Todos los años, por una cosa u otra, siempre hay
polémica alrededor del Festival de Eurovisión, tanto es así que incluso existe
la expresión eurodrama para referirse
a ello.
En 2016 fue por la decisión de la cantante y
compositora Barei de interpretar su tema Say
Yay! íntegramente en inglés. Barei resultó ganadora en el programa Objetivo Eurovisión emitido por TVE con
la finalidad de elegir la canción que representaría a España en el Festival de
la Canción de Eurovisión. Fue votada como la mejor candidata tanto por el
jurado de expertos presentes en el plató
como por el voto del público desde sus casas. En aquella ocasión se
presentaron seis finalistas de los cuales, tres iban con canciones en castellano
y tres en inglés. Los responsables de TVE dieron la opción a los cantantes que
interpretaban sus temas en inglés de introducir alguna estrofa en castellano,
pero dejándoles total libertad de decisión. Barei eligió continuar sin incluir
ninguna frase en español ya que consideraba que sus influencias y el estilo de
su música eran más coherentes con la letra en inglés. Tras su victoria en Objetivo Eurovisión se desató la
polémica.
Todos los años surgen las mismas preguntas ¿Debe
España presentarse a Eurovisión renunciando a su idioma mayoritario y cantando
en inglés? ¿Facilitaría esto alcanzar la ansiada victoria? Los miembros de la Real
Academia Española (RAE) lo tienen claro: España debe presentar un tema en
castellano.
En varias ocasiones nuestro país ha acudido al
festival con una canción con título, estribillo o varias frases en inglés, lo
que ha provocado el malestar de los académicos, pero 2016 se convirtió en el
año en que, por primera vez, nos presentábamos con una canción sin una sola palabra
en castellano. La disconformidad y el descontento de los académicos de la RAE
se hacían patentes en las declaraciones de José María Merino que calificó el
hecho como un disparate, argumentando que el castellano no es una lengua
minoritaria, sino que lo hablan 500 millones de personas en el mundo.
El público manifestó su disgusto en todos los medios
de comunicación, porque, aunque la canción había sido apoyada por los
españoles, muchos no se sentían identificados con una canción íntegramente en
inglés y, los que no tenían soltura en dicho idioma, se quejaban de que no
entendían la letra, ni siquiera el mensaje general, y que les resultaba inaceptable
no saber de qué hablaba el tema que representaba a su país en el festival de la
canción más importante de Europa y uno de los más famosos del mundo. A ello se
sumaba que nadie se había preocupado de traducir la letra para que todos la
entendieran, ni de presentar el vídeo subtitulado para España, por lo que mucha
gente tuvo dificultades para encontrar información sobre la historia que
contaba Barei en su famoso tema y se dieron por vencidos, quedándose con la
incógnita de qué decía la cantante más allá de su repetido Say Yay!
Otras muchas personas, sobre todo fuera de nuestras
fronteras, no alcanzaban a comprender la polémica desatada en España por
presentar una canción en inglés. El inglés es el idioma internacional, el que
la mayoría de las personas entiende, muchos países (incluida Francia, Alemania
y Rusia) han renunciado sin problemas a cantar en sus respectivas lenguas para
apuntarse a la modernidad y en inglés se han interpretado las canciones
ganadoras del festival en los últimos años. Lejos quedan aquellos tiempos en los
que cada país competía en Eurovisión en su propia lengua, llegando, incluso, a
estar regulado intermitentemente que así fuera por las mismas bases del
concurso, hasta que en 1999 se decidió dejar que cada participante eligiera el
idioma de la canción que lo representaba.
Pero si muchos creían que el cantar en inglés daría
la victoria o situaría a Say Yay! en
el Top Five estaban muy equivocados, pues Barei quedó en el puesto número 22 de
26 países.
Comprendo la postura y el razonamiento de las
personas que no saben inglés o que, simplemente, no se sienten representadas
por una canción en otro idioma y comparto la opinión de la RAE. Creo que cada
país debería cantar en su propia lengua y, personalmente, considero que las
canciones de Eurovisión deberían estar subtituladas para que todos
entendiéramos la letra, que es una parte muy importante de la composición.
Respecto al Festival de Eurovisión de 2017, como
viene siendo costumbre, TVE ha repetido su programa Objetivo Eurovisión para elegir al representante de este año. Y,
como el año pasado, la polémica ha acompañado al ganador. En este caso
volvieron a presentarse varios temas en inglés, y TVE mantuvo su recomendación
de incluir estrofas en castellano en las canciones. Así lo hizo Manel Navarro,
el cantautor catalán que resultó ganador, que había compuesto su tema Do it for your lover completamente en
inglés y que decidió mantener el idioma anglosajón solo en el estribillo,
traduciendo el resto, cosa que muchos le agradecemos. Junto a él se presentaban
Mirela con Contigo, Leklein con Ouch!, Maika con Momento crítico, Paula Rojo con Lo
que nunca fue y Mario Jefferson con Spin
my Head. Para mí, Paula Rojo fue todo un descubrimiento, y su presencia en Objetivo Eurovisión ha conseguido que ahondara más en su música y
descubriera canciones tan bonitas como Suena
a country o El país de Nessie.
La polémica surgió cuando el jurado en plató dio la
victoria a Manel y el voto telefónico del público otorgó la máxima puntuación a
Mirela, llegando a un empate. Otros años, en situaciones similares, la última
palabra la había tenido el televoto, pero en esta ocasión fue el jurado el que
inclinó la balanza a favor del cantautor catalán dejando a Mirela, la eterna
aspirante (pues la cantante ya ha intentado convertirse en la representante
española en Eurovisión en varias ocasiones) en un segundo puesto ante la ira de
los eurofans presentes en el plató. La cosa no acabó muy bien, pues los
abucheos y los gritos de “tongo” se oyeron claramente, mientras que en las
redes se ponía en duda la imparcialidad de uno de los miembros del jurado y se
decía que en algún medio había aparecido Manel como ganador media hora antes de
que se cerraran las votaciones. El joven, con algún que otro gesto despectivo
hacia el público presente en la gala, volvió a cantar Do it for your lover, y se puso fin al programa. Lo que ocurrió
después solo ellos lo saben, pero trascendió que nada pudo contener la ira de
algunos eurofans y que hubo, incluso, una agresión.
Las redes echaron humo las semanas siguientes con
mensajes continuos en contra de Manel, pidiendo que renunciara a favor de
Mirela o que se le descalificara por los gestos de desprecio que mostró ante
las protestas del público. Muchos eurofans no se sienten representados por él y
afirman que no verán el festival este año. Mientras, Manel, continúa con la promoción
de su canción y, tras pedir disculpas, ha manifestado su deseo de conseguir el
apoyo mayoritario de los eurofans.
España solo se ha alzado con la victoria en dos
ocasiones (con Massiel en 1968 y su famoso La,
la, la y con Salomé en 1969 y su Vivo
cantando). A estas alturas parece casi imposible que volvamos a ganar.
Recordemos que dos estrellas reconocidas mundialmente como Raphael (Yo soy aquel, 1966. 7º puesto. Hablemos del amor, 1967. 6º puesto) y
Julio Iglesias (Gwendoline, 1970. 4º
puesto) no lograron el triunfo. Tampoco lo hicieron las magníficas baladas de
Nina (Nacida para amar, 1989. 6ª
puesto), Sergio Dalma (Bailar pegados,
1991. 4º puesto) y Pastora Soler (Quédate
conmigo, 2012. 10º puesto), ni la impresionante campaña publicitaria y
apelación al voto emigrante de Rosa (Europe’s
living a celebration, 2002. 7º puesto), ni el ritmo contagioso de David
Civera (Dile que la quiero, 2001. 6º
puesto). En los últimos 25 años solo hemos rozado la victoria con Anabel Conde
(Vuelve conmigo, 1995. 2º puesto).
Con este panorama, aunque me guste la canción, no
espero demasiado. Sospechamos que la vecindad y los emigrantes otorgan votos y
cuantos más vecinos tengas, más votos obtienes. Y a esto hay que sumarle que
las casas de apuestas sitúan a Do it for
your lover en último lugar.
2 comentarios:
No sabía yo que la RAE se pronunciara sobre las canciones de Eurovisión. Me ha sorprendido, pero entiendo que opine, ya que cantar en un festival así supone, indirectamente, una forma de reconocer y promocionar el idioma.
Tampoco sabía nada de las polémicas que comentas sobre la elección de los representantes, pero en realidad es que de Eurovisión no sé nada.
Una entrada muy informativa.
Pues sí, Ángeles. La RAE se pronuncia siempre sobre Eurovisión porque, como bien dices, es un festival de la canción que promociona el idioma. Normalmente son unos comentarios cuando llevamos canciones con estribillo en inglés, pero el año pasado, que toda la canción era en inglés, se enfadaron mucho, ya lo has visto.
Las polémicas de la elección de nuestros representantes no son nada comparadas con las que hay ahora porque Ucrania, el país anfitrión, ha prohibido la entrada a la cantante rusa, ya que actuó en Crimea después de la anexión y se ha manifestado proindependentista. Creo que nunca ha habido un conflicto así en Eurovisión. La política ha entrado en lo que debería ser una fiesta únicamente musical para hermanar a Europa.
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