El Festival de la canción de Eurovisión nació en
1956 con la idea de estrechar lazos entre los países europeos. En aquella época
el continente seguía intentando reconstruirse tras las guerras y los motivos de
unión y reunión eran bienvenidos. A día de hoy, el famoso festival sigue
celebrándose, contando cada vez con más países participantes, pero también con
más detractores que lo consideran algo desfasado y sin valor musical.
Tal y como contábamos, el Festival de Eurovisión
2017 se ha celebrado en Kiev (Ucrania) no exento de polémica, como suele ser
habitual. En este caso el tira y afloja que han mantenido Ucrania y Rusia por
la cuestión de Crimea ha impedido que la cantante rusa pisara suelo ucraniano y
este país se ha quedado sin participar este año en el festival.
Todas las galas de Eurovisión suelen hacer un
despliegue de tecnología espectacular para que la puesta en escena de los diferentes
países, lo que actualmente cobra la máxima importancia, brille de forma
deslumbrante. Ucrania no se ha quedado atrás y ha puesto a disposición de los
cantantes unas impresionantes pantallas donde se proyectaban desde los fuegos
artificiales más largos emitidos durante una actuación, hasta la imagen de la
Tierra vista desde el espacio. La organización del evento ha costado 50
millones de euros y, como ocurre casi todos los años, los beneficios no
alcanzan ni la mitad del dinero invertido. A los tres presentadores, todos
hombres, se les ha criticado su pobre nivel de inglés y su encorsetamiento,
aunque ellos se esforzaran por explicarnos en clave de humor el duro
entrenamiento al que se habían sometido para conducir una gala que vieron más
de 200 millones de personas. El espectáculo fue
seguido por los 42 países que competían este año, más otros muchos que
no participan (buena parte de América por el canal internacional de TVE y
algunos países asiáticos). Se realizaron dos semifinales previas para decidir
qué países pasaban a la gran gala final donde también compiten los llamados Big
5, que no tienen que pasar este filtro (como por ejemplo, España). Pero que no se crea nadie que solo
los países europeos pueden cantar en este festival, Israel, por ejemplo, es un
habitual que lleva mucho tiempo participando y, algunos años se ha invitado a
un país a presentarse como por ejemplo a Australia en 2015, con motivo de la
celebración del 60 aniversario del festival y la fidelidad con la que los
australianos han seguido durante 30 años el evento aunque no compitieran en él.
Fue tal el éxito que cosechó que ahí sigue, aunque esté en nuestras antípodas.
Este año la gala la abrió Israel, el primero de los
26 países que cantaron en la final del festival. Bielorrusia celebraba el 800
aniversario de la fundación de su país cantado por primera vez en su idioma, el
representante de Austria nos miraba embelesado mientras entonaba su bonita
canción sentado en la luna, tres novias con el micrófono “escondido” en sus
ramos hacían las segundas voces de Moldavia, Hungría enviaba a su primer
representante de etnia gitana, Azerbaiyán pintaba con tiza en una pared negra
dentro de una habitación del pánico, Croacia mezclaba el pop con la ópera en
italiano, Chipre apostaba por Gravity
una canción del mismo compositor que ya ganó el festival en 2012 con su famosa Euphoria, Rumanía se arriesgaba con el
canto tirolés mezclado con rap, el país anfitrión se atrevió con el inglés por
primera vez y presentó un rock, Bélgica llevó a una muchacha de voz grave,
presencia fría y actitud imperturbable, Suecia nos hizo un nada improvisado
desfile de modelos masculinos con una complicada coreografía sobre cintas de
gimnasio, Bulgaria llevó al primer representante del festival nacido en el
siglo XXI, un jovencito de preciosa voz con cuidada puesta en escena. Cerraba
el festival Francia que retomaba la costumbre de cantar en su idioma oficial.
¿Quiénes eran los favoritos? Bélgica, Suecia,
Bulgaria y Portugal. Pero desde el primer momento todos lo tuvieron muy claro:
Italia ganaría el festival. La canción Occidentali’s
karma interpretada en italiano por Francesco Gabbani y que ganó en febrero
el festival de Sanremo, se posicionaba la primera en las casas de apuestas, en
las críticas y entre los eurofans. Su música pegadiza y bailable, su letra, la
voz de Francesco y una coreografía sencilla, alejada de parafernalias, con la
presencia del cantante y un mono desnudo que bailaba sobre el escenario, se
ganó a los europeos. No es nada frecuente que una canción vencedora en el
festival de Sanremo tenga tanta repercusión en el resto del continente, pero enseguida
se coló en las listas de éxitos europeas y tuvo más de 100 millones de
visualizaciones en Youtube. La letra, llena de citas cultas, critica la superficialidad
de aquellos que se creen muy modernos al adoptar la espiritualidad oriental de
forma vacía. Sí, tan contemporáneos como el hombre del neolítico, dice
Francesco. El cantante afirma que la lectura de El mono desnudo (1967) de
Desmond Morris le impactó y tiene mucho que ver con su canción, hecho que ha
vuelto a convertir el libro en best seller en Italia. Por su parte, el etólogo
británico, se mostraba encantado y afirmaba que vería desde su casa de Oxford
el festival y apostaría por Francesco.
¿Qué pasó con España? Pues como ya contamos, las
casas de apuestas nos situaban en última posición. Tras su polémica victoria en
Objetivo Eurovisión, Manel Navarro se
había ganado la antipatía de buena parte de los eurofans y de los surferos (que
calificaron la imagen que mostraba de ellos como grotesca). De poco sirvieron
las disculpas del cantante, el buen rollo que quería transmitir con Do it for your lover, su camisa de
flores hawaianas y las tablas de surf proyectadas en el suelo del escenario
sobre las que el grupo fingía surcar las olas mientras una idílica playa con
palmeras y una puesta de sol brillaban a sus espaldas. Los abucheos (que no
captó la cámara) de los propios eurofans españoles no hacían presagiar nada
bueno. Desafinar, desafinaron varios cantantes en sus respetivas actuaciones,
pero Manel lo hizo de una forma dolorosamente apreciable en el momento álgido
de la canción. El joven salió al paso con sentido del humor y sin hacer ninguna
autocrítica, aunque días después confesaría que en aquel momento lo pasó muy
mal y pidió disculpas por la decepción. A este ya famoso y mediático gallo (las
redes sociales están repletas de bromas y memes al respecto) se le culpa del
mal resultado de España, pero lo cierto es que el jurado profesional votaba el
día anterior, tras el ensayo general, donde Manel estuvo impecable, y ningún
país nos dio un solo punto. Finalmente, España quedó en última posición con
solo 5 puntos otorgados por el televoto de Portugal.
¿Quién ganó Eurovisión? Ganó uno de los favoritos,
quizá el que menos esperaba ganar, alguien que había devuelto a su país a la
gran final tras siete años de ausencia. Después de 48 años de participaciones y
de quedar frecuentemente en los últimos puestos, por primera vez, Portugal,
saboreó la victoria. El héroe de esa noche histórica fue Salvador Sobral, un
muchacho enfermo del corazón que ni siquiera había podido acudir a todos los
ensayos, pero que con su sola voz melodiosa, su sentimiento y su canción romántica
en portugués, cautivó al jurado y a los espectadores. No necesitaba nada más
que su sensibilidad y su sencillez, sin vistosas puestas en escenas, ni
estudiadas coreografías. Los puntos empezaron a llover desde el primer momento,
muy pocos países no le votaron, ninguno de los que lo hizo le dio menos de 5
puntos y 17 países (entre ellos España) le otorgaron sus 12 puntos. Comenzó en
primera posición y nunca dejó de estarlo. El voto del público fue determinante,
sacaba ya más de 100 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, Bulgaria,
pero el televoto aumentó la distancia. Cuando enfocaron a Salvador que estaba
sentado con su hermana, la compositora de su canción Luisa Sobral, el joven no
terminaba de creerlo. Nadie había conseguido nunca en la historia de Eurovisión
los 758 puntos que le dieron la victoria. Cuando se convenció, subió al
escenario para recoger el famoso trofeo, un micrófono de cristal, que enseguida
se puso sobre la cabeza mientras abrazaba a Luisa. Salvador, que días antes había
admitido que no seguía especialmente el festival y que su sueño era cantar por
el mundo, dedicó sus primeras palabras como ganador a recordar a todos que: “la
música no son fuegos artificiales, la música es sentimiento y tiene que decir
algo”.
Como todos los años, el festival se cerró con la
canción ganadora, pero esta vez Salvador no cantó solo, sino junto a su hermana
en un precioso dúo que hizo las delicias del público.
Amar
pelos dois, melancólica
y tierna, tiene la magia de la atemporalidad y el sabor a banda sonora de
película clásica. La letra habla de vivir para amar y de rezar para que la persona
amada vuelva a quererte.
Portugal había pasado todo ese 13 de mayo de
celebración pues se cumplían 100 años de la aparición de la Virgen de Fátima y
el Papa Francisco había viajado hasta allí para canonizar a los pastorcitos.
Por la noche cientos de miles de seguidores del Benfica festejaban su cuarto
título consecutivo en la Liga. Las calles de Lisboa ya estaban llenas cuando
los altavoces de la Glorieta del Marqués de Pombal retransmitieron la actuación
de Salvador. La euforia fue total cuando se le proclamó ganador, los jóvenes
salieron a las calles cantando Amar pelos
dois y gritando “douze points”, los mayores pensaron que era un milagro y
los incrédulos tardaron en asimilarlo: habían sido 48 años de espera.
Este fue el resultado final del Festival de
Eurovisión 2017:
1. Portugal. Amar
pelos dos. Salvador Sobral. 758 puntos.
2. Bulgaria. Beautiful
mess. Kristian Kostov. 615 puntos.
3. Moldavia. Hey mamma!
Sunstroke Project. 374 puntos.
4. Bélgica. City
lights. Blanche. 363 puntos.
5. Suecia. I can´t
go on. Robin Bengtsson. 344 puntos.
6.
Italia. Occidentali’s
karma. Francesco Gabbani. 334 puntos.
8 comentarios:
He leído en algún sitio que este cantante portugués estuvo el año pasado actuando en nuestra ciudad, en un pequeño club de jazz. Nadie lo conocía, claro. Imagínate si viniese ahora. Pero me da la sensación de que él prefiere seguir cantando así, en lugares pequeños, íntimos, sin "fuegos aritificiales".
Por otra parte, recuerdo que estando en la universidad alguien me habló del libro de Desmond Morris. Como mi padre lo tenía, en una colección de ensayos científicos, lo leí, y recuerdo que me pareció interesantísimo.
Fíjate qué casualidades, eh?
Interesante, me has hecho recordar cuando en casa hace muchísimos años veíamos el festival y esas puntuaciones que siempre sospechabas amañadas.
No sabía del festival ni de la polémica con el cantante español hasta que han empezado a circular los vídeos con el gallo del pobre chico y lo cierto es que me parece excesivo lo que se está haciendo con el cantante, como bien dices las puntuaciones se cerraron antes de su desafino y la canción ya no tenía puntos, igual se debería plantear cómo se hace la selección y destinar el coste de lo que cuesta la participación en el concurso a promocionar a los cantantes en el país.
Un saludo
Me gustó mucho que ganara Portugal. Una excelente canción cantada de forma muy sencilla. Y a parte de que son nuestros vecinos es un país precioso. No me hizo gracia el mono de Italia allí dando vueltas aunque entiendo el significado podían haberlo puesto en un segundo plano. La canción de Bélgica es muy bonita aunque en el directo no me gustó demasiado pero en el vídeo original canta muy bien.Y lo de España un desastre que pasará a la Historia.
En esta ocasión Marivi coincido de pleno contigo.
J.
Sí, Ángeles. El año pasado Salvador Sobral estuvo cantando en nuestra ciudad en el club de Jazz al que te refieres y en la terraza de El Corte Inglés. Un amigo lo vio allí y dice que la gente no le estaba haciendo mucho caso, ya sabes, lo tenían como música de fondo mientras se tomaban una copa, de hecho, este amigo, no lo reconoció cuando lo vio en Eurovisión, hasta que dijeron su nombre, que le sonaba de aquella vez.
Menuda se ha liado por las palabras que Salvador dijo cuando ganó el festival, justo antes de volver a cantar. Criticó a Eurovisión y a las canciones que se presentaron (él no es seguidor del certamen) y dijo que era música comercial sin valor (ya sabes que más que la canción, lo que prima en los últimos años es la vistosa puesta en escena), por lo que muchos de los cantantes se dieron por aludidos. El que más se enfadó fue el de Suecia (qué quedó en 5º posición), precisamente era el que tenía la letra más vacia y una puesta en escena de modelos paseando en cintas de gimnasio. Dijo que su música era tan buena como la de Salvador y que no debía despreciar a los compañeros de esa manera, porque todos eran cantantes.
Me alegra que te hayas leído El mono desnudo, yo no he tenido el placer, pero seguro que es interesantísimo. El autor lo ha vuelto a reeditar y está muy orgulloso de los pocos cambios que ha tenido que hacer porque sigue de plena actualidad. Me pareció un señor muy simpático al apostar por Italia. Y por cierto, ahora cada vez que veo en facebook a algunos amigos cristianos que ponen imágenes de Buda y frases de copia y pega, los llamo Occidentali's karma :-)
Muchas gracias por pasarte por aquí y dejar tu interesante comentario, Conxita. Pues sí, el comentarista de TVE para Eurovisión siempre se sabía con antelación las puntuaciones y eso era de todo punto sospechoso... para que luego digan. La victoria de Portugal es la excepción que confirma la regla. Yo también espero que tengan mejor criterio al elegir al representante español, pero con lo que hemos dicho sobre los votos, veo que no importa demasiado a quién enviemos. Ya enviamos a Julio Iglesias y Raphael en su momento y no ganaron ¿a quién podríamos enviar ahora?
De las candidatas que se presentaron para representar a España esta no era, ni de lejos, mi favorita, pero tampoco me parece una canción mala. Todo esto es muy subjetivo, cada uno tiene sus gustos. Yo también estoy muy contenta de que ganara Portugal. Pero mis favoritas eran Austria y los Países Bajos, que no quedaron demasiado bien. Y la canción de Italia la tengo en mi mp3 :-) Muchas gracias por tu comentario, Marivi.
Gracias por tu comentario, J. Me alegro que Marivi y tú estéis de acuerdo :-)
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