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miércoles, 9 de noviembre de 2016

OT: el reencuentro I


Muy buenas noches desde el Palau Sant Jordi de Barcelona en este lunes 31 de octubre de 2016 en el que vamos a retroceder 15 años en la historia pero, a la vez, seguiremos escribiéndola con lo que estamos a punto de ver sobre ese escenario. Lo recuerdan ¿verdad? Era el año 2002 cuando empezó una gira musical cuyo éxito sobrepasó todas las previsiones. Los protagonistas fueron los concursantes de la primera edición del programa de televisión Operación Triunfo, de esta casa, Televisión Española. Entre abril y junio visitaron 23 ciudades, ofrecieron 29 conciertos y les vio casi medio millón de personas. Actuaron en el Estadio Olímpico de Sevilla, en el Santiago Bernabéu en Madrid, en el Sant Jordi en Barcelona que hoy acoge su regreso. Quince años después vamos a revivir parte de lo que fue aquella gira y volveremos a ser testigos de temas inolvidables, de duetos mágicos que se quedaron en la memoria colectiva y también recordaremos los trabajos con los que arrancaron sus exitosas carreras discográficas. Con un Palau Sant Jordi repleto de gente y, sobre todo, de emoción, damos paso ya a los auténticos protagonistas de esta historia.
Así presentaban el concierto de reencuentro de O.T. 1 con sus fans.

En 2001, hace ya quince años, Televisión Española empezó a emitir un talent show con 16 jóvenes desconocidos que ingresaron en una academia que se convirtió en la más famosa de la televisión. Nadie sabía cómo iba a salir aquel experimento y muchas discográficas rechazaron formar parte del proyecto.

Los 16 participantes superaron una serie de duros castings con la fuerza de la juventud, la ilusión de luchar por un sueño y la inocencia de la inexperiencia. Cuando entraron en la academia sintieron estar un paso más cerca de cumplir el sueño de sus vidas: que alguien los escuchara, que alguien les grabara un disco. Allí recibirían las clases de canto y demás materias que sus familias no habían podido permitirse, prepararían canciones y la pantalla sería el escaparate perfecto para demostrar que eran verdaderos cantantes. Un encierro consentido, que a veces se tornaba muy duro por la lejanía de sus familiares con los que hablaban por teléfono solo durante unos pocos minutos a la semana; una enorme capacidad de trabajo, mucho esfuerzo para sacar adelante diferentes canciones con sus correspondientes coreografías cada programa; los nervios de enfrentarse con el público cada lunes; los miedos de no estar a la altura y ser nominados y expulsados de la academia. Pero lo que más gustó al público fue la naturalidad de estos chicos, la verdad que había en cada una de sus conversaciones, en cada uno de sus ensayos, en cada una de sus gamberradas. No tardaron mucho en olvidarse de que había cámaras, de que aquello era un programa de televisión. Para ellos era su vida, una parte maravillosa, y dura a la vez, del camino hacia una carrera musical. Y eran la música, la ilusión y la sencillez las que reinaban en la academia. Al público le gustó la unión que estos jóvenes mostraron desde un primer momento, sin malos rollos, sin rivalidades. Como han confesado recientemente, no había competencia entre ellos sino consigo mismos, querían mejorar cada semana, pero no para ser mejor que el otro, sino para ser capaces de superarse a sí mismos. Se forjaron grandes amistades que perduran a día de hoy y se formaron parejas que duraron mucho tiempo.

Mientras ellos vivían en su burbuja de música, clases y amistad, ajenos a todo lo que ocurría fuera, el programa arrasó en audiencia convirtiéndose en un fenómeno social sin precedentes dentro de la televisión en España. No ha vuelto a repetirse un éxito igual al de Operación Triunfo 1. El formato se exportó a 50 países y fue el germen de todos los talent shows actuales.

Millones de  familias se congregaban delante del televisor cada lunes. Los concursantes interpretaban éxitos del momento que hacían bailar a los adolescentes y canciones míticas de los 70 y 80 que fidelizaban a personas de más edad. El público los adoraba y, en muy poco tiempo, se convirtieron en las personas más famosas del país.

Se creó un canal de 24 horas de emisión de todo lo que ocurría en la academia, se hicieron programas especiales, chats (en una época en que aún no existían las redes sociales), se sacaron discos de cada gala que vendían millones de copias, uno especial de navidad donde se incluía la canción Mi música es tu voz, compuesta por los muchachos y que se convirtió en himno de una generación, Disney hizo un casting interno para que una de las chicas fuera solista de sus bandas sonoras, se cerraban bolos, se disponía todo para la gira nacional y las más importantes discográficas preparaban ya las canciones para cuando salieran de la academia. Se les buscó un lugar donde reunirlos cuando fueran siendo expulsados y se creó la pos-academia, donde seguirían formándose. Los planes estaban hechos, las agendas estaban cuadradas, todo estaba ya decidido.  

Álbum que Operación Triunfo sacó en la navidad de 2001. CD de la gala para decidir quien nos representaba en Eurovisión y uno de los numerosos CD's de OT.

La prensa hablaba de ellos en todo momento, las cadenas rivales se disputaban ser los primeros en entrevistarlos y se fue acuñando el término triunfitos para referirse a este grupo, a esta piña de talento. Algunos cantantes reconocidos visitaron la academia para darles consejos y cantar con ellos, mientras otros levantaban la voz en contra, acusándolos del colapso que sufriría el mercado musical cuando salieran de su encierro. 

Cuando cada uno de ellos iba siendo expulsado, la tristeza invadía al grupo. El protagonista se despedía de sus compañeros con una canción y se iba llorando, imaginando que su sueño se le había esfumado de las manos cuando lo tenía más cerca. Quizá creía que volvería a casa y seguiría con su vida normal, continuaría sus estudios,  regresaría a un trabajo que no le gustaba o, en el mejor de los casos, cantaría de nuevo en pequeños bares, en bodas y en ferias.

No sospechaban que ya eran ricos y famosos. Nada sabían de lo que les esperaba fuera. Pero fuera les esperaban millones de fans con entusiasmo enfervorizado, policía abriéndoles paso, centros comerciales cerrando para que compraran tranquilos, famosos que querían fotografiarse con ellos, miles de seguidores con pancartas con sus nombres rodeando los hoteles y dándoles la bienvenida en los aeropuertos, firmas de discos, entrevistas, representar a España en Eurovisión, nuevas canciones en trabajos discográficos relámpago que tenían que grabar a toda prisa para los más importantes productores internacionales, conciertos multitudinarios llenando los más grandes estadios de fútbol durante días. La realidad había superado el mejor de sus sueños.



4 comentarios:

Sara dijo...

¡¡¡Por supuesto que no me perderé la segunda parte!!! Aunque yo soy, más bien, de "La voz". Pero tu narración ha sido maravillosa, tan maravillosa que hasta me ha dado pena perderme el concierto.

¡¡¡Besitos, MJ!!!

MJ dijo...

¡¡Muchas gracias, Sara!! Me alegro muchísimo de que te haya gustado tanto :-) Un comentario tan bonito no se tiene todos los días y sube la moral, la verdad. Prontito pondré la segunda parte. Si quieres ver el concierto está en la web de RTVE.
Besitos :-)
P.D. Me ha encantado la anécdota que has contado sobre el Dadaísmo en el blog Juguetes del Viento :-)

Ángeles dijo...

Por cómo hablas se ve que disfrutaste mucho con el programa cuando lo ponían y ahora con ese concierto. Me alegro, es bueno que haya cosas que nos hagan pasarlo bien.
¡Que sigas disfrutando!

MJ dijo...

Sí, Ángeles. Me ha gustado mucho la idea de volverlos a reunir y de volver a verlos juntos después de 15 años. En los tres especiales que hicieron han confesado cosas que no sabíamos, como lo mal que lo pasaron cuando salieron, pero eso ya lo cuento en la segunda parte. El concierto muy guay, ya ves que la presentación por si sola lo dice todo. Lo malo es que los medios, en lugar de hacerse eco del concierto, le dieron mucho bombo a un par de cosillas y cotilleos que pasaron. Pero eso también lo cuento en la segunda parte. No adelanto más.
Muchas gracias por dejarme tu comentario. Un beso.

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