Manu
¡Nunca
lo hubiésemos imaginado! Tan bonito y tan esperado. ¡Incluso le hicimos una
fiesta de bienvenida! Pusimos un gran cartel con la fecha escrita con números
dorados, lo llenamos todo de globos y confeti, preparamos una cena especial y
la regamos con vino y cava. ¡Hasta le dimos un día más gratis! ¡Desagradecido!
¡Desgraciado! Pero ¿qué podíamos hacer? Era imposible anular su llegada. No
sabíamos la que nos esperaba con cada campanada del año nuevo…
Salvador
Quizá
fuimos demasiado confiados, debimos estar más atentos. Estaba demasiado lejos,
pero debimos habernos aplicado eso de “cuando las barbas del vecino veas
cortar…”
Gutiérrez
¡Ya
estamos con las frases a medio terminar! ¡Así no hay quien se entere! ¡Hablad
claro! Alguien nos advirtió algo, lo dejó caer, con medias palabras, en sentido
ambiguo, suelta la primera parte del refrán y deja el resto en suspenso porque
piensa que sabemos cómo continúa… “Año bisiesto…” Y tampoco nos podíamos dejar guiar
por supercherías… Esas cosas nos las dijeron antes refiriéndose a otros y
muchas veces no se cumplieron. Yo ya no veo ni las noticias, estoy harto del
tema.
Arturo
Recomendaban
no viajar y yo ya tenía las vacaciones compradas desde hacía meses. Llamé a la
agencia tres veces y me dijeron que no pasaba nada, que no anulara porque el
seguro no cubre el miedo y perdería el dinero. Primero pretendían dejarme sin
viaje y después sin carnavales, sin fallas (siempre voy a Valencia en esas
fechas), sin Semana Santa y sin feria (llevo 10 años sin faltar a la feria de
abril). Y para rematar el deporte… ¿cuándo se ha visto que se interrumpan las
ligas deportivas? ¡Eso no me entraba en la cabeza!
Ramiro (Hotel Mar
Azul)
Me
enfadaba cada vez que los oía decir cifras por televisión ¡Cuánto más hablaban
menos reservas tenía mi hotel! ¿Cerrar también el restaurante y el bar de
copas? ¿Qué iba a hacer con la comida que había encargado para todas las
fiestas que se avecinaban en el calendario? Pero llegó por más que lo negáramos.
Tuve que cerrar de verdad. Espero que para agosto esto esté arreglado y pueda
reabrir todos mis negocios, vengan los turistas y pueda salvar el año porque si
no esto me trae la ruina ¡La ruina!
Gonzalo
Estáis
todos muy estresados y enfadados. Hay que tomárselo con calma. Esto pasará. Lo
mejor es el yoga. A mí me sienta de maravilla tumbarme en el jardín de casa y
tomar un ratito el sol mientras leo. ¡Hasta he aprovechado para instalar la
barbacoa que compré el año pasado! Cuando volvamos a la normalidad organizaré
una fiesta.
Pilar
¡Hasta
para el confinamiento hay clases! @Gonzalo para ti es muy fácil hablar desde tu
chalet con jardín. Querría yo verte en mi piso de 70 metros cuadrados con mi
marido viendo partidos del mundial del 82 y mis dos hijos peleándose
constantemente.
Roberto
@Pilar,
hija… Que las cosas de internet son gratis… ¡pues no hay actividades ahora para
evadirte! Yo tengo la suerte de que me encanta estar en casa y ahora tengo
tiempo para todo. Dicen los psicólogos que lo mejor es hacer un horario. Así
que mi agenda está más llena que nunca: a las 10:00h clase de gimnasia por
streaming. Repaso de limpieza por la casa y ducha. A las 12:00h comidita con un
cocinero que ha colgado sus videos en youtube. ¡Me salen de maravilla sus
recetas! Aunque a este ritmo voy a salir rodando. A las 15:00 veo las noticias.
A las 16:00 una buena siesta en la terraza. A las 17:00h hago videollamada con
amigos o familia. Luego tiempo para ir a la compra o lo que necesite ese día. A
las 19:00 conferencia o encuentro por Instagram con personajes que admiro, a
veces hay hasta dos charlas a la misma hora y no sé dónde acudir. A las 20:00h
aplauso a los sanitarios y después cantar todos los vecinos el Resistiré. Algunas noches se organizan festivales de
música por Instagram. Luego ceno, leo, veo alguna peli o hago maratón de series
y me voy a la cama.
Lali
Estoy
contigo @Pilar. Cuando suspendieron las clases, pensé en la lata que me darían
los niños todo el día correteando por casa y yo, que siempre los castigaba sin
Play, rogaba porque se engancharan a algún juego y me dejaran tranquila. No
puedo más con las tareas del hogar, los deberes de mis hijos y el teletrabajo.
Antonio
Yo
creí que habían adelantado las vacaciones. Con los niños sin colegio y mi jefe
prometiéndome el teletrabajo, cogí a la familia, los subí al coche y nos fuimos
al pueblo de los abuelos que allí tenemos una casa vacía que no visitábamos
desde que murieron los yayos. Pero ahora resulta que aquí no hay fibra óptica.
Me he quedado sin trabajo y atrapado en este pueblo de 50 habitantes todos
mayores de 70 años.
Adrián
Las
piezas empezaron a no llegar a la fábrica, tenían que venir de la zona que
habían cerrado en China y vimos peligrar nuestro trabajo, con razón. Ahora
estoy arreglando los papeles del desempleo. Va a haber una gran crisis
económica con millones de parados…
Aurora
Al
menos hay algo positivo: con todos encerrados en casa, sin coches, sin aviones,
el planeta se está descontaminando, la Tierra respira, se revierte el cambio
climático, los animales vuelven a tomar el territorio que los humanos le
habíamos robado…
Pepe
¡No
te jode la ecologista! Yo paso del cambio climático, de internet (bastante tuve
con el curso) y de cantar el Resistiré…
Resistiréis vosotros, porque yo no aguanto más encerrado en casa. ¡Menudo
aburrimiento! ¡Pero si en la tele ya solo dan noticias y programas repetidos!
No creo que tengan derecho a dejarnos confinados. Yo ya tengo mi táctica. Voy a
la panadería todos los días, saco al perro cinco veces, tiro la basura, al rato
voy al supermercado por una cosa, pero no está la marca que a mí me gusta, así
que al poco vuelvo a ver si al transportista le ha dado la gana de llegar ya
con el pedido. La cajera me mira mal, pero ese es su trabajo, su obligación… A
ver si un día le voy a dar un susto tosiéndole en la cara de mala leche que me
pone a la quinta vez que vuelvo. Ya sé lo que me vais a decir, que como me
pillen me pondrán una multa…
María
@Pepe
te olvidas de que yo soy cajera de supermercado y estoy hasta la coronilla de
los listos como tú. El año pasado nos veíamos en la calle cuando instalaron
cuatro cajas de autoservicio y ahora nos declaran servicios esenciales. Quizá
hubiese sido mejor que me despidieran así estaría en casa y no expuesta al
peligro. Todo el día atendiendo a cientos de personas, muchas sin mascarilla,
pasando los alimentos y el dinero que han tocado, viéndolos no respetar la
distancia, ir a por un solo producto con la excusa de salir. Seguimos mal
miradas y mal pagadas. Llego a casa por la noche y ni un abrazo puedo darle a
mis hijos por miedo a haber pillado algo. Pongo la ropa a lavar, me ducho, me
siento a ver un momento la tele y siempre el dichoso mensaje “quédate en casa”
¡qué más quisiera yo que quedarme en casa! Eso comento siempre con el pobre
guardia de seguridad del hipermercado y con el policía que ya ha multado a más
de uno en la puerta. Siempre hablándonos a gritos desde la distancia por
respetar las normas, pero, sobre todo por miedo. Ayer vino el ejército a
desinfectar la estación de autobuses cercana y a mí me dio la impresión de que
ellos también lo están pasando mal.
Dolores
Mi
marido es camionero. Hace una semana que no lo veo. Tiene rutas que no le
avisan con anterioridad, se encuentran las estaciones de servicio cerradas, no
tiene un lugar donde comer caliente, donde dormir, donde ducharse. Vive en
condiciones infrahumanas. Mi hijo es mensajero, tiene que llevar hasta las
casas las más variopintas mercancías. Me cuenta que algunas son importantes,
pero muchas son para ninis que compran ropa y zapatos por internet, haciéndole
siempre las quejas de que las tiendas están cerradas y que ir de compras por la
web no es tan divertido. Además en muchas puertas se encuentra un dibujito de
un arcoíris con “Todo saldrá bien. Quédate en casa”. A la pequeña no le han puesto
teletrabajo y tiene que ir todos los días en el autobús con más gente, sin
mascarilla y sin guantes porque están agotados. El conductor los mira con miedo
desde el cartel de “no pasar” que le han puesto. Cuando llega a su oficina son
tantos compañeros que no pueden guardar las distancias y tiembla cada vez que
escucha alguno toser. Ellos salen al
peligro todos los días. Esto ha venido a robarnos la paz, la rutina, la salud…
Alicia
Me
di cuenta de que esto iba en serio cuando cerraron todos los monumentos y vi
por la tele desinfectar las pirámides de Egipto. Acabo de llegar de hacerle la
compra a mi vecina, es una mujer muy mayor que vive sola. Le he hablado a
través de la puerta y le he dicho que le dejaba las bolsas sobre su felpudo y
que lo desinfecte todo. Dicen que a los jóvenes no nos pasa nada, pero tengo a
un conocido ingresado en el hospital y solo tiene 30 años. Por suerte hace casi
un mes que no lo veo, por lo que creo que no me habré contagiado. Pero yo, por
si acaso, no me acerco a mi vecina, no quiero pegarle nada.
Catalina
No,
no te acerques, Alicia. Haces bien. Como farmacéutica te digo que antes yo
charlaba con la gente, les daba consejos gustosamente y hasta cotilleábamos un
poquito. Pero ahora me retiro. He puesto una doble mesa y un cordón para que no
se acerquen, igual que ha hecho la panadera. Estamos muy tristes porque hemos
perdido a varios abuelillos del barrio.
Rafa
Aunque
esta situación nos parezca nueva. Esto ha pasado varias veces. Es como un
fantasma que reaparece a lo largo de la historia, en diferentes épocas, con
diferentes nombres, invisible y silencioso. Siempre nos sorprende
desprevenidos. Nosotros solo lo conocíamos de oídas, nunca nos habíamos topado
con él. La última pandemia parecida fue la mal llamada gripe española de 1918. Le pusieron ese nombre porque la prensa
española era la única que daba noticias sobre ella. El resto de países,
inmersos en la I Guerra Mundial, no decían nada para no desmoralizar a los
soldados. Duró dos años y murieron más de 50 millones de personas en todo el
mundo. Esta historia no ocupaba ningún espacio en nuestros pensamientos, porque
eso no nos podía pasar a nosotros que estábamos tan cómodos en nuestra rutina,
con nuestra tecnología, yendo a cenar, de copas con los amigos, al cine, a los
conciertos, al fútbol y a fiestas multitudinarias. Nadie nos podía robar
nuestras tradiciones, nuestros viajes por el mundo. Habíamos llegado al futuro
que ni se atrevían a soñar en las películas de ciencia ficción antiguas.
Estábamos convencidos de que nada nos lo podía arrebatar. Dicen que esto
pasará, que seremos mejores personas y que volveremos a tener la vida de antes.
Pero yo, sinceramente, no lo creo. Va a transcurrir tiempo para que podamos
volver a juntarnos miles de personas en una feria o un estadio de fútbol…
Pepe
¡No
jodas, Rafa! ¿Dos años? ¡Tú alucinas! ¡No nos des más lecciones! Mira, yo voy a
volver a pasear al perro y que me dé el fresco por el camino… No te aguanto…
@Pilar, @Lali, @María cuando queráis os paseo a los niños, que ahora han dado
permiso…
¡Sí,
hombre! ¡Vas listo si te crees que voy a dejarte pasear a mis hijos como si
fueran perros!
Álvaro
Chicos,
me encuentro mal, llevo dos días con fiebre. He llamado al teléfono que
anuncian en la tele y solo me han dicho que me vigile la temperatura, tome
paracetamol y que me aísle en mi habitación sin salir. ¿Aislarme en mi
habitación? Solo tenemos un baño en la casa… ¿Y si tengo eso? ¿Qué hago para no
contagiar a mi familia? @Carmen ¿Estás por ahí? Eres enfermera ¿verdad?
Carmen
Sí,
@Álvaro. Acabo de llegar a casa. Si quieres llámeme y te doy algunas
recomendaciones, pero lo principal es que tienes que limpiar con lejía el baño
cada vez que lo uses. Habla con tu familia por el móvil, no salgas del cuarto.
Y llama a tu centro de salud para una consulta telefónica con tu médico. Si te
pones peor tendrás que ir a urgencias. Espero que no, deseo que sean solo
síntomas leves. Yo estoy muy triste y desesperada. Todos los sanitarios nos
dejamos la piel para poder salvar a las personas. No os voy a contar lo que veo
cada día en el hospital porque no puedo más. Acabo de hacer doble turno y estoy
rendida. Me ducho y me voy a la cama en un ratito.
Roberto
¡Qué
te mejores @Álvaro! @Carmen no te vayas a dormir todavía. Son casi las ocho, la
hora de los aplausos. Son para ti y tus compañeros. ¡Vamos todos a aplaudir!
© MJ
6 comentarios:
Mj. Gran observación, las redes sociales han sido protagonista en esta pandemia evolucionando al punto de tener influencia, eso no es nuevo. Pero han jugado un papel muy importante. Por su naturaleza, las personas suelen ser muy espontáneas, en estos canales, encontrando un medio en el que plasmamos las inquietudes y apreciaciones que pensamos. Al igual que los mensaje de estos personales, un fiel reflejo de lo vivido en estos meses. Gracias por compartir
Hola MJ qué buena recopilación de comentarios y opiniones que hemos leído y escuchado a lo largo de este confinamiento y es que internet y las redes sociales nos permiten compartir y comunicarnos para lo bueno y para lo menos bueno. Hay actitudes para todos los gustos, desde los que han hecho de esta crisis algo menor y han tachado a todos de exagerados hasta los que tienen tanto miedo que no se atreven a continuar con su vida, ni una cosa ni la otra. El virus está, la crisis económica está y hemos de intentar seguir de la mejor manera posible pero recordando ser prudentes.
Besos
Abundando en lo que ha dicho Conxita, esta entrada es un excelente muestrario de los diferentes comportamientos y actitudes que hemos podido observar durante estos meses. Creo que la forma en que cada persona ha reaccionado en esta situación indica la calidad humana de cada uno.
Un planteamiento interesante, MJ :)
Gracias por comentar, Miguel Ángel. La gente suele ser muy espontánea en las redes sociales y a veces también dicen cosas que no se atreverían en la "vida real" porque les parece que las redes les da impunidad, o por lo menos, anonimato. Aquí vemos un grupo de WhatsApp donde todos se conocieron en un curso y siguen comunicándose y aportando su opinión sobre el asunto.
Pues sí, Conxita, en las redes sociales ha habido opiniones de toda clase. Aquí he querido mostrar diferentes puntos de vista de la situación de confinamiento que hemos vivido. Cada cual la cuenta como le va. Estas me han parecido las más significativas, aunque hay otras muchas. Y, como las redes sociales han sido el medio por el que hemos estado conectados, he aunado ambas cosas.
Muchas gracias por tu comentario.
Me alegro mucho de que te haya gustado la entrada, Ángeles. Sí, efectivamente es un muestrario de las diferentes actitudes y puntos de vista de la gente de a pie que un día descubrió que tenía que confinarse en casa. Y, no solo son puntos de vista, son también las diferentes circunstancias de cada persona (desde el que vive solo en una gran casa con jardín, a quien convive en un pequeño piso sin terraza con toda la familia; y de aquellos que no soportan, ni comprenden, el encierro porque no ven peligro y aquellos que se enfrentan al virus y se arriesgan).
Muchas gracias.
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