Apagón
es una serie que trata sobre las consecuencias de que una gran tormenta solar
impacte contra la Tierra.
Inspirada en el podcast El gran apagón (Podium Podcast, PRISA Audio), la serie de Movistar, producida por Buendía Estudios, transcurre en cinco episodios encargados a diferentes guionistas y directores de los más creativos y premiados de España. Cada uno de los capítulos transcurre en un ámbito distinto y muestran cómo cambia la vida cotidiana y cómo reaccionan los seres humanos. Todos son diferentes, pero están bajo la premisa común del apagón y son piezas que encajan formando una unidad. La historia, tanto visual como narrativamente, logra atrapar al espectador desde el principio. La crítica es unánime al considerarla una de las mejores series del panorama español actual.
La
acción comienza en un futuro inmediato en el Centro de Emergencias de Madrid.
Un mensaje alerta a todo el equipo de que una gran tormenta solar se dirige a
la Tierra. Los expertos ejemplifican lo que puede suceder resumiendo el Evento Carrington (1859) que dañó nuestra incipiente red eléctrica y los telégrafos. En
nuestros días el mejor escenario posible es que la atmósfera absorba la
tormenta como suele suceder. El peor escenario es que se produzca una caía en
cascada de todos los sistemas eléctricos. Unos científicos son optimistas y
otros alertan de un peligro inminente. La NASA aún no ha informado de la
situación real y Estados Unidos, el referente mundial, no está tomando ninguna
medida.
Ernesto,
el coordinador, es partidario de prepararse para lo peor. Miembros de su equipo
le recuerdan las pérdidas económicas que supondría y la alarma social que
empezarían ellos mismos cuando solo hay un 2% de posibilidades de que la
tormenta solar alcance España.
—Y
de una pandemia mundial… ¿qué probabilidades había?— se pregunta Ernesto en una
frase lapidaria.
Como
el mismo título de la serie indica, el apagón se produce, y el atardecer viste
con una aurora boreal el cielo de Madrid.
Aurora boreal. Foto: pxhere.com |
El
segundo capítulo transcurre en un hospital. Tras una semana sin electricidad.
En
el tercer capítulo han pasado varios meses y en una urbanización de las afueras
los vecinos tratan de cultivar y potabilizar agua.
En
el cuarto capítulo un pastor trashumante recorre España con su rebaño de cabras,
totalmente integrado en la naturaleza sin que le afecte el apagón. Pero
tropieza con gente de la ciudad que solo piensa a corto plazo.
—Donde
hay un pastor con un rebaño, hay lobos— sentencia nuestro cabrero.
En el último capítulo nos reencontramos con personajes del primero, cerrando un círculo y obteniendo respuestas.
Esta
es una de las series más recomendables de Movistar. Tiene también otras
estupendas como La fortuna (Alejandro
Amenábar, 2021), serie basada en hechos reales sobre un joven diplomático que tiene
que enfrentarse a un cazatesoros estadounidense que ha dañado y robado el
tesoro de un pecio español. La temática es diferente, pero ambas están rodadas
impecablemente.
Volviendo
a Apagón, los propios guionistas
reconocen que pensaron que se trataba de elaborar una historia de ciencia
ficción, pero cuando vieron los datos científicos descubrieron que es algo que
sucederá.
La
sensación de realidad es constante y los protagonistas están magníficos. Pero
además, se ha contado con actores naturales, es decir, los figurantes con frase
son lo que dicen ser. En el capítulo del hospital todo parece real porque los
extras son personal sanitario que sabe cómo se trabaja en las urgencias, en los
quirófanos y que han aportado toda su experiencia laboral para que los
escenarios fueran verdaderos. Pero en ningún momento se quiere escenificar el
colapso del sistema hospitalario, sino mostrar cómo es posible sobreponerse a
las situaciones adversas.
La
serie no trata en ningún momento sobre la pandemia. La historia transcurre
cuando ésta ya ha acabado y solo se menciona en dos frases. Pero en mi opinión,
siempre subjetiva y personal, está influenciada por los acontecimientos
recientes. Aunque en la trama no hay ningún virus, creo que los dos primeros
capítulos son lo más parecido a la realidad de aquel marzo de 2020 que podemos
ver. La incertidumbre, la falta de información, las opiniones dispares de los
especialistas, la inacción de los países de referencia, las repercusiones
sociales, económicas y políticas a las que habría que enfrentarse ponen a
Ernesto y a sus superiores en graves aprietos. Aquí tienen que lidiar con un
apagón en cascada pero la dureza de la decisión debe ser muy parecida. En el capítulo
del hospital no faltan mascarillas, ni batas, ni respiradores como en la vida
real… pero no funciona ninguno de los aparatos médicos, no se puede mantener
ningún medicamento que requiriera refrigeración y el triaje se hace cada vez
más estricto con la carga emocional que implica para muchos personajes.
Eso
es lo más evidente para mí, pero veo aún más similitudes en las actitudes de
los personajes en sucesivos capítulos. Es otro escenario totalmente distinto,
pero tienen en común las diferentes reacciones de los seres humanos ante una
catástrofe.
Durante
toda la serie me rondó la cabeza estos pensamientos y por eso las frases de
Ernesto y el pastor me parecen totalmente atinadas y lapidarias, como he dicho
antes. Y durante todo el tiempo me mantuve en la incertidumbre que también acompaña
a los personajes: ¿hay lugares que se han librado de esto? ¿nos están enviando ayuda?
¿cuándo volverá la electricidad motor de nuestro mundo? Y es que entre las
consecuencias de este apagón se encuentra la falta de información: no funcionan
los satélites, no hay televisión, ni internet, ni radio, no hay forma de tener
noticias sobre nada. Tampoco la gente de ciudad tenemos terreno, ni forma de
aprender a cultivar. Nuestros conocimientos no sirven en un mundo sin la
tecnología de la que dependemos y que perdemos en un instante.
Los
ciclos solares duran 11 años, se alcanza el pico de actividad solar y siempre
nos envía alguna tormenta que nuestra atmósfera absorbe. Pero un día, quizá en
poco tiempo, quizá dentro de 100 años, nos lanzará una como la que refleja la
serie y hoy en día no estamos preparados para ello, no existen protocolos de
actuación.
Nunca pensamos en que nos tendríamos que enfrentar a una pandemia de estas dimensiones y a un alto grado de amenaza nuclear que no se daba desde la Guerra Fría o la Crisis de los Misiles. La serie nos cuenta una historia verosímil, pero quizá deberíamos pensar que, en la situación actual, no hace falta una tormenta solar para dejarnos sin electricidad…
4 comentarios:
¡Caray, qué interesante serie...
No, nuestras generaciones no estamos preparados para sobrevivir sin energía ni tecnología, cosa que la precedente a la mía, la de mis padres sí que hubieran sabido sortear puesto que aquí en el pueblo, lo vivieron durante la posguerra. El progreso es relativo.
Lo que no me entusiasma nada es que compañías como Telefónica o Amazon tengan el control de la producción audiovisual y cinematográfica. ¡Qué ingerencia en ámbitos ajenos que pueden conllevar intenciones lo socioeconómicas ocultas.
carlos
.
La serie es interesante. Me han gustado todos los capítulos, aunque me ha sorprendido lo diferentes que son entre ellos. Quizá el más flojo es el tercero. Pero, como comento, creo que los dos primeros reflejan la realidad de lo que vivimos con bastante aproximación, aunque es una apreciación personal porque el tema de esta serie es el apagón y no tiene nada que ver con la pandemia. En cierta forma, aunque el tono es totalmente diferente, me recuerda a como "No mires arriba" era sobre el cambio climático "disfrazado" de asteroide, película que en lugar de divertirme (la califican como comedia) me enfadó mucho al ver las actitudes de la mayoría.
En "Apagón" el cuarto episodio (el del pastor) deja pegado a la pantalla hasta aquel que no le ha gustado el resto de la serie, a mí me sorprendió bastante que con solo dos personajes, unas cabras y la montaña se pueda hacer tanto y reflejar tan bien lo que somos en verdad los seres humanos: algunos supervivientes, otros egoísmo e irracionalidad al no seguir los consejos de quién sabes que conoce el terreno mejor que tú.
Por supuesto que no estamos preparados para nada, ni para lo que está pasando en la actualidad, ni para ese apagón que se producirá en el futuro. Hice un artículo sobre el Evento Carrington que va enlazado en el texto. No aprendemos nada. Las personas que vivieron sin electricidad sí podrían manejarse en ese mundo y, de hecho, se ve en el último capítulo de la serie lo que es adaptarse a la situaciones adversas e, incluso, sacar algo bueno de ellas.
Pues si tienes oportunidad, te la recomiendo y la de "La fortuna" también, a mí es que me gusta mucho la historia y el arte y esta otra serie tiene mucho de eso y de hechos reales.
Gracias por tu comentario, Carlos. Un placer tenerte por aquí. Muchos saludos.
Great blog
Gracias, Rajani.
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