Cuando pensamos en un genio del Renacimiento, pensamos en Leonardo da Vinci.
Este año le rendimos homenaje con exposiciones y retrospectivas en numerosas
ciudades para conmemorar el quinto centenario de su muerte.
Todos conocemos al Leonardo que pintó la controvertida Última Cena que varios
escritores han colocado como centro del misterio en no pocas novelas y al
Leonardo que dibujó la enigmática Gioconda
sobre la que tanto se ha debatido. En la carta que escribió para ofrecer sus servicios a los Sforza decía
que era ingeniero militar, inventor, pensador, arquitecto, escultor… y al final añadía pintor. Pero Leonardo era mucho más que eso, era
científico, filósofo, investigador, urbanista, anatomista, botánico, poeta,
músico, óptico, geólogo, cocinero, diseñador de jardines, decorados, eventos y
trajes. Era un observador nato, un estudioso, un curioso con mucha imaginación
que no hacía distinciones entre la ciencia y el arte, que deseaba comprender lo
que le rodeaba. Observaba el vuelo de los pájaros para crear una máquina que
otorgara la habilidad de volar a los hombres; ideaba barcos a palas sin sospechar que el
motivo por el que no funcionaban era haberse adelantado varios siglos a la
invención del elemento que aún le faltaba (la máquina de vapor) pero que sus
barcos llegarían a surcar ríos como el Misisipi con éxito; diseccionaba
cadáveres de personas y animales para comprender la anatomía y lo anotaba y
dibujaba todo en sus cuadernos, esos famosos códices que se disputan las más
prestigiosas bibliotecas y museos.
Monumento a Leonardo da Vinci en Milán. |
Leonardo tenía multitud de ideas fantásticas sobre los más diversos campos,
pero a menudo quedaban inacabadas porque sus pensamientos lo llevaban por
nuevos caminos en busca de otros conceptos a los que dar forma. Fracasaba
numerosas veces, pero no se rendía. El fracaso solo era un camino por el que ya
había comprobado que no daría con la solución, así que iniciaba otro distinto
sin desanimarse.
Leonardo nació en la Toscana en 1452.
Hijo ilegítimo del rico notario Piero da Vinci y de Caterina, de quien
aún no tenemos claro si era campesina o una esclava oriental propiedad de
Piero.
Al descubrir su talento, el famoso pintor Andrea de Verrochio lo llevó como
aprendiz a su taller en Florencia sin imaginar que aquel muchacho de 15 años
llegaría a superarlo en maestría y a hacerle plantearse dejar la pintura.
En aquellos años entabló amistad con Botticelli y, contra todo pronóstico,
abrieron juntos una taberna. Pero la innovadora forma de entender la cocina de
Leonardo no fue del agrado de los comensales y el negocio no tardó en quebrar.
Solo una cosa relacionada con la cocina pareció salirle bien: la invención de
la servilleta. Aquella amistad se rompió por la traición de Botticelli que
acabó cayendo en la secta de Savonarola y arrojando sus propios cuadros a una
de sus hogueras de las vanidades.
En aquel tiempo Italia estaba dividida en numerosas ciudades Estado y,
Florencia, gobernada por los Medici, aspiraba a ser la capital cultural de
Europa. El arte era poder y la famosa familia se convirtió en mecenas de
numerosos artistas como Leonardo, Miguel Ángel y Rafael, los tres grandes
nombres del Renacimiento pero pertenecientes a tres generaciones diferentes. Rafael
era el más joven y el más querido por todos cuantos lo conocían. Suya es la
famosa Escuela de Atenas pintada en
el Vaticano donde retrata a Leonardo como Platón, a Miguel Ángel como Heráclito
y a sí mismo como Apeles. Miguel Ángel era otro genio pero no causaba simpatía
con su aspecto sucio y su carácter retraído. Miraba con desagrado el porte
elegante, la personalidad afable y generosa de Leonardo, y pronto se
convirtieron en rivales.
En "La Escuela de Atenas" Rafael pinta a Leonardo como Platón en el centro del cuadro. Estancias de Rafael en El Vaticano. |
En 1482 Leonardo acudió a Milán para dedicarse a la ingeniería militar y a desarrollar maquinaria de guerra para los Sforza. En sus cuadernos contemplamos cañones, vehículos blindados, puentes portátiles, sistemas para proteger Milán y artefactos para asediar otras ciudades. Allí vivió en dos etapas diferentes, sumando un total de 17 años de su vida.
Leonardo no se olvidó de la pintura y, entre otras obras, aceptó el encargo
de la Última Cena para el refectorio
de Santa Maria delle Grazie. Pero en lugar de pintarla al fresco, lo que
aseguraba que los pigmentos quedaran totalmente adheridos a la pared,
experimentó con la técnica al secco.
A los pocos años la pintura comenzó a deteriorarse. Desde entonces los
conservadores han estado esforzándose por mantenerla en las mejores condiciones
posibles, luchando contra el tiempo, contra el rey de Francia que quiso
arrancarla de la pared para llevársela y protegiéndola con sacos durante los
bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
"La Última Cena" de Leonardo da Vinci en el refectorio de Santa Maria delle Grazie (Milán). Por razones de conservación solo se permite la entrada durante 15 minutos en grupos de 20 personas. |
En la década de 1490 dibujó en uno de sus numerosos cuadernos el famoso Hombre de Vitruvio donde sigue las
proporciones clásicas del arquitecto romano y consigue la cuadratura del
círculo. Se considera el símbolo del Renacimiento donde el hombre se convierte
en el centro de todo y se piensa que es un autorretrato del artista.
Actualmente se conserva en la Galería de la Academia de Venecia, pero solo se
expone cada 10 años por motivos de conservación, el resto del tiempo puede
contemplarse una copia exacta del original.
"El hombre de Vitruvio" canon de belleza clásico. |
Uno de los grandes proyectos encargados a Leonardo en Milán fue la estatua ecuestre de Francisco Sforza a la que se apodó “el gran caballo”. Leonardo preparó los bocetos para una escultura de ocho metros de altura, se compraron 70 toneladas de bronce para elaborarla, pero, aunque el tiempo pasaba, el artista solo llegó a hacer un modelo en barro, así que el bronce se utilizó para fabricar cañones cuando Francia invadió y conquistó Milán.
Establecido en Venecia, continuó con sus labores de ingeniería. Allí ideó
diversos sistemas para proteger la ciudad de los ataques de los turcos. En sus
cuadernos aparecen antepasados del submarino, escafandras y todo lo necesario
para atacar los barcos por debajo. Pero estos proyectos no pudieron llevarse a
cabo hasta los siglos XIX y XX.
En su deambular por las cortes italianas, Leonardo decidió presentarse en 1501
ante César Borgia para hablarle de sus proyectos de ingeniería, mecánica,
anatomía, arquitectura, pintura, música y de su talento para diseñar jardines y
organizar toda clase de festejos. El peligroso duque lo tomó a su servicio y se
convirtió en su mecenas.
En Florencia, Leonardo trabajó junto a Maquiavelo en un plan para desviar
el río Arno con la excusa de mejorar el riego de los cultivos, pero con la
intención secreta de cercar la enemiga ciudad de Pisa y conseguir salida al mar
para Florencia. Sin embargo, su proyecto fracasó.
Estudio de anatomía humana. |
En los años siguientes llevó a cabo un estudio exhaustivo de la anatomía
humana, convirtiéndose en un experto y representando con exactitud los huesos,
músculos, tendones, vasos sanguíneos y órganos. También diseccionó animales
como vacas, monos, caballos y pájaros. Deseaba hacer un estudio comparativo
entre la anatomía humana y la animal. Investigó junto al médico Marcantonio
della Torre e ilustró con más de 200 dibujos un tratado de anatomía.
Comenzó a pintar su obra más famosa, la Gioconda,
en 1503, después de que Francesco del Giocondo le encargara un retrato de su
esposa Lisa Gherardini. Sobre este cuadro han corrido ríos de tinta y ha sido
objeto de estudio tanto por su valor artístico como por el misterio que esconde
la expresión e identidad de la modelo (¿era Lisa o era la madre de Leonardo?),
el paisaje que se dibuja al fondo y el hecho de que Leonardo nunca quisiera
desprenderse de él, conservándolo a su lado hasta su muerte.
"La Gioconda"de Leonardo da Vinci. El cuadro más famoso de la Historia del Arte. |
En 1513 se marchó a Roma donde trabajó para el cardenal Giuliano de Medici,
hermano del Papa León X, alojándose en el Vaticano. Parece ser que lo
acompañaron sus dos alumnos favoritos, Salai y Francesco Melzi. Allí se dedicó
a proyectos arquitectónicos, dibujo de mapas y estudio de los monumentos de la
antigua Roma. Hasta pocos años antes nadie se había preocupado de la
conservación de las obras de la antigüedad y la arquitectura romana había
llegado a servir como cantera para nuevas construcciones. Pero es en el
Renacimiento cuando se produce un cambio en el pensamiento y se vuelve al ideal
de belleza clásico, al estudio de los tratados romanos.
Los tres últimos años de su vida los pasó en Francia, donde el rey
Francisco I, que lo admirada y respetaba profundamente, le ofreció vivir en
Clos Lucé, un castillo en el Valle del Loira, como un auténtico noble. En
aquella época fue perdiendo la salud, pero eso no le impidió continuar con sus
pinturas, sus tratados y sus proyectos urbanísticos e hidráulicos. Su castillo
llegó a convertirse en una especie de museo, donde, además de sus cuadernos,
conservaba consigo sus tres obras más queridas: San Juan Bautista; Santa Ana,
la Virgen y el Niño y La Gioconda.
El castillo Clos Lucé (Francia) donde vivió Leonardo los últimos años de su vida. Fotografía de Thesupermat. |
Murió el 2 de mayo de 1519, dejándonos, según algunas fuentes, más de
50.000 documentos. A través de sus diarios, planos, ideas, dibujos, estudios y
reflexiones, conocemos todo aquello que proyectó y, en la mayoría de los casos,
no llegó a realizar. Estos inventos, para muchos adelantados a su tiempo, no
partían solo de sus observaciones, sino también de los estudios de otros
pensadores anteriores. Además de todo lo que hemos mencionado, en sus códices
se recogen bombas hidráulicas, una draga para construir canales, varios autómatas,
flotadores para caminar sobre las aguas, un antepasado del automóvil, un telar
mecánico, una máquina para pulir espejos y otras muchas cosas. Pero lo que más
nos llama la atención es su perseverancia en el sueño de imitar el vuelo de los
pájaros. Fruto de sus observaciones ideó el paracaídas (que no llegó a probar)
y el ala delta (que funcionó con éxito). Luego realizó 14 prototipos de máquina
voladora y aunque ninguno funcionó, Leonardo se tomó aquel fracaso como
incentivo para seguir con sus investigaciones y, basándose en el tornillo de
Arquímedes que conseguía subir el agua para el riego de los campos, ideó su
tornillo aéreo para poder mover el aire y elevarse. Tampoco dio resultado, pero
fue una pieza clave para la invención del helicóptero.
El Tornillo Aéreo y una de sus máquinas voladoras. Inventos y dibujos de Leonardo. |
Su escritura es otra fuente de misterio pues se sabe que era ambidiestro, pero no se conoce con exactitud el motivo por el que escribía de forma especular.
Actualmente conocemos a Leonardo más como pintor, aunque solo realizara
unas 30 obras en su dilatada vida. Empleó técnicas innovadoras (aunque a veces
fracasara en ellas) pero tenía gran maestría en la composición, el sfumato, el
uso de los colores, la perspectiva, la anatomía, el paisaje y la capacidad para
plasmar las emociones humanas en sus retratos. Contaba Vasari, su primer
biógrafo, que Leonardo no se basaba en rostros “tipo”, sino que copiaba del
natural. No era extraño verlo cruzarse con alguien por la calle y caminar tras
esa persona de aspecto interesante durante todo un día para luego poder
dibujarla.
Uno de los Códices de Leonardo con el estudio del vuelo de los pájaros y las explicaciones en escritura especular. |
Francesco Melzi fue el heredero de Leonardo e intentó mantener su legado
unido. Pero tras su muerte, los documentos se dispersaron, las hojas de los
cuadernos de Leonardo fueron arrancadas y vendidas o regaladas por separado, ya
que cada una de ellas, con algún dibujo o anotación del genio renacentista, se
había convertido en una obra de arte en sí misma. No será hasta finales del
siglo XIX cuando los historiadores intenten agrupar y componer los cuadernos de
nuevo, esos códices que hoy se atesoran en prestigiosas bibliotecas. Se han
podido reunir 13.000 documentos, pero aún hoy muchas páginas permanecen
perdidas, quizás para siempre.
Respecto a su pintura más querida y misteriosa, La Gioconda, que pasó a
formar parte de la colección del rey francés Francisco I, puede contemplarse
actualmente en el Museo del Louvre en París.
"La Gioconda" se exhibe en el Museo del Louvre de París bajo fuertes medidas de seguridad. |
27 comentarios:
Muy interesante repaso de la vida de Leonardo Da Vinci, un genio en mayúsculas.
La Gioconda, una de sus obras más conocidas, recuerdo que me impresionó porque me esperaba que fuera más grande, tanto escuchar habñar de ella, verla en libros y en documentales y de repente estás en el Louvre muy lejos del cuadro y con tantas medidas de seguridad (que se entienden) que me quedé un poco decepcionada, aunque me encanta que siga manteniendo intacto su misterio y su historia.
Besos
Gracias por tu buenisima información!!
La vi recién instalada y restaurada en el Louvre.
No es sólo su sonrisa es toda ella.
Gracias Maestro
La Monalisa nunca hubiera sido la obra superfamosa que conocemos hoy sin su historia de robo y recuperación. Hasta ese momento solo era un cuadro discreto y nada conocido del Louvre... Una muestra de lo que logra una buena publicidad.
hola buenas, desde luego muy documentada el articulo , el maestro desde luego fue un enigmático dejo muchos secretos en sus obras que aun están por ver, un visionario que vio el fuego invisible un saludo
Fabuloso, muchas gracias
Nunca esta de más hablar de gente extraordinaria y con una voluntad de acero. También los genios han de trabajar muchísimo para demostrarlo
Un genio, no existirá otro igual...
Un genio irrepetible.
María Josefa
Fue un gran genio adelantado a su tiempo tiene tan sólo veinte obras pero son increíbles, personalmente para mi junto a Miguel Angel Buonarroti son los mejores artistas que han existido en la actualidad.
Interesante vida de un interesante genio. Gracias. Te quedo verdaderamente agradecida.
Me encanta, es fabuloso.
Gracias por tan elocuente información.
Magnifico! Está perfectamente redactado, he aprendido cosas que no sabía y he disfrutado mucho leyéndote, MJ. Muchas gracias por tomar tiempo en escribir y compartir!
Pues sí, Conxita. Ocurre mucho que vemos los cuadros reproducidos en libros o en reportajes y no nos hacemos una idea exacta de sus dimensiones. Muchas personas afirman lo mismo que tú, que la Gioconda es más pequeña de lo que se imaginaban e incluso que les ha decepcionado. Yo, de tanto escuchar decir que era pequeña, ya iba prevenida. La vi muy bien porque era primera hora de la mañana en temporada baja y había poca gente. Pero tuve mucha suerte, normalmente hay tantas personas delante que no puede verse. Y, además que es pequeña, la zona de seguridad es exageramente grande. Eso no me gustó.
Y respecto a que te decepcionó un poco, creo que se debe a que está considerada la pintura más famosa del mundo, te imaginas más y, recordemos, que anteriormente a su robo (a principios del siglo XX) no tenía la consideración actual, ni era el icono de hoy en día.
Muchas gracias por tu comentario y tus impresiones.
Muchas gracias María e Irene. Aprecio vuestros comentarios.
Pues sí Ann, como ya comentábamos en otro artículo de este blog, la Gioconda no estuvo considerada como una de las mejores pinturas del mundo hasta que la robaron y la recuperaron. Las colas para verla se formaron, precisamente, cuando ya no estaba en el museo, y el público no quería ver la obra, sino su hueco vacío en la pared. Algo extraño y triste.
Gracias por tu comentario.
Hola, Miguel Ángel.
Muchas gracias por tu comentario. Me alegro mucho de que te haya gustado el artículo.
Leonardo era un gran maestro y muy enigmático, prueba de ello es que su fama aumenta con el tiempo y que los investigadores siguen preguntándose sobre su vida, su obra, sus inventos y sobre los secretos que escondió en sus pinturas.
Otro saludo para ti.
Gracias, Irene.
Comparto tu opinión, Juan Bautista, los genios también tienen que investigar y trabajar mucho. Leonardo es una prueba de como, aunque se equivocara, no se rendía y seguía estudiando todo aquello que le interesaba. Gracias por dejarme un comentario.
Sí, Marisa, todos consideramos a Leonardo un genio. Gracias por comentar.
María Josefa, es cierto lo que dices, cuando pensamos en un genio, Leonardo es una de las primeras personas que se nos viene a la cabeza. Gracias por tu comentario.
Gracias por tu comentario, Juan Delgado.
Es verdad que se le considera adelantado a su tiempo y preculsor de inventos posteriores. Y sí, además de sus proyectos, lo conocemos por sus pinturas, aunque en su larga vida solo hizo poco más de veinte. En relalidad pocas comparado con otros artístas.
A mí me parece una pena que dos genios como Leonardo y Miguel Ángel se llevaran mal, pero así somos las personas.
Muchas gracias, Irene, me alegro que te haya gustado. Te agradezco mucho tu comentario.
Gracias, Anónimo.
Ma Carmen, gracias por tu comentario.
¡Me encanta tu entusiasmo, Rocío! Eres muy amable y me alegra mucho que te haya gustado el artículo. Yo he sido la primera en aprender muchas cosas al investigar para escribirlo. Comentarios como el tuyo me animan para seguir estudiando, escribiendo y compartiendo. Muchas gracias.
Os agradezco a todos vuestros amables comentarios y que hayáis invertido el tiempo necesario para leerlo y dejarme vuestras impresiones o, simplemente, expresar lo genial que os parece Leonardo. Un saludo.
Muchas gracias. Un repaso muy ilustrativo y didáctico.
Me encantó!!! Voy a caer en el topicazo... Un gran observador y un hombre adelantado a su tiempo. Mis felicitaciones por tan buena documentación, me parece un gran trabajo.
Gracias por el comentario, Mariví. Me alegra que te ha ya gustado el artículo.
¡Muchas gracias por tan amables palabras, Sandra!
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