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jueves, 21 de septiembre de 2017

La librería de los finales felices.


Sara es una joven sueca que se cartea con Amy una anciana de un pueblecito de Iowa. Ambas comparten su pasión por los libros, se recomiendan lecturas y se intercambian ejemplares.

Después de dos años de amistad, Sara decide viajar a Broken Wheel para conocer a Amy, pero al llegar descubre que la anciana ha muerto. Los habitantes del pueblo acogen a Sara como la invitada de Amy. La muchacha es una desconocida para ellos, pero Sara sabe todo lo que hay que saber sobre Broken Wheel y sus habitantes gracias a las cartas de Amy. Viviendo en la vieja casa de Amy sin tener a quien pagar el alquiler y siendo invitada por todos, Sara decide hacer algo por el pueblo y abre una librería con los miles de libros de Amy. Todo parece apuntar al fracaso, pues Broken Wheel no es lectora, pero la rivalidad con el pueblo vecino y las ganas de ayudar a Sara, convertirán la librería en un éxito.

La librería de los finales felices de Katarina Bivald es la historia de Sara y su pasión por los libros. Acostumbrada a ser un personaje secundario en su propia vida, no vive en la vida real, sino en las páginas que devora, para ella un libro siempre es la mejor compañía y un escudo que la salva de los demás. Ambientada en un pueblecito imaginario en total decadencia, Sara se convierte en la novedad, en lo que les queda de una querida vecina que han perdido. Desde el humor de Bridget Jones hasta el  consuelo que le proporciona Cándido, por toda la obra planea el gusto por la literatura y las librerías, las referencias a muchas obras y autores y la creencia de que cada persona tiene su propio libro.

Elegí esta novela por el precioso título que tiene, pensé que algo maravilloso tenía que esconderse entre las páginas de La librería de los finales felices, pero la primera desilusión vino cuando descubrí que no tenía nada que ver con su título original, que es, simplemente, el nombre del pueblo imaginario de Iowa. La lectura es entretenida, aunque desigual. Lenta en algunos capítulos, no exprime al máximo todo lo que podría sacar de la gran cantidad de referencias literarias que maneja, se espera más de la protagonista, de los personajes que la rodean y de la historia de amor que, en lugar de ser romántica, te deja la sensación de haber sucedido por pura inercia. Al final resulta un libro al que le sobran páginas.

https://www.casadellibro.com/libro-la-libreria-de-los-finales-felices/9788408132608/2358474

domingo, 10 de septiembre de 2017

Jane Austen. El bicentenario II


Su vida transcurrió en el rígido mundo georgiano que desaparecería bajo la fuerza del romanticismo y la influyente y larga época victoriana. Desde muy niña empezaría a escribir con una fina sátira que iría perfilando a lo largo del tiempo tiñendo todo con la ironía que la caracterizaba. La influencia de su hermana Cassandra fue decisiva para dar el paso entre los textos satíricos que componía por mero entretenimiento y la redacción de sus novelas. La estrecha relación que mantenía con ella se hacía patente en sus obras (como en Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad donde las hermanas eran, además, las mejores amigas), aunque con el tiempo sus protagonistas pasarían a estar solas frente al mundo (Mansfield Park y Persuasión).
Edición ilustrada de "Northanger Abbey" adquirida en una de
las librerías de Charing Cross (Londres).
Cortesía de Ángeles.

En su época hubo un resurgimiento de la novela, pero se discutía sobre si era o no un género literario, ella la defendía y se mostraba orgullosa de afirmar que toda su familia leía novelas. Hoy en día consideramos que Jane Austen inició la novela moderna, mezclando la corriente pedagógica e irónica propia del siglo XVIII con el primer romanticismo.

http://www.abebooks.com/
Edición de "Orgullo y prejuicio" (1894).
http://www.abebooks.com/
Sus obras trataban del amor, los buenos modales y la importancia del dinero y las diferencias de clase. Los asuntos más superficiales podían cobrar especial relevancia, pero la didáctica siempre estaba presente y la ironía servía para ridiculizar a los personajes más conservadores. Muchos críticos han afirmado que Austen es conservadora, pero en los últimos tiempos se ha hablado de la reivindicación que hizo en algunas de sus obras sobre la necesidad de la educación femenina y la aparición de un nuevo modelo de mujer que no cultivara solo los talentos que se esperaban de una buena esposa y madre. No se le podría dar el calificativo de feminista, pero en ella ya había un inconformismo con el papel que las mujeres jugaban en la rígida sociedad de la época.

https://imagesonline.bl.uk/
Tras publicarse las obras de Jane Austen,
la familia presumió de que la joven tenía tanto
talento que escribía del tirón y sin tachones, cosa
que puede desmentirse al ver sus manuscritos.
https://imagesonline.bl.uk/
Jane se inspiraba en la vida cotidiana y era una observadora nata, capaz de quedarse con todos los detalles y llevarlos a su narración.  Gracias a la posición de su padre, párroco anglicano, conocía a mucha gente, escuchaba muchas conversaciones y estaba al día de todo lo que ocurría en su entorno. Sus propias vivencias personales (la amistad con su hermana, el progresivo empobrecimiento y la difícil relación con su hermano mayor heredero de una gran fortuna a cuya merced quedaron tras la muerte de su padre) y la observación de lo que acontecía en su época la dieron material para ironizar y criticar en toda su obra.

Jane Austen tuvo éxito en vida, pero, durante buena parte del siglo XIX fue prácticamente olvidada. Tuvo que pasar bastante tiempo para que se reconociera su genio, su ironía y su perspicacia. Sir Walter Scott alababa Emma, y Austen admiraba a Scott ya que hacía que sus heroínas lo leyeran y elogiaran (Sentido y sensibilidad y Persuasión). Las críticas negativas vinieron de la mano de Charlotte Brontë y de Mark Twain, este último llegó a afirmar que una buena biblioteca no debía tener ningún libro de Jane Austen. 

Actualmente se la considera una de las figuras clave de la literatura universal.

https://imagesonline.bl.uk/
Escritorio portatil de Jane Austen que se conserva en la British Library.
https://imagesonline.bl.uk/



Todas sus novelas han sido llevadas a la gran pantalla, también se han rodado películas inspiradas en su vida y series de gran éxito que rinden homenaje a sus obras. Bajo su influencia, por imitación, tributo o actualización se han llevado a cabo adaptaciones como la serie Lost in Austen cuya protagonista, enamorada del universo creado por nuestra escritora, encuentra una puerta temporal que la lleva a Orgullo y Prejuicio e intercambia su papel con la verdadera Elizabeth Bennet, teniendo la oportunidad de conocer a su amado Darcy, lo que generará cambios en la historia original; la película musical al estilo Bollywood, Bodas y prejuicios, que actualiza la historia y la traslada a la India; la novela y posterior serie La muerte llega a Pemberley que centra la acción entorno a un asesinato que tiene lugar en la famosa finca del señor Darcy; la novela y posterior película En tierra de Jane Austen (Austenland), donde la protagonista, una fan de nuestra escritora, gasta todos sus ahorros para acudir a una especie de parque temático de Jane Austen, donde todos van disfrazados y se imita el modo de vida, los modales y los acontecimientos de sus novelas; el musical First impressions en el que Jane revisa la novela Orgullo y Prejuicio ( First impressions fue el título provisional que le puso la autora) y los personajes se desarrollan ante ella, llegando a tener que reprenderlos por sus actitudes, eso sí, con canciones y bailes; la famosa Orgullo y prejuicios y zombis en la que Inglaterra ha sido tomada por los zombis y las hermanas Bennet luchan contra ellos haciendo uso de las artes marciales y las armas. Han habido continuaciones de Orgullo y prejuicio e incluso una trilogía donde el señor Darcy es el absoluto protagonista: Fitzwilliam Darcy, un caballero

Pero si hay un personaje tributo a la obra de Jane Austen que ha logrado erigirse en icono de la literatura actual esa es Bridget Jones de la que ya hemos hablado varias veces aquí y que no es más que una reinterpretación en clave jocosa y torpe de la Elizabeth Bennet de Orgullo y prejuicio, incluyendo a su amado señor Darcy.

Como decíamos al principio, el bicentenario está repleto de actos, conferencias y novedades en los museos y en los festivales que se celebran en su honor, pero además de las preciosas reediciones de sus obras, también se están publicando estudios sobre su figura, alguno de ellos bastante polémicos. En uno se retoma la idea de Lindsay Ashford, autora de la novela La misteriosa muerte de Jane Austen, donde afirmaba que Austen fue envenenada con arsénico. Los científicos que han estudiado el tema aseguran que, si bien es cierto que se ha encontrado arsénico en sus gafas y que su progresiva pérdida de visión pudiera deberse a ello, rechazan la teoría de su envenenamiento ya que era frecuente en esa época que los cosméticos y las medicinas contuvieran esta sustancia. En otro estudio se ha investigado la estrecha relación de Jane con su hermana Cassandra, y han concluido que nuestra escritora era lesbiana, opinión que no comparten los estudiosos de su figura.

https://hablandodejaneausten.com/2017/01/20/una-imagen-grabada-de-jane-austen-dispara-cuatro-billetes-de-5-libras-a-un-valor-de-50-000/
Grabado del artista Graham Short.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-38491538/embed
Polémicas aparte, también han tenido lugar gestos muy bonitos que han entusiasmado al público como el del artista Graham Short que ha grabado un pequeño retrato de Jane Austen en cinco billetes de cinco libras que ha gastado en diferentes ciudades de Reino Unido, consiguiendo que los amantes de la literatura y los coleccionistas se lanzaran a la “búsqueda del tesoro”.

El banco de Inglaterra, además de crear una edición limitada de monedas de dos libras dedicadas a Austen, ha presentado en la catedral de Winchester un nuevo billete de 10 libras con el retrato que hizo Cassandra de su hermana Jane que se pondrá en circulación en septiembre.

https://hablandodejaneausten.com/2013/07/24/confirmado-el-banco-de-inglaterra-elige-a-jane-austen-para-su-billete-de-10-libras/
Nuevo billete de 10 libras con el retrato de Jane Austen.

Pero Jane Austen no solo brilla en el firmamento literario, sino que también lo hace en el cielo desde que se decidió que los cráteres del planeta Venus (la diosa romana del amor) tuvieran todos nombres de mujer. Venus es el segundo objeto más brillante del cielo, al que también se le llama estrella de la mañana o Lucero del Alba y estrella de la tarde o Lucero Vespertino y se le conoce desde la prehistoria. Así que, en este planeta tan especial, nombrado como la diosa del amor, no podía faltar un homenaje a la escritora que hizo del amor la temática principal de sus hermosas novelas.


viernes, 1 de septiembre de 2017

Jane Austen. El bicentenario I


En varias de esas webs literarias que, afortunadamente, abundan en las redes, han hecho una clasificación con los más famosos comienzos de las joyas de la literatura universal y, por supuesto, uno de los primeros puestos siempre lo ocupa aquella frase, en forma de mandamiento social, que plasmaba Jane Austen en su obra más célebre: Orgullo y prejuicio.

Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.

http://www.bbc.co.uk/programmes/p01sf9ly/p01sds21
http://www.bbc.co.uk/programmes/
p01sf9ly/p01sds21
Página inicial de la edicion de
 "Orgullo y prejuicio" de 1813.
Se cumple ahora el 200 aniversario de la muerte de esta maravillosa escritora y los actos se suceden en Inglaterra. Somos millones los lectores que la consideramos una de las mejores escritoras de todos los tiempos.

En su época, se la conocía como “la señorita que escribe”. Eran muchas las mujeres que lo hacían sin llegar a nada, y no todas adolecían de falta de talento, pero era sabido que la inclinación de una joven hacia la escritura no podía ser más que una afición pasajera mientras lograba su verdadero propósito en la vida, que no era otro que casarse y tener hijos. Algunas de esas mujeres se lo tomaban mucho más en serio de lo que los hombres imaginaban, pero llegaba un momento en el que sus obligaciones como esposa y madre (es decir, llevar una casa, tener muchos hijos y cuidar de ellos y del marido) les quitaba el tiempo y las fuerzas necesarias para continuar con lo que el esposo consideraba una distracción que la apartaba de las tareas a las que estaba destinada. Jane pudo seguir con su “distracción” porque no llegó nunca a casarse. Se sabe que tuvo un amor de juventud, que en una ocasión la familia intentó emparejarla (ante el horror que suponía que se quedara soltera), arreglo que ella rehusó, y que, tiempo después, llegó a aceptar una proposición de matrimonio para al día siguiente romperla. Sin embargo, se han descubierto recientemente dos certificados de matrimonio a nombre de Jane Austen en los archivos del registro civil de Steventon (localidad donde nació), pero los expertos han rechazado la idea de uno (o dos) matrimonios secretos de la escritora, a la que ni siquiera se le conoce un gran amor. Al parecer, ella misma podría haberlos falsificado como un simple juego (o quizás con otro propósito que hoy se nos escapa) al tener acceso a los registros por ser la hija del párroco del pueblo.

La vida de Jane se parecía a la que reflejaba en sus novelas. Pertenecía a la pequeña burguesía rural y era la séptima de ocho hermanos, seis de los cuales eran varones. Las cosas no eran fáciles para las mujeres de aquella época, estaban sometidas a un estricto control social, no disponían de dinero propio, no heredaban (cualquier familiar varón, aunque fuera el primo más lejano, heredaba antes que la esposa o las hijas del difunto), su única esperanza era casarse con alguien de posibles y, si no lo conseguían, quedaban como tristes solteronas a merced de la caridad de algún pariente.  Eso fue lo que les pasearía a las mujeres Austen (Jane y su hermana Cassandra, ambas solteras, y su madre después de enviudar).

Baños romanos de Bath.
Foto cortesía de Marifé.

Jane pasó una buena parte de su vida en Steventon, pero luego tuvo que marcharse a Bath. La ciudad era famosa ya desde tiempos del emperador Claudio por sus aguas medicinales de las que se decía que lo curaban todo. Ya había estado en la localidad acompañando a uno de sus hermanos que fue tratado en el balneario. La joven había llegado a ambientar escenas de sus novelas allí, pero la ciudad le era tan detestable que cuando su padre le comunicó que  se mudaban a Bath, Jane se desmayó de la impresión.

En 1801 ya estaban instalados. Todo fue bien al principio, Jane tenía tanta vida social que apenas escribía. Le gustaba pasear todos los días por los Sydney Gardens, incluso estaba suscrita (en la época había muchos parques de pago). Era toda una atracción con sus cascadas, sus cuevas y las ruinas de un castillo, incluso tenía un laberinto donde los jóvenes enamorados podían perderse por el módico precio de tres peniques, aunque corrían el riesgo de extraviarse verdaderamente y no encontrar la salida en muchas horas. Por la mañana se servía un desayuno, al mediodía se bailaba y por la noche se encendían innumerables lámparas de gas para iluminar la cena mientras un concierto amenizaba la velada y los fuegos artificiales cerraban la jornada a las diez de la noche.
El puente Pulteney atraviesa el río Avon en Bath (1773)
Foto cortesía de Marifé.

Estatua de cera con el aspecto
que debió tener Jane Austen
según los estudios forenses.
En el Jane Austen Center.
Foto cortesía de Marifé.
Muchas tardes, los Austen tomaban su afternoon tea de la marca Twinings (que sigue comercializándose) y era Jane la encargada de prepararlo con esmero y servirlo en una taza sin asa (al estilo chino) con unos panecillos ingleses con mantequilla. El té era un producto muy caro que había que guardar bajo llave (quizá para evitar tentaciones al servicio, que se conformaba con comprar hojas de té usadas). Después jugaban a las cartas. Sabemos que el speculation era el juego preferido de nuestra escritora y que se apostaba con la chaqueta del revés, para atraer a la buena suerte.

Pero no todo eran diversiones en Bath, junto a los enfermos leves, también estaban los graves que apenas podían moverse de la cama y era frecuente ver a sus familiares pedir voz en grito una sedan chair, o silla de mano, con la que trasladar al doliente hasta los baños. Por la noche daba impresión ver a los maleducados porteadores llevando al enfermo (o a una señorona que no quería embarrarse las enaguas) mientras el link-boy (un muchacho con una antorcha) les iluminaba el camino. Aún quedan algunos matacandelas por las calles.

Durante los cinco años que vivieron en Bath, la familia Austen fue sufriendo un progresivo empobrecimiento que se materializó con la necesidad de mudarse a viviendas cada vez más pequeñas, humildes y en lugares más deprimidos. Entonces fue cuando Jane y Cassandra se dieron cuenta de la enorme importancia del dinero y lo absurdo de las convenciones sociales y, aunque parecía no pesarles el hecho de ser solteras y no contar con el respaldo de un marido, tuvieron que vivir las humillaciones derivadas de su precaria economía.



Cada mes de septiembre, desde el año 2001, se celebra un festival en  Bath en honor a Jane Austen. Aunque ella odiaba aquel lugar, es, precisamente allí, donde se congregan todos los años miles de admiradores de la escritora y se disfrazan al estilo georgiano, haciendo retroceder el tiempo en la famosa ciudad de los balnearios. Para celebrar el bicentenario serán mayores los festejos y los actos que acogerá esta famosa localidad.

Recreación de como pudo ser el
escritorio de Jane Austen en el museo
dedicado a ella en Bath.
Foto cortesía de Marifé.
El Jane Austen Center (situado en Gay Street, la misma calle donde vivieron los Austen) tiene una magnífica colección de muebles, vestuario y tienda de recuerdos donde abundan las postales y diversos objetos que recuerdan el amor de la heroína Elizabeth Bennet y el señor Darcy en Orgullo y prejuicio. No faltan alusiones a las muchas versiones cinematográficas y televisivas que se han hecho, siendo la más querida por los ingleses la que la BBC filmó con Colin Firth encarnando al prejuicioso y orgulloso protagonista y que paraliza el país cada vez que se repone en televisión una vez al año, como ya contamos aquí.   

Además podemos refrescarnos en cualquier bar de la ciudad con un cóctel inspirado en alguno de los personajes de Austen, como el Lizzy B, el Darcy o el Northangover Abbey.

En el piso superior del Jane Austen Center hay una cafetería donde está colgado el retrato del señor Darcy.
Las camareras te sirven el té al más puro estilo siglo XIX y van vestidas con trajes de la época.
Foto cortesía de Marifé.



Tras la muerte de su padre, Jane, acompañada de Cassandra y su madre, se trasladó a vivir con su hermano Frank (que estaba casado y tenía varios hijos) a Southampton donde ya había pasado algunos periodos de su vida. Allí, nuestra escritora continúo con sus largos paseos, admirando los paisajes de la campiña, los restos medievales y las murallas y encontrando inspiración para sus novelas. Frank, que era capitán naval, las llevaba de excursión por el río hasta Northam donde se construían los buques de guerra. Allí vivieron tres años hasta que decidieron dejar a Frank en la intimidad de su hogar y mudarse a Chawton, llevando consigo a Martha Lloyd, una buena amiga de la familia.


Este año Southampton recoge numerosos actos para conmemorar el 200 aniversario de la muerte de Jane Austen. Quien viaje al condado de Hampshire podrá pasear por la campiña que inspiró a la famosa escritora, asistir a charlas, exposiciones y obras de teatro.


En Chawton, las cuatro mujeres tuvieron que vivir modestamente en una pequeña casita que su hermano Edward (adoptado por unos familiares ricos y heredero de una gran fortuna, como en las novelas de Jane) tuvo a bien cederles. Allí pasó los últimos ocho años de su vida.

A pesar de las estrecheces, a Jane le agradaba aquello y la tranquilidad que se respiraba le permitió dedicarse de pleno a la escritura. Le gustaba ponerse en una mesa redonda muy pequeña que se encontraba situada en el salón, porque la puerta chirriaba al moverse y la avisaba de la llegada de alguna visita con tiempo suficiente para guardarse el escrito en el escote.

Así, a escondidas y solo con el conocimiento de su hermana y su madre, Jane había escrito ya varias novelas. Pero fue en Chawton, en aquella mesita y con la puerta chirriante que nunca quiso arreglar, donde revisó Sentido y Sensibilidad (publicada en 1811), Orgullo y Prejuicio (1813) y La Abadía de Northanger (1818) y escribió Mansfield Park (publicada en 1814), Emma (1816) y Persuasión (publicada en 1818.) Sus hermanos, que hacía un tiempo que habían descubierto que Jane escribía, decidieron ayudarla a publicar sus obras (inicialmente bajo pseudónimo). La primera novela que vio la luz fue Sentido y Sensibilidad. Después se fueron publicando las demás.
Inicio del capítulo 5 de "Sentido y sensibilidad". Reverso de una postal
editada y de propiedad intelectual de Winchester Cathedral Scribes 2007.


La casa de Chawton se convirtió en 1947 en el Jane Austen’s House Museum y es allí donde se conserva aquella mesita redonda donde escribió sus grandes obras y diversos muebles y objetos que le pertenecieron. Para el bicentenario han reproducido el papel pintado original de dos de las habitaciones para acercar más la Casa Museo al aspecto que tenía cuando Jane la habitaba.



De Jane AustenCreated in vector format by Scewing - British National Archives, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=15280085
Firma de Jane Austen.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jane_Austen
Finalmente Jane enfermó de gravedad y se trasladó a Winchester para intentar recuperarse, aunque ella misma sabía que no lo conseguiría. Solo unos pocos meses estuvo en esta localidad, alojada en una casa muy cercana a la catedral donde se encuentra enterrada (no por ser escritora, sino por su vinculación a la Iglesia al ser hija y hermana de reverendos anglicanos) y en su epitafio no se menciona nada sobre su obra literaria. Tuvieron que pasar más de 50 años para que se colocara una placa conmemorativa indicando su condición de escritora.