la cornisa de un edificio. Sobra decir que no me atreví a sacar la cámara para inmortalizar el peligroso momento. Pero tengo que confesar que pasé miedo.

Somos santos mas nem tanto

Vista de la Rua Augusta.
Después de reponerme del susto y bajar diligentemente del castillo nos encaminamos a la Rua Augusta, la calle principal de Lisboa. Esta vez el camino era cuesta abajo por lo que se hizo más llevadero.

Me  habían contado que el tráfico en la ciudad era un caos, pero yo lo percibí más como la forma de conducir de algunos pueblos, donde los que van al volante son capaces de cederte el paso aunque el semáforo indique lo contrario. No es que el portugués conduzca mal, es que es muy caballeroso.
El tranvía de "somos santos mas nem tanto".

Fue en uno de los semáforos de la rua Augusta donde vi mi primer tranvía. De repente una emoción me embargó y me encontré dando saltos de alegría, sí, literalmente, para luego preguntarme por qué me alegraba tanto. Pero la realidad es que nunca le había hecho mucho caso a los tranvías hasta que los vi en Lisboa.  Poco después, en otra calle, encontré uno que me gustó mucho y que fotografíe. Tenía el anuncio de una cerveza y el eslogan me encantó: “somos santos mas nem tanto”.
  

La preciosa y enorme Plaza del Comercio.
   

La Plaza del Comercio está abierta al estuario del Tajo.
La rua Augusta es una calle preciosa, llena de edificios bellos y de tiendas. A lo lejos se dibuja el arco del triunfo que enmarca la entrada a la Praça do Comércio. La plaza es una autentica belleza y quedé enamorada de sus vistas. De los cuatro lados que debe tener una plaza, el cuarto era mar, más concretamente en el cuarto podías llegar hasta el estuario donde se unen el río Tajo y el océano. Allí nada es cortante, simplemente una rampa te permite acercarte cuanto quieras hasta la orilla y si te atreves (algas y visos de contaminación) puedes tocar el agua. 

El fantasma del hotel.

Por la noche nos encerramos en la habitación de nuestro “maravilloso” hotel. Tengo costumbre de cerrar con un portazo y después echar el cerrojo y eso fue lo que hice aquella noche. Sin embargo, rato después, al ir al baño, comprobamos que la puerta estaba abierta y tanto que podía verse buena parte del pasillo. Nos quedamos desagradablemente sorprendidas, nos asomamos, pero no había nadie. Cerramos de nuevo con un portazo y pusimos el cerrojo, pero durante toda la noche nos asaltó la misma pregunta: ¿cómo se había abierto la puerta sola?

A la mañana siguiente, tras apagar el despertador, la maravillosa televisión plana se encendió sola, otra sorpresa desagradable, sin embargo pensamos que estaría programada para encenderse a esa hora y lo dejamos pasar.


¿A dónde va el autobús?

Aquella mañana nos dirigimos hacia el barrio de Belém, donde estaban algunos de los monumentos más importantes de la ciudad y una pastelería del siglo XIX donde se elaboraba los verdaderos pasteles de Belém.

Vista de la Plaza del Comercio con los tranvías que la transitan.

Lisboa es una ciudad muy bien comunicada, sin embargo, para un extranjero los medios de transporte se convierten en un caos. Es conveniente sacarse una tarjeta válida para un día que te permita viajar en diferentes medios de transporte. Así lo hicimos y siguiendo las indicaciones fuimos a la Praça Marquês de Pombal  y nos montamos en el autobús que iba hacia Belém. El trayecto fue largo. Junto a mí, una portuguesa de mediana edad miraba extrañada por la ventanilla. Parecía desorientada y aturdida. Comenzó a expresar sus pensamientos en voz alta y entre la retahíla de palabras entendí que había ido a Belém en otra ocasión pero el autobús no había seguido esa ruta. Preocupada le preguntó a una señora mayor, que blandía una barra de viena en el brazo y se colocaba junto a la puerta de salida.

-¿Este autobús va a Belém?- creí entender que le preguntaba.

 -¿Belém? Não, não.

La respuesta me alertó tanto como a mi compañera de asiento. Miré a Migue que estaba al otro lado del pasillo y le dije que me parecía que nos habíamos equivocado de autobús. Migue sacó su maravilloso GPS y comenzó a calcular la ruta y mirar los nombres de las calles por las que pasábamos.

Mi nueva amiga se dio cuenta de que nosotros también íbamos a Belém y me comentó que la señora decía que nos habíamos equivocado y que ella, que había viajado a Lisboa en otra ocasión, no recordaba haber pasado por allí para ir al famoso barrio. Todo esto en portugués por lo que concluyo que soy un hacha comprendiendo idiomas ajenos. A la señora de la barra de viena, sin embargo, no le entendí más que el movimiento negativo de cabeza.

-Sí, vamos a Belém- dijo Migue una vez que localizó en el GPS la ruta que seguía el autobús.

-Vamos a Belém- (pastores) le dije a mi compañera.

La señora del pan negó con la cabeza y bajó en la siguiente parada.

-Voy a preguntar al conductor- dijo mi amiga levantándose y dirigiéndose a la parte delantera del autobús.

La vi hablar un rato con el conductor, pero cuando regresó volvió a sentarse a mi lado sin pronunciar palabra.

-¿Vamos a Belém?- pregunté. Ella no me contestó - ¿Bus a Belém? Sí, Belém.

Cuando obtuve su respuesta me di cuenta que había gastado todo mi poder de comprensión en las anteriores frases y no le entendí una sola palabra. Insistí, pero seguí sin entender un “sí” o un “não”.

miércoles, 17 de mayo de 2017

El Festival de Eurovisión 2017: impresiones y resultados.


El Festival de la canción de Eurovisión nació en 1956 con la idea de estrechar lazos entre los países europeos. En aquella época el continente seguía intentando reconstruirse tras las guerras y los motivos de unión y reunión eran bienvenidos. A día de hoy, el famoso festival sigue celebrándose, contando cada vez con más países participantes, pero también con más detractores que lo consideran algo desfasado y sin valor musical.

https://www.saberespractico.com/banderas-2/banderas-paises-de-europa/


Tal y como contábamos, el Festival de Eurovisión 2017 se ha celebrado en Kiev (Ucrania) no exento de polémica, como suele ser habitual. En este caso el tira y afloja que han mantenido Ucrania y Rusia por la cuestión de Crimea ha impedido que la cantante rusa pisara suelo ucraniano y este país se ha quedado sin participar este año en el festival.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Ukraine_Eurovision.png
Todas las galas de Eurovisión suelen hacer un despliegue de tecnología espectacular para que la puesta en escena de los diferentes países, lo que actualmente cobra la máxima importancia, brille de forma deslumbrante. Ucrania no se ha quedado atrás y ha puesto a disposición de los cantantes unas impresionantes pantallas donde se proyectaban desde los fuegos artificiales más largos emitidos durante una actuación, hasta la imagen de la Tierra vista desde el espacio. La organización del evento ha costado 50 millones de euros y, como ocurre casi todos los años, los beneficios no alcanzan ni la mitad del dinero invertido. A los tres presentadores, todos hombres, se les ha criticado su pobre nivel de inglés y su encorsetamiento, aunque ellos se esforzaran por explicarnos en clave de humor el duro entrenamiento al que se habían sometido para conducir una gala que vieron más de 200 millones de personas. El espectáculo fue  seguido por los 42 países que competían este año, más otros muchos que no participan (buena parte de América por el canal internacional de TVE y algunos países asiáticos). Se realizaron dos semifinales previas para decidir qué países pasaban a la gran gala final donde también compiten los llamados Big 5, que no tienen que pasar este filtro (como por ejemplo,  España). Pero que no se crea nadie que solo los países europeos pueden cantar en este festival, Israel, por ejemplo, es un habitual que lleva mucho tiempo participando y, algunos años se ha invitado a un país a presentarse como por ejemplo a Australia en 2015, con motivo de la celebración del 60 aniversario del festival y la fidelidad con la que los australianos han seguido durante 30 años el evento aunque no compitieran en él. Fue tal el éxito que cosechó que ahí sigue, aunque esté en nuestras antípodas.

Este año la gala la abrió Israel, el primero de los 26 países que cantaron en la final del festival. Bielorrusia celebraba el 800 aniversario de la fundación de su país cantado por primera vez en su idioma, el representante de Austria nos miraba embelesado mientras entonaba su bonita canción sentado en la luna, tres novias con el micrófono “escondido” en sus ramos hacían las segundas voces de Moldavia, Hungría enviaba a su primer representante de etnia gitana, Azerbaiyán pintaba con tiza en una pared negra dentro de una habitación del pánico, Croacia mezclaba el pop con la ópera en italiano, Chipre apostaba por Gravity una canción del mismo compositor que ya ganó el festival en 2012 con su famosa Euphoria, Rumanía se arriesgaba con el canto tirolés mezclado con rap, el país anfitrión se atrevió con el inglés por primera vez y presentó un rock, Bélgica llevó a una muchacha de voz grave, presencia fría y actitud imperturbable, Suecia nos hizo un nada improvisado desfile de modelos masculinos con una complicada coreografía sobre cintas de gimnasio, Bulgaria llevó al primer representante del festival nacido en el siglo XXI, un jovencito de preciosa voz con cuidada puesta en escena. Cerraba el festival Francia que retomaba la costumbre de cantar en su idioma oficial.

¿Quiénes eran los favoritos? Bélgica, Suecia, Bulgaria y Portugal. Pero desde el primer momento todos lo tuvieron muy claro: Italia ganaría el festival. La canción Occidentali’s karma interpretada en italiano por Francesco Gabbani y que ganó en febrero el festival de Sanremo, se posicionaba la primera en las casas de apuestas, en las críticas y entre los eurofans. Su música pegadiza y bailable, su letra, la voz de Francesco y una coreografía sencilla, alejada de parafernalias, con la presencia del cantante y un mono desnudo que bailaba sobre el escenario, se ganó a los europeos. No es nada frecuente que una canción vencedora en el festival de Sanremo tenga tanta repercusión en el resto del continente, pero enseguida se coló en las listas de éxitos europeas y tuvo más de 100 millones de visualizaciones en Youtube. La letra, llena de citas cultas, critica la superficialidad de aquellos que se creen muy modernos al adoptar la espiritualidad oriental de forma vacía. Sí, tan contemporáneos como el hombre del neolítico, dice Francesco. El cantante afirma que la lectura de El mono desnudo (1967) de Desmond Morris le impactó y tiene mucho que ver con su canción, hecho que ha vuelto a convertir el libro en best seller en Italia. Por su parte, el etólogo británico, se mostraba encantado y afirmaba que vería desde su casa de Oxford el festival y apostaría por Francesco.

¿Qué pasó con España? Pues como ya contamos, las casas de apuestas nos situaban en última posición. Tras su polémica victoria en Objetivo Eurovisión, Manel Navarro se había ganado la antipatía de buena parte de los eurofans y de los surferos (que calificaron la imagen que mostraba de ellos como grotesca). De poco sirvieron las disculpas del cantante, el buen rollo que quería transmitir con Do it for your lover, su camisa de flores hawaianas y las tablas de surf proyectadas en el suelo del escenario sobre las que el grupo fingía surcar las olas mientras una idílica playa con palmeras y una puesta de sol brillaban a sus espaldas. Los abucheos (que no captó la cámara) de los propios eurofans españoles no hacían presagiar nada bueno. Desafinar, desafinaron varios cantantes en sus respetivas actuaciones, pero Manel lo hizo de una forma dolorosamente apreciable en el momento álgido de la canción. El joven salió al paso con sentido del humor y sin hacer ninguna autocrítica, aunque días después confesaría que en aquel momento lo pasó muy mal y pidió disculpas por la decepción. A este ya famoso y mediático gallo (las redes sociales están repletas de bromas y memes al respecto) se le culpa del mal resultado de España, pero lo cierto es que el jurado profesional votaba el día anterior, tras el ensayo general, donde Manel estuvo impecable, y ningún país nos dio un solo punto. Finalmente, España quedó en última posición con solo 5 puntos otorgados por el televoto de Portugal.

¿Quién ganó Eurovisión? Ganó uno de los favoritos, quizá el que menos esperaba ganar, alguien que había devuelto a su país a la gran final tras siete años de ausencia. Después de 48 años de participaciones y de quedar frecuentemente en los últimos puestos, por primera vez, Portugal, saboreó la victoria. El héroe de esa noche histórica fue Salvador Sobral, un muchacho enfermo del corazón que ni siquiera había podido acudir a todos los ensayos, pero que con su sola voz melodiosa, su sentimiento y su canción romántica en portugués, cautivó al jurado y a los espectadores. No necesitaba nada más que su sensibilidad y su sencillez, sin vistosas puestas en escenas, ni estudiadas coreografías. Los puntos empezaron a llover desde el primer momento, muy pocos países no le votaron, ninguno de los que lo hizo le dio menos de 5 puntos y 17 países (entre ellos España) le otorgaron sus 12 puntos. Comenzó en primera posición y nunca dejó de estarlo. El voto del público fue determinante, sacaba ya más de 100 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, Bulgaria, pero el televoto aumentó la distancia. Cuando enfocaron a Salvador que estaba sentado con su hermana, la compositora de su canción Luisa Sobral, el joven no terminaba de creerlo. Nadie había conseguido nunca en la historia de Eurovisión los 758 puntos que le dieron la victoria. Cuando se convenció, subió al escenario para recoger el famoso trofeo, un micrófono de cristal, que enseguida se puso sobre la cabeza mientras abrazaba a Luisa. Salvador, que días antes había admitido que no seguía especialmente el festival y que su sueño era cantar por el mundo, dedicó sus primeras palabras como ganador a recordar a todos que: “la música no son fuegos artificiales, la música es sentimiento y tiene que decir algo”.

https://sitioexpresodemedianoche.blogspot.com.es/2015/05/

Como todos los años, el festival se cerró con la canción ganadora, pero esta vez Salvador no cantó solo, sino junto a su hermana en un precioso dúo que hizo las delicias del público.

Amar pelos dois, melancólica y tierna, tiene la magia de la atemporalidad y el sabor a banda sonora de película clásica. La letra habla de vivir para amar y de rezar para que la persona amada vuelva a quererte.

Portugal había pasado todo ese 13 de mayo de celebración pues se cumplían 100 años de la aparición de la Virgen de Fátima y el Papa Francisco había viajado hasta allí para canonizar a los pastorcitos. Por la noche cientos de miles de seguidores del Benfica festejaban su cuarto título consecutivo en la Liga. Las calles de Lisboa ya estaban llenas cuando los altavoces de la Glorieta del Marqués de Pombal retransmitieron la actuación de Salvador. La euforia fue total cuando se le proclamó ganador, los jóvenes salieron a las calles cantando Amar pelos dois y gritando “douze points”, los mayores pensaron que era un milagro y los incrédulos tardaron en asimilarlo: habían sido 48 años de espera.

Este fue el resultado final del Festival de Eurovisión 2017:
1.    Portugal. Amar pelos dos. Salvador Sobral. 758 puntos.
2.    Bulgaria. Beautiful mess. Kristian Kostov. 615 puntos.
3.    Moldavia. Hey mamma! Sunstroke Project. 374 puntos.
4.    Bélgica. City lights. Blanche. 363 puntos.
5.    Suecia. I can´t go on. Robin Bengtsson. 344 puntos.
6.    Italia. Occidentali’s karma. Francesco Gabbani. 334 puntos.

http://as.com/tikitakas/2017/05/12/portada/1494612968_444718.html



viernes, 5 de mayo de 2017

Una Historia de España a través de nuestras series.


Parece que desde hace un tiempo están de moda las series de época. Reconstrucciones históricas hemos tenido varias de mucha calidad y asesoradas por historiadores de prestigio, como la serie Isabel, a la que le siguió Carlos, Rey Emperador. Ambas series fueron emitidas por Televisión Española en horario de máxima audiencia y tuvieron un gran éxito, dando lugar a una película, La corona partida.

Pero hay otro grupo de series, centradas, en su mayoría, en historias de amor, que sin ser propiamente históricas, mencionan e incluyen en su argumento los acontecimientos de la época en la que están ambientadas según la visión de los protagonistas y cómo les afecta en su vida diaria, en su relación o en la localidad donde viven. A través de estas series podríamos seguir los avatares históricos de España enlazando una a otra con una suerte de continuidad que a veces es buscada y a veces fruto de la casualidad. Los protagonistas son siempre personajes ficticios, normalmente una pareja de clases sociales diferentes que ven como las circunstancias (la mayoría de las veces marcadas por los acontecimientos políticos o sociales de su época) hacen peligrar su amor.

Mencionaremos algunas de ellas tratando de organizarlas cronológicamente según la época en la que están ambientadas.

La primera de ellas sería, paradójicamente, la que suele pasar más de puntillas por la Historia. Hablamos de El secreto de Puente Viejo, serie que Antena 3 comenzó a emitir en febrero de 2011 y que continúa en la actualidad, siendo una de las más longevas de la televisión en España. Ambientada en un pueblo ficticio, Puente Viejo, se centra en las historias de amor, desamor, amistad y odio de los habitantes del municipio. En 1902 Pepa, una humilde partera, conoce al amor de su vida, Tristán, un veterano de la guerra de Cuba. A lo largo de los más de 1500 capítulos que lleva en emisión hemos oído a los habitantes de Puente Viejo hablar de los diferentes acontecimientos históricos que se han ido sucediendo desde 1902 hasta 1924, año en el que se sitúa la acción en este momento. Ya sea a través de un artículo en la prensa que lee un parroquiano o de uno de los afectados personalmente (un vecino que es llamado a filas), hemos sabido del reinado de Alfonso XIII o el Desastre de Annual, por ejemplo. Pero lo que más “adorna” Puente Viejo no son los acontecimientos políticos del país, sino la llegada de avances como el teléfono, el cine o la electricidad; inventos como el secador, el reloj de pulsera o el timbre eléctrico y acontecimientos deportivos.

http://plumitaescribana.blogspot.com.es/2015/12/el-secreto-de-puente-viejo-parte-1.html

En el año 2008 TVE estrenó la serie La Señora ambientada en los primeros años 20, que tenía un importante tono histórico, aunque centraba la atención sobre la pareja protagonista, ella una chica de la alta burguesía y él hijo de un minero, pero contando cómo la situación laboral y la lucha de clases ponía obstáculos a su relación. Tras terminar esta ficción con un gran éxito de público y varios premios, TVE decidió continuar con algunos de sus personajes y así se estrenó a principios de 2011 su nueva apuesta: 14 de abril, la República.

Los últimos momentos de la República, la guerra civil española, la Segunda Guerra Mundial y el delicado equilibrio de poder europeo en los años posteriores, son los acontecimientos que enmarcan la vida de Sira Quiroga en la novela de María Dueñas El tiempo entre costuras, adaptada a la pequeña pantalla por la productora Boomerang TV y emitida por Antena 3 en 2013 con gran éxito de audiencia y numerosos premios. Fue una auténtica superproducción televisiva. Aunque la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial pillan muy lejos a la protagonista (que se traslada a Tetuán, capital del Protectorado español de Marruecos) la joven se verá inmersa, sin querer, en la política y conocerá a grandes personajes de la época.

En 1942 arranca la acción de la miniserie Lo que escondían sus ojos, basada en la novela de Nieves Herrero, emitida por Telecinco a finales de 2016. Narra la historia de amor secreto entre un importante ministro español y una marquesa. Una producción de lujo donde no han faltado los vestidos de Balenciaga, los palacios y los hoteles de cinco estrellas para ambientar una historia de la alta sociedad española, que contrasta con la mayoría de las series situadas en este período, mostrándonos la otra cara de la misma realidad.

http://novelandias.blogspot.com.es/2017/03/amar-en-tiempos-revueltos.htmlVolviendo a TVE, en septiembre de 2005, estrenaba Amar en tiempos revueltos una serie que tenía la clara intención de durar solo una temporada (pero duró siete), pues comenzaba con un flashback en el que la pareja protagonista, Andrea y Antonio, acompañados de su hijo, huían de la situación política del país. Tras estas primeras escenas la acción se trasladaba a 1936 y contaba, desde el punto de vista de los protagonistas, los acontecimientos de esa época, retratando también los tiempos de la guerra y la posguerra en sus diferentes temporadas. Desde las cartillas de racionamiento y el estraperlo hasta la mejora económica, el ingreso de España en la ONU o la independencia del Protectorado de Marruecos. Año a año se nos iba contando la historia de amor de una pareja diferente pero con la continuidad de algunos personajes como la familia Gómez, dueños del bar El Asturiano, y, como un protagonista más, un escenario siempre común: la plaza de los Frutos. TVE dejaba de emitir la serie a finales de 2012, poniéndole fin cuando la ficción se encontraba en el año 1957. Atrás quedaban 7 años de emisión diaria, 1716 capítulos, 4 especiales, siete libros con historias de los personajes más queridos y varios millones de espectadores muy fieles que se negaba a que la serie acabara.

https://www.vemostv.com/noticias/3759-g1/solo-falta-un-dia-para-la-reapertura-del-asturiano-en-amar-es-para-siempre
Por esto, Antena 3 comenzó a emitir, en enero de 2013, los primeros capítulos de Amar es para siempre, su continuación, con un nuevo y elocuente título, para alegría de sus seguidores. La familia Gómez volvía a las pantallas tras poco menos de dos meses de ausencia, aunque en la ficción habían trascurrido tres años. En la actualidad, ya se han emitido más de 1100 capítulos y la historia (sin visos de finalizar) ha llegado, contra todo pronóstico, al año 1968 cuando los personajes celebran la victoria de Massiel y su La, la, la en el Festival de Eurovisión, consiguiendo así lo que nadie imaginaba, que una serie que comenzaba en 1936 pudiera alcanzar en el tiempo al arranque de la serie insignia de TVE, Cuéntame cómo pasó, que terminaba su capítulo número uno con la instalación en casa de su primer televisor por el que la familia Alcántara vio la actuación de Massiel en Eurovisión y saltaron de alegría al saber que La, la, la había ganado el Festival de la Canción.

http://www.ecartelera.com/series/cuentame-como-paso/carteles/13199/TVE comenzó a emitir esta veterana producción en el año 2001 con un elenco de maravillosos actores entre los que se encontraban Fernando Fernán Gómez y Tony Leblanc. Muy pronto, los Alcántara se convirtieron en la familia más popular de España y millones de personas seguían sus vicisitudes cada semana. Cuéntame batió records de audiencia y ganó numerosos premios. La historia de la época se veía reflejada en las situaciones que la familia Alcántara tenía que sortear, desde que Antonio no era más que el conserje de un ministerio hasta que después de pasar por una imprenta, un negocio inmobiliario, ser traicionado por su jefe, el siempre odioso don Pablo, Antonio se mete en política y consigue ascender. Merche pasa de peluquera del barrio de San Genaro, a diseñadora de moda y estudiante universitaria, y hasta preside con alegría y nerviosismo la primera mesa electoral. Atrás quedan aquellos tiempos en que tenía que pedirle permiso a su marido para abrir una cartilla en el banco o para trabajar. Los hijos crecen ante los ojos de los televidentes sin dejar de darles problemas a sus padres. Pero juntos viven una de las épocas más importantes y más recientes de la historia del país, asistiendo a la llegada de la Transición y todos los cambios que trajo.
http://www.ecartelera.com/series/cuentame-como-paso/carteles/15745/


Actualmente podemos ver la temporada 18 de Cuéntame todos los jueves en TVE. El hilo temporal se encuentra a finales del año 1986 y, desde hace algún tiempo, centra su atención en los cambios que produjeron los años 80 en la sociedad madrileña, con la emisión, por parte de TVE del programa Ochentéame que recupera joyas de sus archivos .

Esto quiere decir que un espectador, siguiendo únicamente las series más longevas de nuestra televisión, podría tener ante sus ojos casi todo el siglo XX. Comenzaría viendo El secreto de Puente Viejo (que empieza en 1902 y ya va por 1924, pero que a este ritmo podría llegar a 1936), proseguir con Amar en tiempos revueltos (que comienza en el 1936 y termina en 1957), continuar con Amar es para siempre (que comienza en 1960 y a día de hoy va por 1968), enlazar con Cuéntame lo que pasó (que arrancó en 1968 y ya va por 1986) y, así, lograr seguir los acontecimientos de España durante  más de 80 años mediante la visión particular, romántica y sin saltos temporales de nuestras ficciones.


Ahora el debate está en la calle y los seguidores se preguntan: ¿se alcanzará Cuéntame a sí misma? Es decir, ¿la familia Alcántara se sentará algún día delante del televisor a ver el primer capítulo de la serie Cuéntame? ¿Será una paradoja temporal o una vuelta más de tuerca?