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jueves, 30 de diciembre de 2021

El roscón de Reyes.

En muchos países las celebraciones navideñas finalizan el día 6 de enero con el famoso roscón de Reyes, un bollo dulce, redondo, cubierto de fruta escarchada, que puede estar relleno de nata o crema y que en su interior guarda una figurita de cerámica y un haba. Se suele desayunar la mañana del día de Reyes o tomarlo  como postre tras el almuerzo o en la merienda, según la costumbre familiar.

Muchos piensan que esta tradición está estrechamente relacionada con los Reyes Magos de Oriente, pero nada más lejos de la realidad.


Roscón de Reyes. 
Foto: archivo propio.

Parece que esta costumbre se implantó en el siglo II a.C. en el marco de los homenajes a Saturno, dios de la agricultura y las cosechas, y que eran conocidas como las Saturnales o la fiesta de los esclavos. A mediados de diciembre, se celebraba el fin de los trabajos en el campo y el triunfo de la luz sobre la oscuridad al hacerse los días más largos (Sol Invictus, nuestro solsticio de invierno). Durante una semana se celebraba una fiesta donde se comía, bailaba y se intercambiaban regalos. Uno de los dulces típicos era una torta de miel, frutos secos, dátiles e higos que se repartía entre los esclavos. Parece que fue en el siglo III d.C. cuando comenzó a esconderse un haba (que simbolizaba la prosperidad) en el interior de la torta de frutos secos: el esclavo que encontrara el haba sería libre durante las Saturnales.

En el siglo IV la Iglesia cristianizó algunas de las fiestas paganas, pero olvidó otras y tal fue el caso de la torta con el haba de la prosperidad. Sin embargo, la tradición sobrevivió en Francia que con el tiempo convirtió la torta en un roscón y llamó a la fiesta Le Roi de fave. Tuvo gran popularidad entre la realeza y la aristocracia que reunía a la familia entorno al dulce para ver quien se convertía en el Rey del haba.

Dicen que fue el cocinero de Luis XV el que escondió una moneda de oro dentro del roscón y ya nadie se contentó con que le tocase el haba. En el siglo XIX la moneda fue sustituida por una figurita de cerámica. Aunque en España se conocía esta tradición, fue el rey Felipe V quien la popularizó en todo el país.

En la actualidad, el 6 de enero se come roscón de Reyes en España, Portugal, Francia y algunos países latinoamericanos. Quien encuentra el regalo (figurita de cerámica) se corona rey durante un día, pero quien se topa con el haba tiene que pagar el dulce y se convierte en “el tonto del haba”, de donde proviene el viejo insulto tontolaba.

Algunos roscones vienen acompañados por una poesía que dice:

He aquí el roscón de Reyes, tradición de un gran banquete en el cual hay dos sorpresas para los que tengan suerte.

En él hay, muy bien ocultas, un haba y una figura; el que lo vaya a cortar hágalo sin travesura.

Quien en la boca se encuentre una cosa un tanto dura, a lo peor es el haba o a lo mejor la figura.

Si es el haba lo encontrado este postre pagarás, mas si ello es la figura, coronado Rey serás.

Roscón de Reyes con la corona que llevará el que encuentre la figurita.
Foto: archivo propio.

lunes, 20 de diciembre de 2021

Películas navideñas.

Una de las tradiciones navideñas es sentarse en el sofá con una manta y ver una peli… navideña. Al clásico de todos los clásicos navideños ¡Qué bello es vivir! (1946), se unen otros maravillosos como Recuerdo de una noche (1940), El bazar de las sorpresas (The shop around the corner, 1940), De ilusión también se vive (Miracle on 34th Street, 1947), La mujer del obispo (1947) o Navidades blancas (1954). Junto a ellos contamos con los nuevos clásicos de finales del siglo XX como Los Gremlins (1984), Los fantasmas atacan al jefe (1988), Solo en casa (1990),  Eduardo Manostijeras (1990), Mientras dormías (1995), ¡Vaya Santa Claus!(1994), Un padre en apuros (1996) y los del principio del siglo XXI Family man (2000), El Grinch (2000), Elf (2003), Love Actually (2003), Polar Express (2004), The Holiday (2006), Cuento de Navidad (2009)… Hay muchísimas y seguro que tenéis vuestras favoritas. Las mías: ¡Qué bello es vivir!, Vacaciones (The Holiday) y Mientras dormías.

Escena de "¡Qué bello es vivir!". Filmoterapia.
Foto: jaimeburque.com/blog/poster/8575

España no se queda atrás y tiene su propio catálogo de clásicos: Plácido (1961), La gran familia (1962) o ¡Se armó el belén! (1970).

Los norteamericanos tienen una gran industria de tv-movie y cada año exportan una buena cantidad de telefilmes romántico-navideños a los que ahora se unen las plataformas digitales. Ya desde principios de noviembre las diferentes cadenas nos preparan maratones de sobremesa, fines de semana o nocturnos con estas películas con la única pretensión de entretenernos.

Navidades blancas.
Foto: cinerama.

Algunas me parecen, personalmente, inspiradas en las clásicas. Hace poco vi por primera vez el musical Navidades blancas protagonizado por Bing Crosby y Danny Kaye donde dos veteranos de guerra que se dedican al mundo del espectáculo acuden a un hotel de Vermont dirigido por su excomandante que está al borde de la ruina y que ellos ayudan a rescatar. Salvando las distancias (bastantes distancias) nos encontramos con el telefilm Navidad en Jamaica (Romance at Reindeer Lodge, 2017) donde la protagonista gana un viaje para pasar la Navidad en otra Jamaica (Vermont) muy diferente a la esperada y donde tendrá que ayudar a salvar el “Hostal de los renos” de la falta de huéspedes…

En Vacaciones Kate Winslet y Cameron Diaz son dos desconocidas que tras un desengaño amoroso deciden apuntarse a una web de intercambio de casas para pasar las Navidad lejos de todo, mientras que en el telefilme La llave de mi corazón (Finding Christmas, 2013) son dos chicos los que tienen esta misma idea.


J.T. Hodges "Joy to the World" Hallmak "Finding Christmas" (2013). Youtube.

La temática de esta clase de telefilmes son siempre el amor, el espíritu navideño y la ilusión. ¡Y todo está adornado tan bonito! Aparecen hermosas casas con luces por todas partes, grandes árboles de Navidad, muñecos de nieve, Santa Claus, chimeneas con calcetines y todo lo que os podáis imaginar. En muchas son tan rápidos en enamorarse que les basta una semana antes de la Navidad o los días que van desde Nochebuena a Fin de Año. En realidad, la Nochebuena no la celebran especialmente, aunque suele ser el momento en que la pareja sella su amor con un beso…

"Mientras dormías"
Foto: filmaffinity

Estas películas románticas-navideñas son, casi siempre, estadounidenses o canadienses y tratan sobre:

  • Chica de la gran ciudad que viaja (por motivos laborales, familiares o de crisis personal) a un pueblecito muy navideño donde conoce a un sencillo y guapo vecino del que se enamora.
  • Parejas que se conocen durante el viaje hacia su destino navideño como en Navidad bajo las estrellas (One Starry Christmas, 2014) donde aprendemos un montón sobre tradiciones norteamericanas.
  • Chica que regresa por Navidad al pueblo de su infancia y se reencuentra con un antiguo amor al que nunca consiguió olvidar como en Navidad por correspondencia.
  • Chica que durante sus vacaciones conoce a un atractivo viudo y a su hija a la que le cae genial y se empeña en que no se marche antes del día de Navidad como en Escapada romántica (Christmas Getaway, 2017).
  • Chica a la que su empresa envía a un pueblo para cerrar una fábrica que no genera beneficios pero se enamora del guapo director que cree que viene a ayudarle.
  • Chico con negocio de abetos o juguetería que se enamora de una de sus clientes o de la dueña de la tienda de al lado.
  • Chica que vende galletas de Navidad u organiza una fiesta para su empresa con muchos cascanueces.
  • Princesa o príncipe de un pequeño (y ficticio) país europeo que se escapa de su viaje oficial a Estados Unidos para darse un paseo de incógnito por la ciudad o se queda atrapado camino del aeropuerto por una nevada.
  • Cenicienta navideña como en Cenicienta se enamora (2016)

Lo cierto es que, aunque los americanos digan que Nueva York es la capital de la Navidad, la mayoría de sus telefilmes transcurren en pueblecitos de montaña.

Sobre el momento de iluminar el árbol del Rockefeller Center dicen en Navidad bajo las estrellas:

—Es un milagro navideño— cuenta Holly —En serio, lo es. Cuando se construyó el edificio en 1931, los obreros estaban felices de tener trabajo. Pusieron un abeto, lo decoraron con arándanos y latas de conserva y el día 24 se reunieron junto al árbol para recibir el milagro: sus pagas.

—Después de la depresión sí que fue un milagro— contesta Lucke.

—Exacto. Y a los dos años pusieron el árbol oficial del Rockefeller —continúa ella—Así la gente recuerda que todo es posible en Navidad.

               Trailer de Navidad bajo las estrellas de Hallmark channel.

A pesar de todo, soy de las que se sientan en el sofá con la mantita a ver una de estas películas, aunque sepa que el espíritu navideño escasea y que añadirle la idea de que si no tienes pareja, la encontrarás en Navidad, queda bonito en la ficción pero no es cierto…

Y después de varias maratones de telefilmes navideños tengo una cosa que decir:

¡Hey! Ejecutivo/abogado/empresario de éxito de una gran ciudad, si tu novia te dice que se va tres días a un típico pueblecito nevado con multitud de tradiciones navideñas tienes el 100% de posibilidades de que tu chica se enamore de un encantador lugareño y se quede a vivir con él.

Foto: bancodeimagenesgratis.com

viernes, 10 de diciembre de 2021

Otros aniversarios de 2021.


Si hace unas semanas celebrábamos el nacimiento de Goya y contábamos como fue testigo de la Guerra de la Independencia contra los franceses, ahora toca la conmemoración del bicentenario del fallecimiento de Napoleón Bonaparte.

Para muchos Napoleón fue uno de los mayores genios militares de  la historia, un brillante legislador y administrador, el que sentó las bases de la guerra moderna, quien fijó las conquistas de la Revolución Francesa y  llevó a Europa a la Edad Contemporánea. Para otros fue un dictador que traicionó la misma Revolución y cuyas batallas costó la vida a millones de personas.

Combatió en la Revolución Francesa, dio un golpe de Estado el 9 de noviembre de 1799 (18 de Brumario) que acabó con el Directorio para convertirse en Primer Cónsul, creo la Constitución napoleónica del año 1800 y se autoproclamó Emperador en 1804 poniéndose él mismo la corona y coronando a Josefina en Notre Dame.

Coronación de Napoleón. Jacques Louis David.
Foto: Wikipedia. Dominio Público.

Durante más de una década su genio como estratega y estadista convirtió al ejército francés en una máquina de guerra que conquistó buena parte de Europa. Sus tropas, además, arramblaron con todas las piezas de arte que pudieron llevarse para formar parte del museo del Louvre e intentaron destruir otras muchas. Ya hablamos de lo que hizo en Venecia o España. Se apropió de la Gioconda y la colgó en su palacio. Estaba obsesionado con los objetos de poder, se apropió del retablo de El Cordero Místico de Gante y ambicionó la lanza de Longinos. Admirador de Alejandro Magno y Julio César, los emuló pasando una noche en el interior de la Gran Pirámide.

Su plan para conquistar la Península Ibérica no salió como esperaba, pues los españoles y portugueses organizaron una lucha de guerrillas que obligó a Napoleón a dedicarles mayor contingente del que esperaba. Llevó un ejército de medio millón de hombres a Rusia, pero allí les obligaron a adentrase en las heladas estepas y las tropas regresaron diezmadas y abatidas.

Después de lo ocurrido en Rusia, toda Europa se levantó contra Napoleón que tuvo que abdicar tras su derrota en la batalla de las Naciones en 1813. Pero en marzo de 1815 desembarcó en la Costa Azul dispuesto a recuperar la corona. Es muy significativo leer los titulares del periódico El Monitor contando como Napoleón se acercaba a la capital: comenzaba como “El ogro sanguinario de Córcega abandona su prisión” y va suavizando los adjetivos hasta acabar en un titular muy diferente cuando alcanzaba París “Su majestad imperial llega a la capital de sus Estados en medio de sus fieles”. Fue conocido como Imperio de los Cien Días hasta que fue derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo y desterrado a la isla de Santa Elena donde falleció en 1821.

VIII centenario del nacimiento de Alfonso X.

Murcia y Toledo son algunas de las ciudades que están conmemorando el nacimiento de Alfonso X, el sabio. Estos homenajes comenzaron en septiembre de 2021, cuando Murcia los inauguró con la fiesta de Moros y Cristianos, y durarán hasta junio de 2022. Habrá exposiciones, conferencias y talleres.

Escultura de Alfonso X, el sabio
en la Biblioteca Nacional (Madrid)
Foto: Luis García. Wikipedia.
Alfonso X fue rey de Castilla y León entre los años 1252 y 1284. Hoy en día se le conoce, ante todo, por el impulso que le dio a las diversas ramas del saber durante su reinado.

Alfonso centró su actividad en la (re)conquista del territorio peninsular que dominaban los musulmanes y en la repoblación de las tierras. En sus Partidas los musulmanes y los judíos no salían muy bien parados, pero, a la hora de la verdad, la mayoría de sus colaboradores en el ámbito cultural eran judíos.

En el siglo XIII se ampliaron las especies cultivadas, se mejoró el comercio, la fabricación textil y se generalizaron los mercados gracias a lo aprendido de los musulmanes.

Alfonso X vio todo el saber que podían aportar los judíos y musulmanes al que ya poseían los cristianos. Le interesaba muchísimo la astronomía: durante su reinado se tradujeron diversas obras y los astrónomos judíos Ishaq ben Sid y Yehudé ben Mosé crearon las Tablas astronómicas alfonsíes. Quiso que se estudiara historia (impulsó una compilación de Historia Universal que solo alcanzó al siglo I después de Cristo y la Primera Crónica General de España que llegaba hasta la época de Alfonso VIII y donde se aprecia la importancia que tiene en nuestra historia la convivencia de las tres religiones). También se sentía atraído por la música, el ajedrez, el arte gótico y el islámico. Apoyó los estudios de ciencia y medicina con la publicación de Historia naturalis de fray Juan Gil de Zamora, donde se siguieron enseñanzas de los médicos de la antigüedad clásica y los árabes. Fundó varias cátedras que ayudaron a encumbrar a la Universidad de Salamanca. Se preocupó por la lengua procurando la traducción y creación de textos en castellano y apoyando a la escuela de Toledo. Pero consideraba que el gallego era la lengua más poética y su gusto se inclinaba hacia la lírica galaicoportuguesa. Las obras más famosas de su época fueron las Cantigas, de las que se le considera autor. Hoy en día está probado que él mismo compuso al menos diez de ellas.

VIII centenario de la construcción de la Torre del Oro de Sevilla.

Es una torre albarrana a orillas del Guadalquivir que se edificó por orden del gobernador almohade Abù I-Ulà como parte de las defensas de la ciudad. Su inició en 1220 y las obras finalizaron en febrero de 1221, cinco meses antes de que se pusiera la primera piedra de la catedral de Burgos. Ambas construcciones son coetáneas y están de cumpleaños.

Torre del Oro.
Foto: Martinvl. Wikipedia.
En las crónicas que hace Alfonso X de la conquista de Sevilla en 1248 ya la nombra como Torre del Oro y nos cuenta como los castellanos, pocos años antes de que él fuera rey, tuvieron que romper el puente de barcas que unía esa orilla del río con la de Triana. Para ello se requirió que los artesanos y marinos cántabros y asturianos realizaran una flota que conseguiría la hazaña. Por este motivo los escudos de algunas localidades del norte de España lucen la imagen de la Torre del Oro y de sus cadenas.

Varias son las leyendas sobre el nombre de la Torre del Oro: algunos afirmaban que se debía a que estaba cubierta de azulejos que reflejaban el sol, otros que allí se guardaba el oro que traían de América, pero ninguna de las dos versiones es verdadera. Parece ser que brillaba por el mortero de cal y paja que la componía.

Fue capilla de San Isidoro y más tarde prisión. Durante la Revolución de 1868 se demolieron las murallas de la ciudad y, como la torre presentaba mal estado, también se pensó en destruirla, pero era ya un símbolo para los sevillanos que consiguieron salvarla y se restauró.

En la actualidad alberga el Museo Naval de Sevilla. Y, una última curiosidad, existe la Torre de la Plata que también formaba parte de las defensas de la ciudad y que Alfonso X llamó en su crónica torre de los Azacanes.