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martes, 26 de febrero de 2013

Sonidos olvidados



Un silbido se coló en mi subconsciente y me arrancó de los brazos de Morfeo. Sonaba fuerte, intenso e irritante, pero al mismo tiempo tenía algo de familiar. Tardé unos segundos en darme cuenta y una expresión de extrañeza se dibujó en mi cara. Lo reconocí, era un sonido de mi niñez, lo tenía olvidado en un rincón de mi mente y unas pocas notas de una flauta me lo devolvieron.

-¡El afiladooooooor!- gritaba mientras esperaba que la gente, como antaño había hecho con su padre o su abuelo, le rodeara con los más diversos instrumentos de cocina o costura.

Recuerdo otra voz, pero el mismo oficio, recuerdo la moto con el motor arrancado y la piedra de afilar, recuerdo haberme acercado alguna vez con unas viejas tijeras… ¡Qué extraño! ¿Cuánto tiempo hacía de eso?



En una sociedad de consumo, de obsolescencia programada, no tenían cabida esta clase de oficios, pero en el recuerdo y en el corazón de las personas, sí. Las circunstancias cambian y hay momentos en los que rescatar el pasado se convierte en una buena opción.

Ese sonido familiar e inesperado me devolvió otros que también había ido olvidando.

-Ya ha llegado a su barrio el tapicero- decía un altavoz desde una vieja furgoneta.

Sonreí al rescatar los que tenía más cercanos en el tiempo, como el del vendedor ambulante de almendras, que ofrecía sus cucuruchos de papel cantando “¡Ay, qué ricas!” y los actuales vendedores de melones, naranjas, papas y demás frutas o verduras, que siguen recorriendo los barrios y que vuelven a tomar protagonismo.

-¡Un euro! ¡Un euro dos kilos de naranjas! ¡Venga, señora, que me las quitan de las manos!


Me temo que no, no se las quitan de las manos, pero por lo menos, no faltan euros en su bolsillo.

El silencio me sacó de mis pensamientos. No sonaba la flauta. ¿Y el joven afilador? Me asomé a la venta y ya no había rastro de él. Estoy segura de que no lo soñé, estaba ahí, aún había ecos de su chiflo. El próximo día estaré más atenta por si se me presenta de nuevo la oportunidad de viajar al pasado sin máquina del tiempo.