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miércoles, 27 de octubre de 2021

Aniversarios literarios 2021


El año pasado recordamos el aniversario de grandes escritores y artistas. Entonces descubrimos que a 1920 le había gustado eso de que varios genios de la literatura hubiesen nacido en su año, quizá envidioso de que 1821 ya había logrado esa hazaña con Baudelaire, Flaubert y Dostoievski. Pero también tenemos otros aniversarios que conmemorar, sin olvidar que Italia está celebrando a lo grande el año de Dante. Al aniversario de H.G. Wells le dedicaremos una entrada propia. En nuestra lista no están todos los que son, pero…

Centenario del nacimiento de Carmen Laforet:

Con solo 23 años se convirtió en la ganadora del premio Nadal con su novela Nada. Este galardón le supuso inseguridad a la hora de abordar sus siguientes obras por temor a no estar a la altura. Pero consiguió convertirse en una prestigiosa escritora.

Centenario del nacimiento de Patricia Highsmith:

Fue una de las más populares damas del género policiaco y de la novela de suspense, con prestigiosos premios y varias adaptaciones cinematográficas de sus obras como  Extraños en un tren (dirigida por Hitchcock) o El talento de Mr. Ripley.

Centenario del fallecimiento de Emilia Pardo Bazán:

A doña Emilia la llamaban “la inevitable” en los círculos intelectuales de la época por su lucha perseverante para ser admitida en ellos como un igual. Fue Catedrática de Literatura en la Universidad Central de Madrid, escribió novela, ensayo, cuento, teatro, crónica y traducción.  Luchó por los derechos de las mujeres y se convirtió en la primera que dio una conferencia en el Ateneo de Madrid, primera socia y presidenta de la Sección de Literatura.

Su novela más conocida es Los Pazos de Ulloa.

Bicentenario del nacimiento de Fiodor Dostoievski.

Representante de la literatura realista, ahondaba en la psicología de los personajes con tanta perfección que llegó a influir en novelistas y filósofos posteriores.

Vivió momentos muy duros cuando estuvo condenado a muerte por pertenecer a un grupo revolucionario y cuando su pena fue conmutada por cuatro años de trabajos forzados en una prisión de Siberia. De aquella terrible experiencia escribiría Recuerdos de la casa de los muertos y Memorias del subsuelo. Entre sus obras más famosas están Humillados y ofendidos y El idiota. Pero será Crimen y castigo la que lo encumbre a la categoría de clásico universal. Aunque él consideraba que su obra maestra era Los hermanos Karamázov.

Bicentenario del nacimiento de Gustave Flaubert:

Estaba muy interesado en conseguir el mayor realismo en su obra y se preocupaba por su estilo, elaborando largamente sus novelas.

Entre sus éxitos se encuentran La educación sentimental y La tentación de san Antonio. Pero con su Madame Bovary revolucionó la novela. Fue considerada una inmoralidad y pasó a formar parte del Índice de Libros Prohibidos por la iglesia, pero hoy en día se encuentra entre las novelas más adaptadas al cine.

https://treshermanaslibros.com/libro/madame-bovary/
Madame Bovary. Gustave Flaubert.
Edición de Tres Hermanas Libros.
Ilustraciones de Fernando Vicente.

Bicentenario del nacimiento de Charles Baudelaire:

Fue el máximo exponente del simbolismo francés y padre de la poesía moderna. Se dice que con su obra cumbre Las flores del mal se terminó el romanticismo y comenzó el modernismo. Paul Verlaine lo incluyó entre Los poetas malditos.

IV centenario del nacimiento de Jean de La Fontaine:

Sus cuentos y fábulas son famosas en el mundo entero. Se inspiraba en dramaturgos clásicos como Terencio, Boccaccio o La Salle. Entre sus fábulas más recordadas están El lobo y el cordero y La cigarra y la hormiga. Su obra más famosa es Fábulas. A pesar de ser miembro de la Academia Francesa, sus Cuentos y relatos en verso estuvieron incluidos en el Índice de Libros Prohibidos de la Iglesia hasta el siglo XX.

VII centenario del fallecimiento de Dante Alighieri:

Escultura a Dante
en Florencia.
En el 2021 se celebra el año de Dante al que los italianos consideran el poeta supremo. El año pasado el Gobierno decretó que el 25 de marzo fuera el día nacional de Dante y animó a leer su obra con #IoLeggoDante. Este año Italia está conmemorando su aniversario con diversos actos, exposiciones y representaciones presenciales y virtuales. Las celebraciones se centran, especialmente, en Florencia (su lugar de nacimiento), Verona (donde estuvo exiliado) y Ravena (donde murió).

En una época en que todo se escribía en latín, Dante defendió las lenguas vernáculas en su Vulgari Eloquencia y escribió en toscano su obra cumbre la Divina comedia, por lo que muchos lo consideran el padre de la lengua italiana. Su Divina comedia es revolucionaria porque en ella el propio autor se convierte en personaje en unos versos que narran un viaje épico en tono lírico y que están dedicados a su amada Beatriz.

https://sobrelibrosycultura.com/dante-alighieri/
Logos del aniversario de Dante.
Publicados sobrelibrosycultura.com/dante-alighieri/

domingo, 3 de octubre de 2021

Una nueva vida para Margarita

El amanecer dibujaba una ciudad industrial llena de altísimas chimeneas. A lo lejos se extendían las vides. Los montes y el mar encerraban la urbe en una hoya en la que se daban encuentro los más variopintos personajes.

—Obedece en todo. No te quiero de vuelta —le dijo su padre con severidad.

Su madre la acompañó a través del patio mientras sus hermanos le decían adiós y las vecinas le deseaban suerte.

Margarita se detuvo antes de pisar la calle agarrando su hatillo con fuerza.

—Tu padre quiere decir que te portes bien para que no tengan ninguna queja de ti. Pero si algo sale mal, regresa a casa.

—Sí, madre —asintió dándole un beso.

Mientras se dirigía a la plaza donde Manolo vendría a recogerla se encontró con su hermano Pedro.

—No te vayas sin despedirte de mí.

—¿Ya has terminado el copo? —se extrañó.

—No, les he dicho que tenía que volver antes... Por un día no pasa . Mira, me han dao un buen manojo de boquerones.

Margarita sonrió y le dio un abrazo.

—¡Cuidao! No los aplastes.

Camino de la finca, sentada en la parte trasera del carro, observaba los árboles que crecían cerca del río Guadalmedina. A lo lejos se divisó una nube de polvo y un rumor de risas y conversaciones llegó hasta ellos. El burro Jacinto bajó las orejas avergonzado al cruzarse con cuatro caballos de tiro que llevaban un coche repleto de caballeros distinguidos y damas ataviadas con hermosos vestidos. Manolo los miró extrañado. Para ser todos tan elegantes iban demasiado apretados dentro y fuera del carruaje.

Margarita supuso que eran los invitados de doña Amalia que venían de regreso tras pasar unos días de asueto en la finca. Intentó no mirarlos con descaro. Un temor punzante se le posó en el estómago y no la abandonó hasta llegar a la puerta de la finca. Allí, viendo por primera vez La Concepción, supo que era el lugar donde siempre había querido estar. Había plantas que no conocía y tantos árboles que parecía una selva. Al pasar junto al templete dórico casi se desmaya al ver lo que creía que solo estaba en los libros de la señorita Asunción.

La recibió una señora grave y gruesa que la observó de reojo y comenzó a hurgarle el pelo.

—¡Me despiojó ayer la Trini! —exclamó ofendida.

—Aquí no se viene con esos humos ¿eh? —dijo Rosa observando sus alpargatas raídas —Te lavarás y luego empezarás con tus tareas. La primera será dejar el suelo como una patena. Si eres buena trabajadora, no te faltará de nada y se le pagará a tu padre lo acordado. Obedecerás todas mis órdenes y solo hablarás si se te pregunta ¿entendido?

—Sí. ¿Cómo debo llamar a la señora? ¿Doña Amalia, señora Heredia o señora marquesa?

—No vas a conocer a doña Amalia, por supuesto. Estás a prueba.

Margarita la miró desilusionada. El verdadero motivo por el que quería trabajar allí era para conocer a Amalia Heredia, la persona que más admiraba en el mundo.

Al rato ya estaba de rodillas fregando el suelo con las manos enrojecidas. La alegre comitiva que se había encontrado por el camino había dejado sus huellas.

—…Y traerán todas las plantas en el barco. Desearía tenerlas ya aquí.

Margarita palideció al ver entrar a la mismísima Amalia. Le pareció una señora elegante, de mirada inteligente y buena.

—¿Vienen los árboles navegando? —se le escapó.

Doña Amalia y el señor que la acompañaban se detuvieron sorprendidos.

Margarita se levantó, pero no le dio tiempo a hacer la reverencia que tenía ensayada. Una de las criadas la agarró del pelo y se la llevó a rastras.

—¡Coge el hatillo y a tu casa! —le gritó Rosa —¡Te lo advertí!

—¿Qué ocurre? —interrumpió doña Amalia —¿Quién es esta muchacha?

—Se llama Margarita.

—Lo siento mucho, yo no quería….

—Pero ya la estaba despidiendo, doña Amalia.

—Espere —intervino la señora mirando con curiosidad a la jovencita —¿Qué es eso de que los árboles vienen navegando?

—Ha dicho usted que venían en barco —murmuró bajando la cabeza —.Sé que le traen árboles de todo el mundo y que los manda plantar aquí. He oído que también quiere que haya en ese parque que dicen que van a construir donde antes había agua…

—Veinte años ganando terreno al mar y no sé si verán mis ojos ese parque. ¡Con lo que ha luchado Cánovas por ello! Como nos descuidemos lo inauguran en el siglo XX.

—No queda mucho para el nuevo siglo —sonrió Margarita atreviéndose a mirar a la señora—. Al venir he visto un maravilloso templete ¿es ahí donde guardan las planchas de bronce escritas en latín que encontraron en los Tejares y que don Jorge y usted rescataron antes de que las fundieran?

—Pero... ¿cómo sabes esas cosas? —preguntó doña Amalia mientras Rosa las escuchaba con pasmo.

—¿Lo de las planchas? Me lo contó mi abuela. ¡Me dijo que se armó un buen revuelo porque nadie creía que tuvieran tanto valor! — explicó quitándole importancia al asunto —Sé muchas cosas que me ha enseñado doña Asunción en la escuela. Dice que el suyo es el mejor jardín de Europa.

—Y, ¿qué dice de ti?

—¡Qué es una pena que sea pobre y tenga que dejar los estudios! Pero no me pesaría si pudiera quedarme junto a una persona tan admirable como usted.

Doña Amalia sonrió tomando a Margarita por la barbilla.

—Esta muchachita se queda con nosotros —le dijo a Rosa —Asígnele sus tareas, pero asegúrese de que todos los días le queden unas pocas horas para que doña Carmen pueda impartirle algunas materias.

Margarita la miró asombrada. Ella había ido a trabajar y observar, desde lejos y con respeto, a todas aquellas personas que con su entrega y generosidad habían fundado hospitales y escuelas y habían llevado a Málaga a la prosperidad.

Margarita se sintió la persona más afortunada del mundo.

Templete dórico donde se encontraba la colección loringiana.
Jardín Botánico Histórico La Concepción. Málaga.
Foto: archivo personal.



Jardín Botánico Histórico La Concepción. Málaga.
Foto: archivo personal.

Relato para el concurso de Zenda #HistoriasdelaHistoria

© MJ

sábado, 2 de octubre de 2021

El olvido

Ascendió por las escaleras hasta que la luz del día comenzó a esbozar las siluetas de los edificios. Los tranvías seguían poblando la Puerta del Sol y los transeúntes olvidaban sus prisas para detenerse admirados al ver un automóvil. Aquello le recordó a Francisco. Aún podía ver su cara de asombro cuando casi lo atropellan allí mismo.

—¡Mira, Catalina! Ahí va un Hispano-Suiza Alfonso XIII —sonrió sin percatarse del peligro.

Se abrochó la chaqueta, se recolocó el sombrero y le ofreció el brazo. Pero, apenas avanzó unos pasos, las obras acapararon toda su atención. Se estiró tratando de vislumbrar algo tras la valla que rezaba “Compañía Metropolitano Alfonso XIII”.

—Pareciera que el rey nos persigue —se quejó Catalina.

—No hables así. Se rumorea que está enfermo.

Los dos callaron durante un rato y aquello puso en alerta a Catalina. Francisco era la persona más alegre y más habladora que conocía. Lo miró preocupada mientras apretaba su brazo. Y de repente, Francisco, le sonrió y comenzó con la tonada de siempre.

—Soldado de Nápoles que vas a la guerra, mi voz, recordándote, cantando te espera…

A su padre no le gustaba su pretendiente. Decía que sus ocurrencias eran más propias de un niño que de un joven que ya había cumplido los veintitrés y que a veces parecía un orate. Pero su madre se mostró encantada cuando consiguió cuatro butacas para ver La canción del olvido en el Teatro de la Zarzuela. Desde entonces, cuando iba a visitarla, saludaba con la debida formalidad a su padre, pero le canturreaba esa canción a su madre a la que ya le resultaba simpatiquísimo.

Catalina le tiró de la manga para que callara mientras la gente los miraba de soslayo.

—Encontraré una rondalla que le cante Soldado de Nápoles a doña Matilde —dijo entre risas aunque hablara en serio.

—No, no —le interrumpió Catalina —. Ya no me trae tan buenos recuerdos. No me gusta nada que a la fiebre de los tres días la llamen Soldado de Nápoles.

—Pues a mí me resulta divertido. ¿No le dicen también la enfermedad de moda? ¿Qué hay más de moda que el Soldado de Nápoles?

—Una misma enfermedad no puede tener tantos nombres.

—Quizá no sea la misma. ¡Bah! Los médicos nos confunden y la prensa nos alarma.

—Esto es cosa seria, Francisco. Medio Madrid ha enfermado.

—¿Seria una gripe a la que le atribuyen tantos nombres que ni nombre tiene en realidad? Figúrate que el rumor ha llegado hasta Londres. Diego me envió en su última carta un recorte de The Times en el que la llamaban gripe española. ¡Ya nos colgaron el sambenito los ingleses!

Catalina lo miró horrorizada pero Francisco no perdió su sonrisa.

—Comprende, querida mía, que ha de parecerme gracioso que aquí le cantemos: Soldado de Nápoles que vas a la guerra, mi voz…

Y su voz se ahogó en una tos áspera que interrumpió su tarareo. Cuando pudo volver a hablar, aún dijo que se encontraba perfectamente y volvió a sonreírle.

La fiebre de los tres días no duró tres días. Los remedios del doctor Hernández no surtían efecto, los vecinos los rehuían y doña Ana desesperaba. No les quedaba más que rezar juntas y observar desde lejos a un Francisco consumido en su cama.

El mundo tuvo que admitir que se enfrentaba a algo peor que aquella Gran Guerra que ya había acabado.

Catalina seguía en pie en las escaleras. ¡Maldito Soldado de Nápoles! La Puerta del Sol fue el último lugar que oyó la risa de Francisco. Apretó en su mano el billete del Metropolitano Alfonso XIII y contuvo las lágrimas. Ni siquiera pudo cumplir su anhelo de 15 céntimos y una vida. Una vida que no alcanzó para subir al ferrocarril subterráneo.

Ahora debía volver a pisar aquel lugar antes de enfrentar un destino completamente distinto al que había imaginado tres años antes. Sabía que Diego ya había pedido su mano y su madre la había aleccionado sobre tan buen partido.

Había llegado el momento de encarar un futuro sin su Francisco en un mundo que, tras la pérdida de millones de vidas, hacía un pacto de silencio ante el horror y callaba para olvidar.

—¿Queréis olvidar? El mañana se olvidará de nosotros y de la enfermedad de los mil nombres…

 

La Puerta del Sol fotografiada por la autora del relato.

Relato para el concurso de Zenda  #HistoriasdelaHistoria

© MJ