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lunes, 21 de agosto de 2017

El frío que vino del aire acondicionado


Quizá no te resulte extraño cruzarte por la mañana temprano con varias personas vestidas con chaqueta, lo que si puede sorprenderte es hacerlo en una de esas ciudades donde todos los veranos antes de las 8 de la mañana los termómetros ya rozan los 30º. Entonces puede que las mires desconcertado sin comprender porqué van en manga larga e incluso con un pañuelo alrededor del cuello. La respuesta es sencilla.

https://pixabay.com/es/term%C3%B3metro-fr%C3%ADo-caliente-verano-890779/Mientras hay profesiones que echan de menos el aire acondicionado, hay otras que lo echan de más. En las oficinas, la temperatura suele ser tan baja que parecen un frigorífico o un pingüinario, directamente. No cesan de escucharse toses y hay bastantes personas que sufren bronquitis crónicas que no amainan en verano. Cuando sales del trabajo aún con la rebeca puesta, tienes la cara, las manos y los pies helados, la ropa está fría y aún permanece así durante un buen rato. Entras en el autobús y el aire gélido te traspasa, se abren las puertas del centro comercial y se desata el más crudo invierno de forma repentina. ¿Quién se atreve a meterse en el probador de una tienda de moda y quitarse la ropa para ver cómo te quedan las prendas de verano? Probarse un abrigo parece más apropiado en esas circunstancias.

Seguro que el aire acondicionado no se inventó para vivir un auténtico invierno en manga corta en julio y agosto, bien porque el aparato no funciona correctamente y se crean corrientes, o bien porque se convierte en un arma en manos de gente que lo maneja inconscientemente.

Pero que nadie se lleve a engaño, el aire acondicionado no se ideó para que las personas estuviésemos fresquitas en verano, aunque sea el primer motivo que se nos pasa por la cabeza, sobre todo si tenemos en cuenta que desde la antigüedad se pensó en cómo suavizar las altas temperaturas que se alcanzaban en verano en las zonas más cálidas del planeta.

Creemos que el abanico ya existía en la prehistoria, aunque la primera prueba que tenemos data del año 3000 a.C. Esta no era una solución demasiado efectiva, así que no faltaban quienes ideaban métodos rudimentarios para mantener fresca la casa. Una de las medidas más comunes era orientar con cuidado la fachada, situar puertas y ventanas en lugares donde pudieran generar corrientes de aire, poner patios, fuentes, y elegir bien la altura de los techos. Para mantener fríos los alimentos se utilizaba nieve y los romanos llegaron a fabricar su propio hielo.

Parece ser que los primeros que pudieron disfrutar de una especie de “aire acondicionado” fueron los faraones egipcios mediante un complicado método de enfriamiento de las piedras que formaban algunas habitaciones del palacio: miles de esclavos desmantelaban las paredes durante la noche, transportaban los bloques al desierto (que tiene muy bajas temperaturas nocturnas) y, una vez enfriadas, las llevaban de vuelta al palacio para que el faraón disfrutara durante el día de un ambiente mucho menos caluroso que en el exterior del edificio.

https://es.wikipedia.org/wiki/Nevero_artificial
Antiguo nevero en la montaña.
Las soluciones más extendidas desde las primeras civilizaciones hasta el siglo XX,  fueron los neveros y las casas de hielo, una especie de pozo que se llenaba de nieve en invierno y se recubría para disfrutar de hielo durante el resto del año. Así, la gente poderosa, podía disfrutar de una casa de hielo en su propio patio. Para los que pudieran permitírselo, existían unos establecimientos especializados donde se vendía nieve procedente de casas de hielo o de las montañas (iban por las noches con una mula y regresaban al amanecer con la nieve), pero era mucho más caro un poco de hielo que una jarra de vino.

Los musulmanes refrescaban el ambiente, creando todo un sistema de pequeños canales de agua que corrían por el suelo, con las altas temperaturas del día, el agua se evaporaba y el calor disminuía un poco.

https://es.wikipedia.org/wiki/Nevero_artificial
La pintura Els nevaters de la Massanella (1750) de
Jaume Nadal muestra la recogida de la nieve en la sierra.

Hubo que esperar a 1842 para que Lord Kelvin ideara lo que se convirtió en el principio del aire acondicionado (un circuito frigorífico hermético basado en la absorción del calor a través de un gas refrigerante).

A principios del siglo XX, la Buffalo Forge Company, que fabricaba calentadores, sopladores y dispositivos de extracción de aire, contrató al jovencito Willis Carrier, recién graduado en ingeniería industrial y lo asignó al departamento de sistemas de calefacción para secar la madera y el café. Uno de sus clientes, la compañía litográfica y de publicaciones de Brooklyn, Sackett-Wilhelms, se quejaba de que los efectos del calor en el papel y la tinta les impedían fijar los colores, con lo que no conseguían una buena impresión a cuatro tintas.

https://pxhere.com/es/photo/876927Un día de 1902, mientras esperaba el tren en el andén de la estación de Pittsburgh, Carrier seguía dándole vueltas a una posible solución para su cliente mientras miraba la espesa niebla que lo rodeaba, y entonces se le ocurrió: podía secar el aire haciéndolo pasar por agua. Se puso a trabajar en ello y pronto tuvo lista una máquina que, mediante tubos enfriados, controlaba la temperatura y la humedad. Este fue el primer aparato de aire acondicionado de la historia. Lo llamó “aparato para tratar el aire” y lo patentó en 1906 (aunque el término “aire acondicionado” lo creó Stuart H. Cramer al patentar otra máquina parecida). En 1911 reveló su fórmula a la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos.

El éxito de su invento no se hizo esperar, pues las industrias textiles del sur del país, que también tenían problemas en su producción a causa del calor y la humedad, compraron los dispositivos.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, la empresa donde trabajaba Carrier se centró en la fabricación de material militar y eliminó el departamento de aire acondicionado. Entonces Carrier se lanzó, junto a unos amigos, a crear su propia empresa, la Carrier Engineering Corporation. En 1924 instalaron el aire acondicionado en el sótano de unos grandes almacenes, y ésta vez el público no salió mareado, sino encantado con el cambio. Al año siguiente, el Teatro Rivoli de Nueva York, donde se proyectaban las películas del momento, contrató sus servicios y vio como se formaban largas colas en la entrada, aunque las señoras no se fiaban todavía del invento y llevaban su abanico en la mano. El éxito fue tan grande que, poco después, no solo las salas de cine tenían aire acondicionado, también lo adquirieron los hospitales, las oficinas, los aeropuertos y los hoteles. En esta década empezaron a comprarlo también los particulares, y, la posibilidad de controlar el calor dentro de casa, fue uno de los motivos por los que la población inició una gran migración a la zona sur del país.

https://ahombrosdegigantescienciaytecnologia.wordpress.com/2015/07/17/un-invento-revolucionario-el-aire-acondicionado/
Publicidad  del aire acondicionado y colas en la puerta
 del Teatro Rivoli de Nueva York.

El control del calor y la humedad fueron fundamentales en la industria de los alimentos (podían refrigerarse y transportarse mucho mas lejos), los textiles, las medicinas, los plásticos, la construcción (se pudieron levantar edificios de más de 20 plantas) y hasta en los circuitos electrónicos que luego proporcionaron tantos adelantos en la tecnología y la informática.

Carrier no paró de investigar y mejorar sus equipos. Pero llegó el crack del 29 y la Gran Depresión, lo que congeló las ventas. Al término de la Segunda Guerra Mundial la empresa se recuperó alcanzando un gran éxito en el mercado internacional.

Carrier es considerado el padre del aire acondicionado y su fórmula sigue siendo fundamental a día de hoy. La empresa Carrier sigue funcionando actualmente.
https://pixabay.com/es/aire-acondicionado-hotel-instalaci%C3%B3n-32321/

miércoles, 9 de agosto de 2017

Casi inmortales II


Como ya contábamos, estos días (del 9 al 13 de agosto de 2017) tiene lugar en San Diego (California) el festival RAAD: Revolution Against Aging and Death, del que nos hablaba José Luis Cordeiro.

Durante la entrevista en el programa Cuarto Milenio, Iker Jiménez le preguntó si creía que hay poderes a los que no les interese esta revolución, ni que esto llegue al gran público, a lo que Cordeiro respondió afirmativamente, pero dijo estar seguro de que todos estos avances se vivirán en los próximos 30 años y que los tratamientos se democratizarán, llegando a estar al alcance de todo el mundo. Su deseo es que este tema se conozca y que la sociedad apueste por ello e invierta en las tecnologías que no solo nos convertirán en inmortales, sino que además rejuvenecerán a todos los que se sometan a los tratamientos. Esto logrará que todos vivamos muchos más años sanos y jóvenes, que estemos en pleno uso de nuestras facultades, que la sociedad sea mejor y que la muerte sea una opción. Para ello cuenta con convencer a todos aquellos médicos y científicos que los miran con recelo, que no creen en los avances que, según él, ya se están realizando a día de hoy, y les pide que abran la mente, porque solo así podrán ser mejores médicos. Cordeiro está convencido de que estamos en la época que verá la última generación mortal y la primera inmortal, que son los mejores tiempos para estar vivos, porque pronto conseguiremos vivir eternamente jóvenes y asegura que en 2045 asistiremos a la muerte de la muerte.

https://twitter.com/navedelmisterio/status/879082827370950657
Un momento de la entrevista.

Cordeiro no es el único científico que cree que rejuvenecerá y será inmortal. Son muchos los que están seguros de que no van a morir. David Wood piensa que hay un 50% de posibilidades de que en el año 2040 seamos inmortales. Valerija Udalova (científica de KrioRus) cuenta que tienen a 53 personas criopreservadas, muchos más contratos para el futuro y que ella misma se va a criopreservar para ser reanimada en el futuro. Max More dice que en el futuro nadie tendrá edad y que, incluso la gente que cree que envejecer es bonito, elegirá no hacerlo. Aubrey de Grey contempla la posibilidad de que la gente muera por accidentes inusuales, nuevas enfermedades que aún no tengan cura o por guerras, pero que la mayoría podrá vivir cuanto quiera.

¿Están en lo cierto o se equivocan?

Una importante parte de la comunidad científica no cree que los avances que se están consiguiendo lleven hacia la juventud eterna y la inmortalidad. Los médicos piensan que puede aumentarse la longevidad y dar mayor calidad de vida a las personas durante más tiempo, pero no revertir el envejecimiento real ni, mucho menos, llegar a ser inmortales.

En un mundo donde sus habitantes se multiplican exponencialmente pese a los bajos índices de natalidad de algunos países, los millones de muertes por epidemias y hambrunas (que siguen asolando el hemisferio sur), las guerras, las enfermedades incurables, los accidentes y las alarmas sanitarias que saltan cada cierto número de años; la superpoblación sigue suponiendo un grave problema que no tiene visos de solucionarse. Estamos en un planeta que se agita con huracanes, tornados, terremotos, maremotos y erupciones volcánicas; donde el cambio climático sube la temperatura cada año, derritiendo los polos, elevando el nivel del mar, desertizando amplias regiones y provocando catastróficas inundaciones en otras. En medio de todo ello nos encontramos también con los problemas sociales y económicos derivados de las crisis que han azotado a los países desarrollados, mientras los que siguen en vías de desarrollo viven en una crisis perpetua que los obliga a emprender migraciones forzosas. El endeudamiento, el empobrecimiento, la preocupación por el empeoramiento de las condiciones laborales y de los salarios, la pérdida del empleo y la escasa esperanza de reincorporarse al mercado laboral a edades todavía jóvenes, el temor a no poder pagar el alquiler o ser desahuciados, el miedo a no llegar a cobrar una jubilación cuando acabe nuestra vida laboral, todo ello pesa sobre nuestras cabezas como una espada de Damocles.

https://www.youtube.com/watch?v=02BE4E6w8EQ
La contaminación y el cambio climático amenazan el planeta.

Claro que querríamos ser todos jóvenes, sanos y vivir mucho tiempo… pero ¿se puede en estas condiciones? ¿Puede nuestro planeta o un sistema social y económico proporcionar el trabajo, el alimento, la casa, la sanidad y el bienestar necesarios para que todos vivamos ese sueño? No me cabe duda de que ellos, los que creen en la inmortalidad, también lo han pensando y que, entre sus planes, cuentan con que se crearán bases espaciales y habitaremos Marte y otros planetas. ¿De verdad en el 2045 será así?

Dicen que viviremos en un mundo sin edad, donde nadie querrá envejecer y donde lo popular será ser eternamente jóvenes. Ya estamos en ese mundo en el que nadie quiere envejecer. En nuestra sociedad actual ya sufrimos suficientes presiones para mantenernos jóvenes el máximo tiempo posible, porque en nuestro mundo occidental la idolatría hacia la juventud llega a límites insospechados, la tiranía de la juventud se impone; la culpabilización, la humillación, la frustración y, finalmente, la invisibilidad que sufren millones de personas al ir envejeciendo (sobre todo las mujeres) nos obligan a intentar retrasar la llegada de las arrugas y demás signos de envejecimiento con la cirugía estética y con miles de dólares invertidos en cremas “milagro”. Es la cosmética la que se lleva una sorprendente parte de nuestro dinero. Al ser ya innecesario comprar cremas antiarrugas (puesto que nunca aparecerá una en nuestro rostro), ni someternos a tratamientos estéticos convencionales ¿los grandes del sector se quedarán cruzados de brazos mientras sus negocios se vuelven obsoletos? Lo más sensato sería unirse a las terapias de eterna juventud que nos ofrecen estos científicos, pero ¿lo harán? ¿O tomarán el camino de otras grandes compañías que siguen comprando patentes de inventos para guardarlos en un cajón y que no vean la luz?

Nunca he dado mucho pábulo a los conspiranoicos pero, en caso de alcanzar la juventud eterna ¿nos permitirán los grandes poderes que mueven el mundo acceder a todo lo conseguido por los científicos o lo dejaran en secreto para ellos solos?
https://www.flickr.com/photos/jamescridland/613445810
La superpoblación.

Por suerte ya han pasado los tiempos en que los grandes conquistadores querían someter bajo su mandato a toda la tierra conocida… ¿o no? No quiero imaginarme si hubiesen tenido acceso a esa tecnología y se hubiesen convertido en inmortales personajes de la talla de Alejandro Magno, César, CarloMagno, Carlos V, Napoleón y Hitler. ¿Hasta dónde habrían llegado sus disputas por el control mundial siendo inmortales y contemporáneos?

Desde que los Homos se dieron cuenta de lo que suponía realmente la muerte, se hicieron las primeras preguntas transcendentales  y descubrieron la “protofilosofía” o la “protoreligión” nos hemos preguntado que había en el más allá. Las grandes religiones han intentado dar respuesta y son muchos los que creen que nos reencarnaremos o que resucitaremos llegado el momento; otros confían en reunirse con su dios y sus familiares perdidos en un lugar mejor  y los, cada vez más numerosos, ateos creen que no hay nada.

¿Sabrán los científicos cómo reanimar a los criopreservados una vez  haya llegado la fecha en la que pidieron ser “despertados”? Porque hasta el momento, o por lo menos que se sepa, no se ha reanimado a ninguno. Y de lograrlo con éxito ¿serán ellos mismos? ¿Seguirá su alma (si es que tenemos alma) habitando un cuerpo muerto y congelado durante décadas o cientos de años?

Mientras todo esto sucede, los parapsicólogos siguen haciéndose preguntas, persiguiendo fantasmas, grabando psicofonías, intentando comunicarse, por medios tradicionales o utilizando la más alta tecnología, con el más allá.


En una cosa tiene Cordeiro razón y es que este tema no merece discusión. La respuesta nos llegará dentro de 30 años y podemos esperarla tranquilamente (los que sigan aquí, sería muy triste morir a un paso de conseguir la inmortalidad), el tiempo pasa demasiado deprisa, pero no tendremos ya que preocuparnos por los años cumplidos, porque en 2045, tengamos la edad que tengamos, nos rejuvenecerán y tendremos toda la vida por delante… ¿o no?

https://pixabay.com/es/la-tierra-mundo-550157/
La Tierra.