El día 25 de octubre de 1881 vino al mundo en Málaga el primero de los tres hijos del matrimonio formado por José Ruiz y Blasco y María Picasso López. El bebé no respiraba y fue el humo del puro de su tío, oportunamente dirigido a su rostro, el que le hizo toser y llorar.
Aunque lo bautizaron con diez nombres, se le conoció siempre por el primero y todos lo llamaban Pablo Ruiz Picasso. Fue un hombre con luces y sombras, un genio que estaba llamado a revolucionar el arte del siglo XX. Y, como una señal, la primera palabra que pronunció fue «piz» pidiendo que le dieran un lápiz.
Picasso siempre está presente en las conversaciones sobre arte, pero 2023 estará repleto de conferencias y exposiciones sobre su vida y su obra. Es la Celebración Picasso 1973-2023 o el Año Picasso y se conmemora el 50 aniversario de su fallecimiento. Los gobiernos de España y Francia han acordado trabajar conjuntamente en los homenajes, aunque también participarán otros países.
Su obra es mundialmente conocida y tenemos muchos datos sobre su vida: hay multitud de publicaciones, libros, películas y series. Pero también hay aspectos menos conocidos y de ellos nos gustaría hablar aquí.
Su padre, José Ruiz era un pintor especializado en paisajes, bodegones y palomas. Fue profesor de dibujo en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y conservador del Museo de Bellas Artes de Málaga. Le unía una estrecha amistad con otros artistas de la época como Muñoz Degrain.
El
25 de diciembre de 1884 un terremoto sacudió Málaga alertando a
toda la población. Los Ruiz Picasso vivían en las llamadas Casas de
Campos, en la plaza de la Merced, hoy sede del Museo Casa Natal Picasso. A José le pareció seguro trasladar a su esposa nuevamente
embarazada y a toda su familia a la casa de Degrain más sólida al
estar «contra el monte». Su amigo estaba en el extranjero, pero su
mujer les abrió las puertas de su hogar y asistió en el parto a
María, que aquella misma noche dio a luz a su hija Lolita, a la que
apodaron «la terremótica». Diariamente Málaga se sobresaltaba con
nuevas réplicas hasta que cesaron el día 6 de enero de 1885.
Escultura de Picasso en la plaza de la Merced con su Museo Casa Natal al fondo (Málaga). Foto: archivo personal. |
En un primer momento, Degrain no confiaba en el talento de Pablito. Lo había visto mezclar pinturas en su taller y le había dicho a José que su hijo no sería pintor. Pero no tardó en reconocer su error y proponerle a su amigo que lo matriculara en la Escuela de Bellas Artes de Málaga. Su propio padre y Degrain fueron los primeros maestros del pequeño Pablo y los que lo animaron a dedicarse a la pintura. Picasso comenzó a dibujar al estilo académico, inspirado por los grandes pintores españoles y por el arte Sacro. Más tarde reconocería cómo le habían influenciado Velázquez y El Greco. Pero siempre le inspiró su mar Mediterráneo, la mitología, el arte íbero, la tauromaquia, las guitarras y las mujeres.
Hubo momentos muy importantes en su primera juventud. Su padre, por cuestiones económicas, se presentó a la plaza de profesor de Bellas Artes en La Coruña y toda la familia, excepto Pablo, vivió con tristeza la mudanza. A sus 10 años empezó a sentirse seguro de su arte y a los 13 consiguió hacer su primera exposición. Continuó sus estudios en Madrid, donde obtuvo permiso para copiar las obras del Museo del Prado, y en Barcelona, ciudad a la que le unió una relación muy estrecha. Pero lo que más le marcó fue su vida en París y el descubrimiento de las obras de su admirado Cézanne.
Puerta de Velázquez. Museo del Prado (Madrid) Imagen: wikipedia. |
No todo era el ambiente bohemio, los amigos, las exposiciones, los marchantes y las mujeres. Picasso sufrió pérdidas que cargó sobre sus hombros y que influenciaron su carácter y su arte. La primera de ellas sucedió en su adolescencia, cuando aún vivía en La Coruña: su hermana menor enfermó gravemente de difteria. Pablo, entre oraciones, hizo una promesa: si Conchita se curaba, él abandonaría la pintura. La pequeña murió y Picasso tuvo la dolorosa sensación de que su arte había quedado por encima de la vida de su hermana. Ya en Barcelona y París sufrió por el suicidio de dos de sus grandes amigos y su estado de ánimo se reflejó en sus pinturas.
La firma de Pablo fue cambiando con el paso del tiempo sin que hubiera ninguna ruptura con su padre, como algunos han creído ver. Pasó de Pablo Ruiz Picasso, a Pablo R. Picasso, para luego ser Pablo Picasso y finalmente Picasso.
Los críticos han dividido en etapas su obra: la etapa azul de figuras alargadas y tristes donde predomina ese color; la etapa rosa donde los tonos pastel dibujaban un mundo circense; la etapa negra y oscura donde exploró el arte africano. Y después de aquello el cubismo. El periodo cubista se divide a su vez en tres etapas. No se detuvo aquí y continuó tocando otros estilos: neoclasicismo, surrealismo y expresionismo.
El cubismo supone un punto de inflexión en el arte. Buscaba descomponer todo en figuras geométricas y mostrar el objeto desde diferentes perspectivas al mismo tiempo. Picasso dijo en una ocasión que pensaba que un bebé veía la cara de su madre por partes, nunca completa, porque es demasiado grande para abarcarla en solo una mirada.
La obra que inauguró el cubismo fue Las señoritas de Aviñón (1907). Picasso trabajaba sobre el óleo incansablemente, modificando las figuras, dibujando rostros influenciados por el arte íbero y por las máscaras africanas. Sentía, como confesó más tarde, que debía despertar a la gente con su arte, hacerlos comprender que vivían en un mundo distinto al que ellos creían, un mundo nada tranquilizador. Siempre quiso provocar las emociones del observador y que nadie se explicara cómo había logrado pintar su cuadros.
Las señoritas de Aviñón (1907). Imagen: Thomas Hawk. Publicada en Flickr. |
Fascinado por el arte íbero, no dudo en comprar, por mediación de Apollinaire, dos cabezas íberas robadas del Museo del Louvre y que mantuvo en su estudio.
A algunos de sus amigos no les gustaba Las señoritas de Aviñón y estaban preocupados por el pintor. Pensaron que estaba llevando las cosas demasiado lejos y temían que si el proyecto fracasaba, Picasso se hundiera. Las críticas fueron dispares, pero Picasso siguió explorando este tipo de arte que inspiró a otros pintores y que hizo que las vanguardias artísticas rompieran con el arte figurativo.
Picasso trabajó con Braque y juntos formularon los principios del cubismo en 1908. Pero en el Salón de los Independientes de aquel año Derain y Braque presentaron obras cubistas sin mencionar a Picasso, cosa que enfureció al pintor malagueño. Aquello no evitó que Braque presentara un paisaje cubista al Salón de Otoño que Matisse, miembro del jurado, rechazó. Fue el propio Matisse el que bautizó al movimiento como cubista al hablar de él. La rivalidad entre Matisse y Picasso era manifiesta, sus burlas constantes, pero se admiraban mutuamente y hablaban con frecuencia.
Superado aquel bache en su amistad, Picasso y Braque trabajaron juntos de forma tan febril que no firmaron sus obras y resulta difícil distinguirlas.
En agosto de 1911 el Robo del siglo aparece en la portada de todos los diarios: la Gioconda había desaparecido del Museo del Louvre. Picasso temió ser relacionado con el robo porque las cabezas íberas robadas en el Louvre seguían en su estudio. Sus peores presagios se cumplieron cuando la policía lo arrestó al mes siguiente. Su amigo Apollinaire lo había delatado. Ambos pasaron unos días en el calabozo y pagaron una multa, pero consiguieron demostrar que no tenían nada que ver con el robo de la Mona Lisa.
Picasso siguió cultivando su arte y diversificando su obra. No podía parar de dibujar, hasta cuando se sentaba a tomar un café dejaba dibujos en las bandejas de los pasteles. También cultivó el grabado, la ilustración de libros, hizo cerámicas, esculturas, escribió poesía y teatro, diseñó vestuario y decorados para obras teatrales y danza.
En 1936 Manuel Azaña le pidió que fuera director del Museo del Prado y Picasso aceptó el cargo, aunque nunca pudo ejercer a causa de la Guerra Civil Española y el posterior régimen político. Sin embargo, nadie lo destituyó y él comentaba con humor, muchos años después, que seguía siendo el director honorífico del más importante museo español.
En 1937 le pidieron que pintara un gran mural para representar a España en la Exposición Internacional de París, pero dudó antes de aceptar el encargo. En abril los alemanes e italianos bombardearon la localidad vasca de Guernica y Picasso decidió que ese sería el tema de su mural. Fue un proceso difícil y frenético que tenemos documentado por las fotos de Dora Maar y del que conservamos numerosos bocetos preparatorios. El Guernica, mezcla de cubismo y expresionismo, es un alegato contra la guerra y la obra cumbre del artista. Consciente de ello, dejó instrucciones precisas en cartas y en su testamento sobre qué hacer con el mural.
Guernica. Imagen: Antonio Marín Segovia. Publicada en Flickr. |
Picasso nunca dejó de trabajar. Es uno de los artistas más prolíficos que han existido nunca. Tenía tantas obras que cuando llenaba una de sus casas, se mudaba a otra.
Su figura siempre fue controvertida, su relación con las mujeres difícil. Sus esposas y amantes eran sus musas, pero las trataba con crueldad. Estaba comprometido con sus ideales políticos y defendía la paz. Tenía un profundo conocimiento del arte y supo beber de los clásicos para romper con lo establecido. Creía que el arte verdadero era el que siempre estaba vigente.
Junto a sus contemporáneos tuvo que lidiar contra la incomprensión de muchas personas, incluso de algunos intelectuales norteamericanos que llegaron a afirmar que el cubismo y el expresionismo destruían la moral y que algunos cuadros modernos eran una forma de espionaje ya que, debidamente interpretados, revelaban los puntos débiles de las defensas norteamericanas. Por fortuna, no todo el mundo compartía esas opiniones.
En 1950 le propusieron a Picasso hacer una retrospectiva de su obra y aquello le hizo sentir que ya lo estaban dando por muerto. Hombre de carácter, se revolvió contra la idea y le dijo a Matisse que ellos eran los líderes de la revolución, que los artistas de la nueva guardia solo los habían seguido y que él continuaría luchando contra ellos porque seguía vivo.
En los años 60, la opinión general lo veía como incapaz de sintonizar con la contemporaneidad. Entonces, Picasso decidió aislarse del mundo en su residencia francesa y rodearse solo de su familia y amigos. Tenía cuatro hijos de tres mujeres distintas.
En la última etapa de su vida se dejó vencer por el mal humor y las aprensiones. El miedo a la muerte iba haciéndose más intenso. Cuando le comunicaron el fallecimiento de Matisse, fingió que no lo había oído, aunque se lo repitieron varias veces. Picasso tenía muchos pájaros y los cuidaba. Su última esposa, Jacqueline, se encargaba de ocultarle la muerte de alguno de ellos, cambiándolo por otro joven. Picasso llego a decir que sus pájaros eran inmortales.
Picasso murió el 8 de abril de 1973 en Mougins (Francia) cuando contaba 91 años de edad.
Siempre será recordado como el genio que cambió el arte y su obra sigue plenamente vigente. Pero en su vida se enfrentó a personas que llegaron a reprocharle que pintaba como un niño.
En aprender a pintar como los pintores del Renacimiento tardé unos años; pintar como los niños me llevó toda la vida.
Leer: Los museos de Picasso
4 comentarios:
Parece que está de moda ahora hacer rodar las cabezas de los mitos por cuestiones de corrección política. A mí me ha gustado tu texto porque sin ignorar sus "maldades" no has hecho leña del árbol caído y has mostrado desapasionadamente lo bueno y lo malo que, como cualquier persona, pudo tener Pablo Picasso.
carlos
Cuando veía un cuadro de Picasso y cuando estudiaba arte en el instituto no entendía su arte. Pero el día en que vi el Guernica delante de mí me quedé sin respiración. Me impresionó muchísimo, y me sorprendí a mí misma emocionándome ante el cuadro. Fue una sensación extraordinaria, y a partir de entonces empecé a entender porqué Picasso es Picasso.
Saludos!
Hola, Carlos.
Me ha gustado eso de "desapasionadamente".
Una de las cosas que me sorprendió cuando escuché la rueda de prensa de los ministros de cultura de España y Francia, es que la ministra francesa dijo que se iba a dedicar uno de los actos conmemorativos al comportamiento de Picasso con las mujeres, aunque sin juzgarlo.
Yo he mencionado el tema de la crueldad de Picasso con las mujeres porque era ya una cosa que, hasta en su propia época que no estaba mal considerado, llamaba la atención. Pero la historia no se puede juzgar con los ojos de ahora, por eso no he dicho nada más al respecto, ni sobre otros temas.
Picasso como artista fue un genio. La diferencia con otros es que primero demostró que sabía pintar y tenían un gran conocimineto del arte y luego creó lo que quiso (y eso no lo pueden decir todos).
Gracias por tu comentario.
Gracias por compartir una anécdota tan bonita con nosotros, Ángeles.
Hay obras que nos conmueven especialmente y que te hacen comprender al autor y su valía, como te ocurrió con el Guernica.
Durante un tiempo yo tampoco acababa de entender a Picasso, me gustaban únicamente las primeras obras. Pero luego me encantaron sus cerámicas, sus planchas, y su reinterpretación de los clásicos, como la serie que dedicó a las Meninas... y de ahí fui tirando del hilo e interesándome por lo demás. Y es que comprender que él sí era una artista capaz de pintar como los renacentistas (como él mismo decía) pero que quería hacer otra cosa, me hizo mirarlo de otra forma.
Besos.
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