Los científicos aplican métodos exactos para lograr repetir los experimentos
en sus laboratorios y estudiar sus resultados. Esto es, en esencia, el método
científico que tan maravillosos avances nos da a la vida humana y a la
civilización. No renegaré de ello y los alabaré. Pero en mi humilde opinión el método
científico tiene sus grietas y eso no se nos escapa a la gente corriente, o
quizá lo vemos así por desconocimiento.
¿Todo aquello que no pueda
demostrarse en laboratorio, todo aquello que se ha experimentado una vez pero
no ha podido reproducirse de nuevo, no es ciencia? Quizá no sea ciencia en
estos momentos pero… ¿Los científicos contemplan la posibilidad de que pueda
ser explicado y reproducido en el futuro con más conocimientos y otro punto de
vista y ser admitido como ciencia?
En el pasado la alquimia
era considera un arte, algo inexplicable, incluso mágico. Los alquimistas sí le
daban explicación, algunas de ellas aparentemente razonables, como conté aquí.
Lo cierto es que estos magos bordearon la ciencia, crearon laboratorios y
comenzaron el siempre interesante camino de la química.
Todos tenemos pasado,
incluso la ciencia. Y un pasado no demasiado científico.
La alquimia fue una
protociencia que dio lugar a la química, del mismo modo que la astrología dio
paso a la astronomía. Se llama protociencias a todas aquellas teorías que
tienen una cierta base, una hipótesis sólida respecto a las evidencias de ese
momento, pero que no pueden demostrarse. En este sentido, actualmente tenemos
ejemplos de ello, como la “teoría de las cuerdas” que aún está por demostrarse.