El año pasado ya contábamos aquí la historia de cómo
la celebración de la Navidad estuvo a punto de desaparecer y cómo Charles Dickens
le insufló la magia, el amor, la alegría, la caridad, el reencuentro y la
reconciliación. Suyo es, pues, lo que conocemos como el espíritu navideño.
A Dickens le encantaba la Navidad y escribió muchas
veces sobre ella a lo largo de su vida, pero su relato más famoso fue A Christmas Carol in Prose, Being a Ghost-Story
of Christmas (Cuento de Navidad o
Canción de Navidad. En prosa. Cuento
navideño de espectros) obra que perdura en el tiempo, que se reedita y se
versiona continuamente para cine, televisión y teatro. Después de la extraordinaria
acogida que tuvo Canción de Navidad (él
mismo confesaba que había sido “un éxito prodigioso. El mayor que he conseguido
nunca”) todos esperaban un nuevo cuento cada diciembre e, incluso, le
reservaban un hueco en sus estanterías. Así que publicó uno nuevo cada año.
El día 17 de diciembre de 1843 Canción de Navidad apareció en las librerías, agotándose en menos
de una semana. En 1844 publicó Las campanas. Un cuento de duendes sobre unas campanas que anuncian el final del año y la llegada del nuevo. Para la Navidad de 1845 Dickens tenía preparado
El Grillo del Hogar. Un cuento de hadas sobre la morada familiar. Y en 1846 llegó La batalla de la vida. Una historia de amor. En 1847 las librerías
se vieron huérfanas del esperado nuevo cuento de Navidad de Dickens, porque
éste se encontraba enfrascado en su novela Dombey
e hijo, y, con disgusto, tuvo que renunciar a lo que se había convertido en
una tradición. Pero no defraudó en las siguientes Navidades ya que, en
diciembre de 1848, salía a la venta El hechizado y el trato con el fantasma.
"El sueño de Dickens" de Robert William Buss. |
En 1849 Dickens estaba muy concentrado escribiendo David Copperfield y no sacó ningún libro
de Navidad. Para 1850 ya tenía preparada su revista Palabras de andar por casa (Household
Words) donde incluir las nuevas narraciones festivas. Así que durante los
años siguientes continuó con sus historias navideñas en relatos y artículos que
publicaba en esta revista y en su sucesora Durante
todo el año (All the Year Round).
En 1852 se editó una recopilación de los cinco
libros, bajo el título Cuentos de Navidad,
eclipsando a sus imitadores, que cada diciembre llenaban las librerías con
historias navideñas.
Y es de estos cinco libros de los que nos proponemos
hablar en los siguientes artículos. Puede que el gran éxito y la repercusión de
Canción de Navidad haya ensombrecido
a los otros relatos, llegando a ser desconocidos para el gran público, pero
después de leerlos, es imposible relegarlos al olvido. Son, igualmente,
historias con el sello de Dickens, con sus temas, su estilo y el toque mágico
que otorgó a estas fechas.
2 comentarios:
Pues sí, en una época de pobreza y trabajo muy duro la gente no estaba para pensar en fiestas, pero Dickens supo ver que esas personas, precisamnte por esas circunstancias tan duras en que vivían, necesitaban algo que les diera un poco de ilusión, de esperanza.
Ya sabe el poder inmenso que tienen las palabras y sin duda Dickens era un hombre bueno que hacía magia con las palabras.
Estoy de acuerdo contigo, Ángeles. Era una época de mucha pobreza e injusticias y las personas necesitaban esperanza. Dickens hacía magia con las palabras y, cuentan, que también con sus lecturas públicas. ¡Qué pena que no lo tengamos grabado para poder oírlo!
Muchas gracias por tu comentario.
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