Una de las obras más famosas de Charles Dickens y la
más recordada de cuantas historias navideñas se hayan creado es Canción de Navidad. Pero Canción de Navidad es mucho más que un
simple cuento.
Los Papeles Póstumos del Club Pickwick con autógrafo de Dickens. |
Cuando Dickens escribía Los pápeles póstumos del Club Pickwick (1836-1837) decidió que una
de las entregas incluyera un capítulo navideño donde se contaba la historia de
Gabriel Grub, al que visitan unos duendes que le muestran el pasado y el futuro,
logrando redimirlo.
No volvió a escribir sobre la Navidad hasta que en
1843 leyó, horrorizado, el Segundo
Informe de la Comisión del Empleo Infantil (Second Report of the Children’s Employment Commission) que presentó
el Parlamento, donde se exponían las condiciones del trabajo infantil en la
Revolución Industrial. Él, que no solo había visto la miseria en la que vivían
los pobres, sino que en su propia infancia había tenido que trabajar en una
fábrica de betún, conocía el sufrimiento que padecían los más desfavorecidos.
Pensó entonces en escribir un panfleto político que concienciara a las clases
medias y acomodadas. Dio discursos para recaudar fondos y exhortó a que se
iniciara una reforma educativa para combatir la ignorancia. Su defensa de los más humildes y su lucha contra
las injusticias sociales fueron una constante en su vida, aunque en 1841
rechazara la invitación a presentarse como candidato al Parlamento.
Pronto entendió que un panfleto y unas charlas no
serían suficiente, que tenía que llegar al máximo número de personas posible y
tuvo la inspiración de crear Canción de
Navidad, un cuento profundo e impactante que expusiera el sufrimiento de
los desamparados y moviera a los más favorecidos a practicar la caridad. Introdujo
variantes a la historia navideña de Gabriel Grub, añadió el tema de los
recuerdos (muy importantes para él) y conservó el carácter sobrenatural que le
parecía que debía estar ligado a estas fechas.
Escribió Canción
de Navidad en solo seis semanas y salió a la venta el día 17 de diciembre
de 1843. En pocos días se vendieron los seis mil ejemplares de la primera
edición y se empezó a preparar la segunda. Era el regalo perfecto de Navidad,
con una encuadernación preciosa y las ilustraciones a color de John Leech,
magnífico dibujante, amigo personal del escritor. Debido al carácter moral, de
crítica social y de concienciación que tenía la obra, Dickens invirtió mucho
dinero en ella y tan solo ganó 230 libras.
El argumento de Canción
de Navidad es de sobra conocido, pues ha sido llevado al cine y la
televisión en numerosas ocasiones.
La historia comienza la tarde de Nochebuena, cuando,
el señor Scrooge, un viejo avaro y egoísta que tan solo se preocupa de ganar
dinero, se ve obligado a darle el día de Navidad libre a su empleado, Bob
Cratchit, un pobre hombre que malvive con el mísero sueldo que su tacaño jefe
le paga y que no le alcanza para mantener a su familia y hacer frente a los
gastos médicos de su hijo Tim.
Ya en casa, Scrooge recibe la visita del espectro de
su antiguo socio, Marley, que ha sido condenado a vagar eternamente con una
pesada cadena que representa sus maldades. Marley le advierte de que le espera
el mismo castigo, pero que esa noche tendrá la oportunidad de redimirse con la
visita de tres espíritus.
Escena de Canción de Navidad. Ilustración de William Littlewood. Fotografía gentileza de Ángeles. |
El Fantasma de las Navidades Pasadas lleva a Scrooge
a su infancia y juventud, donde vuelve a ver a su querida hermana Fan, que
murió a dar a luz a su sobrino; a su antiguo jefe que organizaba divertidas
fiestas de Navidad y era muy bueno con él; y a su prometida Belle, que lo
abandonó tras descubrir que el verdadero amor de Scrooge era el dinero.
El Fantasma de las Navidades Presentes enseña a
Scrooge como celebran la Navidad diferentes personas, entre ellos su sobrino
Fred, y los Cratchit. En casa de su empleado, el viejo avaro siente pena al ver
al pequeño Tim, tan enfermo, pero tan arropado con el amor y la alegría de su
familia. El espíritu le confirma que Tim morirá si no cambian las cosas. Antes
de marcharse, Scrooge queda impresionado al toparse con dos niños mendigos que
representan la Ignorancia y la Miseria.
Uno de los Fantasmas visita al señor Scrooge. Edición conmemorativa del bicentenario de Dickens. Ilustración de Javier Olivares. Fotografía gentileza de Ángeles. |
Pero la visión más terrible será la que le muestra
el Fantasma de las Navidades Futuras que lo lleva a presenciar una conversación
entre varias personas hablando mal de alguien que acaba de morir, a la empleada
del hogar y el enterrador robando al muerto y a una pareja alegrándose de que
su muerte les permita ampliar el plazo para pagar la deuda que habían contraído
con él. Después visita la casa de los Cratchit, donde la familia no ha logrado
reunir el dinero para el tratamiento del
pequeño Tim, y llora desconsolada su pérdida. Finalmente Scrooge viaja a un
cementerio, donde descubre, horrorizado, su propia tumba abandonada y que él
era aquel del que todos hablaban mal y se alegraban de su muerte. Arrepentido,
Scrooge promete corregir sus errores para cambiar el funesto destino.
Scrooge despierta la mañana de Navidad y recupera la
generosidad y la alegría que había perdido. Envía comida a casa de su empleado,
acude a almorzar con su sobrino y ofrece donativos a los pedigüeños. Cuando
Cratchit acude al trabajo, Scrooge le sube el sueldo y le promete hacerse cargo
de los gastos médicos del pequeño Tim, que logra sobrevivir, y lo querrá como a
un segundo padre.
La historia finaliza, precisamente con unas palabras
del niño: “¡Qué Dios nos bendiga a todos!”
La obra fue un éxito de crítica y público inmediato.
Las reseñas fueron positivas y destacaron la humanidad y la compasión que
desprendían sus páginas. Thackeray llegó a decir de él que suponía “un
beneficio nacional, y un bien personal para todo hombre y mujer que lo lea”.
No cabe duda de que Dickens consiguió su propósito,
pues el libro gustó mucho, pero también impresionó. Su tono cercano, la
ambientación en la Gran Hambruna irlandesa, el tema del hogar y la familia (el
más importante de la Navidad para Dickens, junto al de los recuerdos), el
realismo en las descripciones, la personificación de la Ignorancia y la
Miseria, la advertencia del Fantasma de las Navidades Presentes de la
catástrofe social que se avecina y la esperanza de un futuro mejor con la
curación del pequeño Tim y la redención de Scrooge, movieron las conciencias de
la clase media.
A las clases bajas les dio ánimo y fuerzas sentirse identificadas
con las penurias, la unión y el amor de la familia Cratchit y conmovidas por el
destino del pequeño Tim. Dickens recibió multitud de cartas de agradecimiento
de familias pobres que estaban pasando muchas dificultades y que le confesaban
“en confianza” que Canción de Navidad
les daba esperanzas en el futuro, que lo leían en voz alta en casa y lo
guardaban en un lugar especial. Por eso, no ha de extrañarnos que, aunque hoy
el personaje de mayor interés sea Scrooge, en el siglo XIX el centro del cuento
lo constituyese la familia Cratchit.
Fue la reina Victoria la primera que pidió a Dickens
que le leyera personalmente Canción de
Navidad, pero no fue la única por lo que Dickens, en 1853, organizó la
primera lectura pública para la beneficencia de su gran obra navideña y
continuó con ellas hasta su muerte en 1870 (alternando Canción de Navidad y Oliver
Twist), aunque desde 1858 las lecturas fueron en beneficio propio. Dickens
resume Canción de Navidad en hora y
media de lectura, centrada, principalmente, en las escenas de la familia Cratchit.
Se han contabilizado más de 127 lecturas públicas de Canción de Navidad, todas ellas multitudinarias, donde los
asistentes han dejado testimonio de la fuerza, la gran interpretación y la
preciosa voz de Dickens.
Actualmente la crítica la considera una obra de
componente político, que condena el capitalismo industrial de su época. Además
se le reconoce el mérito de haber contribuido al resurgimiento de las antiguas
tradiciones navideñas y a la modernización con nuevos elementos de la
celebración de la Navidad.
Recopilación de los Cuentos de Navidad. Edición conmemorativa del bicentenario de Dickens. |
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