No soy una persona partidaria de “celebrar” el Día de… porque esas fechas suelen ser
para colectivos “olvidados” el resto del año y que necesitan que se les dé
presencia.
El día 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, precisamente porque, aunque
estemos ya en el siglo XXI y muchas personas crean que se ha alcanzado la
igualdad, las mujeres siguen necesitando que se ponga el foco de atención sobre
ellas y los trabajos que desempeñan.
Por todos es sabido que a la mujer nunca se le ha
reconocido o valorado su trabajo doméstico. Siempre se han ocupado de la casa,
la comida, la colada (y no había lavadora), la costura y los niños. Pero a todo
esto no se le daba la categoría de trabajo. Y la mujer también ha trabajado
siempre fuera de casa. Ya en la prehistoria ellas se dedicaban a la recolección
y posiblemente inventaran la agricultura, mientras los hombres cazaban. ¡Y qué
les digan a las mujeres del campo que no trabajaban fuera de casa, mano a mano
con su padre o su marido para plantar y recoger las cosechas! Y siempre fueron
criadas, niñeras y desempeñaron tareas que se consideraban propias de mujeres.
Con la Revolución Industrial empezaron a trabajar en
fábricas. Siempre con (aún) peores condiciones laborales (ya eran
malísimas para los hombres), salarios mucho
más bajos (entorno a la mitad que un hombre) y largas jornadas, además de la
carga suplementaria de llevar la casa, cuidar de sus hijos y sus mayores.
La Revolución Francesa tomó como uno de sus textos
fundamentales la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789). Muchos pensaron que esos
derechos del hombre se entendían como universales, sin embargo, dicho documento
no se refería a la condición de las mujeres, por lo que ellas sintieron la
necesidad de hacer su propia Declaración
de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana que escribió Olympe de Gouges en
1791.
Mary Wollstonecraft, una de las primeras feministas y
autora de Vindicación de los Derechos del
Hombre (1791) y Vindicación de los
Derechos de la Mujer (1792) diría: “Yo no deseo que las mujeres tengan
poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”.
Esta escritora luchaba por la igualdad en la
educación entre hombres y mujeres y por que el Estado protegiera a las mujeres
de los maltratos sufridos por maridos violentos.
Mary Shelley, la famosa autora de Frankenstein, fue la segunda hija de
Mary Wollstonecraft (a la que no llegó a conocer porque murió pocos días
después de su nacimiento) y la describía como: “Uno de esos seres que sólo aparecen una vez por
generación, para arrojar sobre la humanidad un rayo de luz sobrenatural".
Pese a todos estos movimientos la situación seguiría siendo pésima
durante todo el siglo XIX.
El 8 de marzo de 1875 marca un antes y un después en la historia
de la mujer trabajadora y crea las bases para que se dedique un día a su
recuerdo y su reivindicación. Ese 8 de marzo miles de mujeres trabajadoras de
la fábrica textil de Nueva York hicieron una huelga para pedir mejoras en sus puestos
de trabajo pero la marcha terminó con la muerte de 120 manifestantes.
En 1908 más de 15.000 mujeres del sector textil de Chicago y Nueva
York se manifestaron en esta última ciudad pidiendo la reducción de la jornada
laboral, subida de salarios y derecho al voto.
El 28 de febrero de 1909 se
conmemora por primera vez en Nueva York el Día Nacional de la Mujer. En
noviembre del mismo año comienza la huelga de las camiseras, también conocida
como el Levantamiento de las 20.000.
El 19 de marzo de 1911 algunos países europeos se unen a la
celebración del Día Internacional de la Mujer. Pero el día 25 de marzo de ese año tiene lugar un
terrible incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York y
mueren más de 140 mujeres, pues sus dueños habían cerrado por fuera todas las
puertas que daban acceso a las escaleras y a las salidas del edificio para
evitar posibles robos de las trabajadoras. Este suceso obligó a las autoridades
a tomarse en serio las reivindicaciones de las mujeres y provocó un cambio en
la legislación laboral.
Poco a poco muchos países fueron uniéndose a esta
conmemoración. En España se empezó a celebrar en 1936. Pero no fue hasta 1975
cuando la ONU estableció el día 8 de marzo como el Día Internacional de la
Mujer, invitando a todos los países miembros a unirse a esta celebración.
6 comentarios:
Me ha gustado mucho aún es más me ha encantado y lo dejas muy claro en la frase "“Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”. De Mary Wollstonecraft.
J.
Muy ilustrativo este recorrido histórico y social.
Muy completo. Lo del incendio he leído algo y muchas se suicidaron por no poder salir. Escribes muy bien.
Muchas gracias por leerme, J. y por tu amable comentario.
Me alegra que te haya gustado, Ángeles. Gracias por estar siempre ahí.
Sí, Mariví, es cierto. Muchas de las muertes en el incendio se produjeron porque las mujeres, al verse atrapadas y sin salida, se tiraron por las ventanas y al estar en un séptimo u octavo piso murieron, desgraciadamente.
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