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viernes, 29 de agosto de 2025

Diario de viaje: Florencia y Pisa VIII. Pisa bajo la luz del sol.

En el año 2011 visité por primera vez Italia. Escribí mis impresiones de aquel viaje en un pequeño diario. En 2018 decidí compartirlo en el blog por capítulos que iba insertando entre entradas de otros temas, como ya había hecho antes con un diario de viaje a Portugal

Esos días que pasé en Italia se ven reflejados en el Diario de viaje: Florencia y Pisa que aparecen en el blog entre 2018 y 2019. Pero, lo interrumpí sin contar la parte referente a Pisa. Lo hago ahora. Serán solo dos capítulos que completan aquel diario que mencionaba arriba y que contienen recuerdos y fotografías que espero que os gusten.

La sorprendente Pisa.

Al bajar del tren miramos el mapa comprobando que el Campo de los Milagros, el recinto donde se encuentra la torre inclinada más famosa del mundo, no se hallaba a mucha distancia de la estación y que podíamos llegar dando un paseo y aprovechando para conocer algo de la pequeña ciudad.

Torre de Pisa.
Imagen: archivo propio.

A nuestro paso volvió a cruzarse el río Arno y en una de sus orillas nos tropezamos con la iglesia de la Santa Espina, pequeñita y preciosa, con rosetones sobre sus puertas gemelas.

Cruzamos el puente y nos dirigimos por la Vía Spoletto hacia nuestro destino, mientras observábamos capiteles romanos por aquí, iglesias renacentistas por allá, soportales, arquerías y antiguos comercios por todas partes.

Iglesia de la Santa Espina.
Imagen: archivo propio.

Nos pareció de visita obligada la famosa plaza de los Caballeros, con su magnífico palacio y aquellas escaleras que tantas veces había visto fotografiadas en mis libros de arte. La plaza estaba bastante concurrida y unas obras mantenían una parte oculta tras los andamios, por suerte la zona realmente importante se mostraba en todo su esplendor. Turistas, ciudadanos, coches y bicicletas convivían en tan escaso espacio y de nuevo nos vimos obligados a cruzar “a la italiana”.

Plaza de los Caballeros.
Imagen: archivo propio.

Los aseos de Pisa resultaron ser todos de pago, pero por lo menos estaban medianamente limpios y, aunque eran antiguos, no tropezamos con ningún váter-bidé.

Una visión maravillosa.

Gracias al mapa sabíamos que el Campo de los Milagros no podía estar muy lejos, aunque no lográbamos ver la torre por ninguna parte. Se supone que una torre tan alta debería divisarse en la distancia, con su deslucido color gris, como la representaban las figuritas que vendían a módico precio en Florencia. Muchas pobres y deslucidas reproducciones de la torre de Pisa que habíamos visto en todos los mercados de Florencia y que se me antojaba como cualquier torre del mundo, solo que era famosa por estar inclinada. El verdadero motivo por el que habíamos llegado a Pisa era porque el vuelo salía más barato que yendo directamente a Florencia y ya que estábamos allí, visitar el Campo de los Milagros. La joya del viaje era Florencia y su duomo, su cúpula menos esbelta de lo que habíamos imaginado.

Al doblar una esquina nos la encontramos. De repente. Surgida de la nada, ligeramente inclinada y con el mármol más blanco y más brillante que había visto, tuve ante mí la famosa torre de Pisa. El aire se detuvo en mis pulmones, los ojos se me llenaron de lágrimas y reí de felicidad. En aquel momento pensé que aquello era lo más hermoso que había visto en mi vida, pensé que podía sufrir el síndrome de Florencia ante la torre de Pisa, pensé que valía la pena cualquier viaje, todo el cansancio, por estar ante la verdadera joya de mi viaje. 

Eva y yo nos miramos y reímos. Fue un momento emocionante. Después de tantas cosas hermosas que había visto, después de considerar el David lo más bonito de Florencia, me llevaba una maravillosa sorpresa en el Campo de los Milagros. Quizá precisamente porque no esperaba demasiado, me rendí ante la torre y desterré para siempre la estúpida idea de que su fama se debía a su inclinación.

Vista del Duomo y la torre de Pisa.
Imagen: archivo propio.

El Campo de los Milagros es un complejo donde se encuentra el Duomo de Pisa con su campanario separado de ella, es decir, la famosa torre, el baptisterio y el camposanto. El césped lo cubría todo y los caminitos te llevaban directamente a la entrada de los monumentos. Conforme me iba acercando a la torre fui comprobando que su inclinación dependía de la perspectiva desde la que se observara, incluso se llegaba a un punto en el que parecía completamente recta. Cuando me encontré cerca de la base, descubrí un foso donde se intentaba disimular su verdadera inclinación, un sorprendente ángulo que no había apreciado desde la entrada. La miré desde abajo y me temí que pudiera desplomarse dentro de unos años si el sistema de contención no funcionaba correctamente. 

Desde aquella torre Galileo había lanzado un objeto para demostrar la velocidad que alcanzaba al caer… sí, sí, ese famoso problema de matemáticas que odiábamos tanto.

La inclinación de la torre de Pisa es de 3.97 grados,
pero su percepción depende desde donde se la observe.
Imagen: archivo propio.

Lee Diario de viaje: Florencia y Pisa desde el principio aquí. 

Otros lugares de Italia de los que hemos hablado: el aniversario de la fundación de Venecia y también mis impresiones personales sobre Venecia. Hablamos además aquí del cumpleaños de Roma. En esta otra entrada nos centramos en algunas torres inclinadas famosas.

jueves, 24 de julio de 2025

150.º aniversario de Antonio Machado.

Otros años hemos conmemorado los aniversarios literarios de muchos autores, este 2025 toca recordar a Antonio Machado. Numerosas conferencias y exposiciones celebran el sesquicentenario de uno de los grandes poetas de la generación del 98.

Antonio nació el 26 de julio de 1875 en la capital de Andalucía. Su padre era abogado, escritor y folclorista.

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla

Y un huerto claro donde madura el limonero.

“Retrato”, Campos de Castilla (1912).

Estatua de Antonio Machado de Antonio Pérez Almahan en Baeza (Jaén).
Imagen: Wikipedia. Autor: Huanghuibi.
En 1883 la familia se mudó a Madrid donde su abuelo aceptó la cátedra de zoografía en la Universidad Central. Antonio comenzó a estudiar en la Institución Libre de Enseñanza con Giner de los Ríos como profesor. Su vida en Madrid les llevó a pasar apuros económicos pero también convirtió a Antonio y a su hermano Manuel en asiduos de los círculos intelectuales. Antonio era un apasionado del teatro y llegó a entrar en la compañía de María Guerrero. Su gusto por la escena lo acompañó toda la vida, dedicándose, junto a Manuel, a escribir obras teatrales en las décadas de 1920 y 1930.

Antonio Machado por Joaquín Sorolla. Hispanic Society of America (Nueva York).
Imagen: Wikipedia. Dominio Público.
En 1899 los dos hermanos se trasladaron a París, donde Antonio perfeccionó su francés, trabajó como traductor y tomó contacto con los ambientes literarios. Su dominio de este idioma le llevó a conseguir una cátedra en Soria donde en 1907 conoció a Leonor Izquierdo. A pesar de la diferencia de edad, la pareja se enamoró y contrajo matrimonio.

Obras de Antonio Machado. Expuestas en la casa-museo de Segovia.
Imagen: archivo propio.

A finales de 1910 Antonio viajó becado a Francia llevando consigo a su esposa. Pero en julio del año siguiente Leonor enfermó y la pareja regresó a Soria. Antonio estaba escribiendo Campos de Castilla obra que su joven esposa pudo ver publicada. Llevaban solo tres años de matrimonio cuando la tuberculosis se llevó a Leonor. El poeta, deprimido e incapaz de permanecer en la ciudad donde conoció al amor de su vida, solicitó su traslado. Consiguió plaza como profesor en un instituto de Bachillerato de Baeza. 

Aula donde impartió clases Machado en Baeza.
Imagen: archivo propio.

En 1919 se mudó a una modesta pensión de Segovia y participó en la fundación de la Universidad Popular. En 1927 fue designado para ocupar la silla V de la Real Academia Española. Nunca llegó a terminar su discurso de ingreso. Sí lo hizo su hermano Manuel con la silla N.

Habitación de Machado en la pensión de Segovia.
Imagen: archivo propio.
Cartas a Guiomar.
Casa-museo de Machado en Segovia.
Imagen: archivo propio.

Durante nueve años Machado dedicó poemas de amor a Guiomar, su misteriosa musa. Fue ella misma la que confesó su identidad en sus memorias publicadas a título póstumo en 1981. Bajo el nombre de Guiomar se encontraba la poetisa y dramaturga Pilar de Valderrama. Cuando conoció a Machado en 1928 estaba casada y era madre por lo que su relación fue secreta y platónica.

En 1932 le otorgaron una cátedra de francés en Madrid, ciudad donde residían su madre, su hermano José y familia. Antonio se trasladó a vivir con ellos. Pero en 1936 tuvieron que emprender un viaje cuyo destino era el exilio. Antonio Machado murió de neumonía a los pocos días de su llegada a Francia, era 22 de febrero de 1939. Su madre le sobrevivió tres días. Los enterraron en el cementero de Colliure, donde aún permanecen. José descubrió en el gabán de su hermano un papel con los últimos versos que escribió:

Estos días azules y este sol de la infancia.

La prensa francesa lamentó el fallecimiento de Antonio Machado y lo elogió como uno de los grandes poetas españoles.

Caminante, son tus huellas

El camino, y nada más;

Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino,

y al volver la vista atrás,

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante, no hay camino,

sino estelas en la mar.

Proverbios y Cantares (1912).

"Cantares". Canción de Joan Manuel Serrat homenaje a Machado que incluye sus versos.
En Youtube. Música y letras.

sábado, 28 de junio de 2025

Blancanieves.

The Walt Disney Company se ha embarcado en proyectos muy arriesgados a lo largo de sus más de cien años de historia. Algunos han llevado a la compañía al borde de la bancarrota y otros han sido un clamoroso éxito. El propio Disney fue el primero en empeñar su patrimonio personal cuando creía en un proyecto, aunque tuviera que enfrentarse a toda la profesión para defenderlo. Eso ocurrió con “la locura de Disney” como llamaba Hollywood a su idea de hacer un largometraje de dibujos animados. Todos estaban convencidos de que sería un fracaso total y que ahí acabaría su carrera. Pero esa “locura” resultó ser Blancanieves y los 7 enanitos (1937) el mayor éxito de público y crítica de la empresa durante décadas. 

Filmaffinity y The Walt Disney Company
Blancanieves (1937)
Imagen: Filmaffinity y
The Walt Disney Company.

¿Qué hubiese pasado si Hollywood hubiera estado en lo cierto y Blancanieves hubiese fracasado? ¿Se habría rendido Walt Disney? ¿No tendríamos esas joyas como Cenicienta, La Bella Durmiente, La Bella y la Bestia o Mary Poppins? Nunca lo sabremos porque, afortunadamente, Blancanieves impresionó a todos. En el año 1937 los cines se llenaron para ver un cuento de hadas en dibujos animados, color, sonoro, musical y con innovaciones técnicas. Marcó un hito, escribió su nombre con letras de oro en la Historia del Cine y Walt recibió un Oscar y 7 miniaturas como reconocimiento.  

El cuento de Blancanieves nunca estuvo entre mis preferidos. Tampoco me gustan esas películas en acción real que la Compañía Disney está haciendo en los últimos tiempos. La única versión que me agradó fue La Bella y la Bestia (2017) y eso que la animada y el musical habían puesto el listón muy alto. 

The Walt Disney Company.
La Bella y la Bestia en imagen real (2017).
Imagen: The Walt Disney Company.

He visto pocas de acción real y no pensaba ver Blancanieves. Pero, a veces, cuando todo el mundo se empeña en algo, consiguen el efecto contrario. Las reseñas negativas llamaron mi atención. Aún no estaba en cines y las malas críticas fueron tan abrumadoras que Disney retrasó su estreno, incluso, rehizo la película

Todos decían que no se debía haber actualizado la historia clásica. No tuvieron en cuenta que ya hay muchos ejemplos de princesas Disney a las que no les da un flechazo ni necesitan ser rescatadas por un príncipe (desde La Bella y la Bestia hasta Frozen, 2013).

The Walt Disney Company.
Frozen (2013).
Imagen: The Walt Disney Company.

Muchos de los que habían alabado la elección de Halle Bailey para La Sirenita (2023) y llamaron racistas a los que argumentaban que Ariel debía ser de piel blanca y cabello pelirrojo, ahora les parece un error que Rachel Zegler (de ascendencia latina) encarne a Blancanieves. Durante el rodaje Rachel concedió entrevistas en las que habló de feminismo y política. ¿Puede ser que eso les molestara más que el hecho de que ya no fuera “blanca como la nieve” sino “nacida en una noche de tormenta de nieve”? 

Las declaraciones de Peter Dinklage sobre lo estereotipados que estaban los miembros de la comunidad con enanismo, empujó a Disney a transformarlos en seres mágicos del bosque y que no fueran encarnados por intérpretes de carne y hueso. Y esto disgustó a los actores y horrorizó al público. 

Sí, el fracaso ha sido estrepitoso y ha supuesto grandes pérdidas para la compañía. Incluso ha paralizado proyectos de live action que estaban en marcha.

Tres versiones de Blancanieves
que se estrenaron en 2012.

En mi modesta opinión la película tiene sus aciertos: Blancanieves no es una niña tonta, dejó de serlo ya en versiones anteriores que nada tenían que ver con Disney como Mirror, Mirror (Tarsem Singh, 2012), Blancanieves y la Leyenda del Cazador (Rupert Sandrers, 2012), Blancanieves (Pablo Berger, 2012) o Blancanieves: un cuento de terror (Michael Cohn, 1997). No hay príncipe encantador, en su lugar tenemos a Jonathan, una especie de Robin Hood que me recuerda a Flynn Rider de Enredados. El film tiene muy buena fotografía y una estupenda banda sonora compuesta por los creadores de El gran Showman y La, la, land.

Aunque, ni de lejos, se acerca a los clásicos Disney, tampoco podemos calificarla como un horror. Creo que en las críticas negativas han pesado más asuntos externos a la propia película. Muchos reprochan a la factoría Disney de haberse vuelto “progre” y de ser “políticamente correcto”.

Imdb y The Disney Company.
Blancanieves (2025)
Imagen:Imdb y The Disney Company

martes, 27 de mayo de 2025

Un mito artificial, una historia real.

Los mitos surgen de la tradición oral que se transmite de generación en generación y que quizá alguien, en algún momento, pone por escrito. Pero ni siquiera esto asegura que el relato no vaya a sufrir alteraciones y, mucho menos, que vaya a perdurar milenios y a popularizarse en otras culturas.

Pero, ¿podríamos crear un mito artificial? Es decir, ¿seríamos capaces de inventar un relato nuevo con una finalidad específica, alzarlo a la categoría de mito universal y esperar a que se mantenga inalterable con el paso de los siglos? Resulta que en 1984 alguien lo intentó con una intencionalidad muy loable: salvar a la humanidad futura. 

Icono de peligro radiactivo.
Imagen: IA Gemini

Esta es una historia real que ya nos había contado Umberto Eco y que Javier Sierra nos relata en el último capítulo de su libro El mensaje de Pandora. Desde internet puede accederse al informe completo de este héroe particular que armado con la filosofía, la lingüística y la semiótica se embarcó en una misión muy especial. Era Thomas A. Sebeok y pertenecía al Centro de Investigación del Lenguaje y Estudios Semióticos de la Universidad de Indiana. 

Nunca fue un secreto que desde que se comenzó a trabajar con la energía nuclear se generaron toneladas de residuos radiactivos que había que mantener lejos de las personas. Pero la sorpresa llegó cuando la Oficina para el Tratamiento de Residuos Nucleares de Ohio le planteó el problema al doctor Sebeok. Había que encontrar el modo de señalizar el peligro mortal que suponían aquellos miles de barriles sellados para que, hasta en el futuro más lejano, pudieran entenderlo. Todos eran conscientes de que la radiactividad de aquella basura duraría 10000 años y querían advertir a los habitantes de aquel tiempo.

Sebeok se puso a trabajar en ello. Era un problema que parecía no tener solución porque él sabía que dentro de 10000 años la sociedad que había generado aquellos residuos, su idioma y sus símbolos ya no existirían. Cualquier advertencia escrita, dibujada o señalizada carecería de sentido para las personas del futuro. En este caso ni la tecnología era una solución, porque quedaría obsoleta y no se reproduciría la imagen o el mensaje.

Mirando atrás en el tiempo, nosotros mismos, sin ser especialistas en semiótica, entendemos las dimensiones del problema. ¿Hay algún aviso de diez mil años de antigüedad que haya llegado hasta las sociedades actuales de forma inalterable e inequívocamente comprensible?

Pensemos en los relatos más populares y antiguos que tenemos. Los que vamos a mencionar tienen una datación discutida y utilizaremos una orientativa que defienden muchos estudiosos.

En el imaginario colectivo está el cuento de Cenicienta. De él nos hablaba ya Taun Cheng-Shing en el siglo IX, indicando que era una historia que se contaba mucho tiempo atrás. Pero en 1893 Marian Emily Roalfe Cox publicó el libro Cenicienta, 345 variantes. Lo conocemos, pero no sabemos cuándo y cuál fue su versión original. 

Necesitamos otro ejemplo más remoto: El Antiguo Testamento. Muy extendido por formar parte de los libros sagrados de varias religiones muy importantes. Las pruebas documentales lo datan alrededor del año 600 a. C. aunque hay quienes afirman que cuentan hechos acaecidos en el siglo IX a. C. 

También tenemos La Ilíada y la Odisea relatos orales que se remontan al siglo XIII a. C. , y que dejó por escrito en el siglo VIII a.C. Homero (aún no sabemos si fue un poeta o varios). 

¿Y los jeroglíficos egipcios? Algunos tienen más de 3000 años pero, aunque hubo quien los tradujo en la antigüedad, ese conocimiento se perdió y se transformaron en textos ininteligibles durante siglos. Hubo que esperar al descubrimiento de la piedra de Rosetta para que Champollion los descifrara en el siglo XIX.

Busquemos entonces el relato más antiguo del que tengamos constancia: la Epopeya de Gilgamesh. Es un texto sumerio y está incompleto. Se conservan tablillas fragmentadas en escritura cuneiforme que, hasta hace poco solo despertaban el interés de los especialistas. Hay que esperar a finales del siglo XIX para encontrar una traducción fiable en inglés. No es tan conocido para el gran público como el Antiguo Testamento (aunque también habla del diluvio) o la Odisea, pero es mucho más antiguo que estos textos. Cuenta la historia de un rey histórico que vivió en Uruk en el 2750 a.C. Pero estábamos buscando algo muy famoso, que todo el mundo supiera interpretar y que pudiera datarse en diez mil años. No, parece que no hay nada así.

Una de las tablillas de la Epopeya de Gilgamesh en el Museo Británico.
Imagen: Wikipedia. Autor: Mike Peel. Permiso: CC-BY-SA-4.0.

Sebeok ideó una solución: había que recurrir al mito y alimentar la superstición. Tendrían que inventar una leyenda tan interesante como para que siguiera relatándose dentro de diez mil años, pero tan aterradora como para que nadie quisiera acercarse al lugar del que hablaban. Era exactamente eso, transmitir a cualquier sociedad que el cementerio nuclear sufría una maldición.

Y esto suponía otro problema: ¿cómo garantizar que fuera atemporal y que el mensaje continuara intacto a lo largo de tantos milenios? Junto al mito habría que crear una especie de casta sacerdotal atómica que mantuviera el relato, la maldición, el tabú, dentro del folclore o de la cultura mundial y la fuera adaptando al paso del tiempo. Tenía que ser un grupo multidisciplinar que incluyera a físicos nucleares, psicólogos, lingüistas y antropólogos. Debían mantenerse lejos de las corrientes políticas y económicas, pero al tanto de los cambios en la sociedad para trasmitir el mito y, llegado el caso, ser capaces de perpetuar el mensaje de peligro aunque ya ni ellos mismos lo comprendieran con exactitud. Pero tampoco ningún grupo “sacerdotal” había durado tanto tiempo.

El Human Interference Task Force (HITF) se encargó de estudiar la propuesta de Sebeok y la rechazó. Los cementerios nucleares siguen siendo un grave problema a día de hoy.

Imagen: IA Gemini.

miércoles, 30 de abril de 2025

Nuestro apagón: contrastes en España.

El 28 de abril de 2025 parecía un jornada normal. Pero ese lunes se iba a convertir en un día histórico para España, el día en que mucha gente descubriría lo dependiente de la electricidad que es esta sociedad tecnológica. 

El 28 de abril de 2025 pasará a la historia de España como el día del apagón.
Imagen: IA Gemini.

A las 12:33 de la mañana se fue la luz. ¿Qué comunidad de vecinos no ha sufrido alguna vez una momentánea interrupción eléctrica que se ha solucionado en un rato? Los españoles no nos preocupamos porque no estamos acostumbrados a los apagones. Aún funcionaban los móviles y por ellos nos dimos cuenta de que aquel corte de luz no era local. Pero la cobertura no duró mucho más tiempo.

Solo los pocos que teníamos radio a pilas pudimos escuchar un especial informativo con una desconcertante noticia: el suministro eléctrico estaba completamente interrumpido en la España peninsular, Portugal, Andorra y el sur de Francia. Mientras el comité de emergencias se reunía, los periodistas especulaban sobre si aquello era un fallo técnico o un ciberataque. Fue el día del transistor, incluso para quienes estaban en la calle que se arremolinaban junto a la radio a todo volumen de un coche aparcado.

La mayoría de la gente no ha oído hablar del Evento Carrington, no sabe de tormentas solares. Así que casi nadie pensó en ello y ni siquiera los aficionados a las series se acordaron de Apagón.

Algunos, sabiendo que la falta de electricidad conlleva el corte del suministro de agua, llenaron cubos, botellas y cacerolas. A los pocos minutos, en la mayoría de los edificios altos, los grifos se convirtieron en un objeto inútil. 

Uno puede enterarse de lo que ocurre en Madrid antes de lo que acontece en su propia localidad y la radio nos contaba como en la capital el primer momento fue de desconcierto. Todos se quedaron mirando el semáforo apagado, o su propio móvil sin señal. Pero después muchos se fueron a las terrazas de los bares a tomarse una cerveza o a los parques porque era mediodía y brillaba un sol espléndido. Contaban en la radio y, más tarde en televisión, lo bonito que fue ver a la gente echarse a la calle a compartir el día. Ignoro si en más ciudades se lo tomaron como un día festivo. 

La radio a pilas fue muy útil para estar informado durante el apagón.
Imagen: IA Gemini.

Pero la sociedad está llena de contrastes y no para todo el mundo fue una mañana alegre. En algunos edificios se escucharon los gritos de personas atrapadas en ascensores que fueron rescatadas por sus vecinos. Las ambulancias, la policía, los bomberos sorteaban el tráfico con sus sirenas… Y el teléfono de emergencias se saturó de llamadas. Los que pasaron un día extremadamente angustioso fueron las personas de las que menos se habla: los electrodependientes. Son aquellos enfermos cuya vida depende de una máquina alimentada por la electricidad.

Los hospitales resistieron el envite con sus grupos electrógenos, pero en muchos tuvieron que suspender las consultas y las operaciones programadas. La actividad tenía que reducirse a lo esencial para que los generadores resistieran el máximo tiempo posible: solo se atendían las urgencias. 

Los metros se detuvieron en seco y los empleados tuvieron que guiar a los pasajeros por los túneles, hasta entonces prohibidos, con la linterna del móvil para conseguir salir a la superficie. 

Personas caminando por los andenes del metro alumbrados
por luces de emergencia y la linterna del móvil.
Imagen: IA Gemini

Algunos corrieron a los supermercados para hacer acopio de comida y, sobre todo, de agua embotellada. La situación era diferente, pero muchos recordaron los primeros días de la pandemia.

En ese momento había en funcionamiento cientos de trenes en España que quedaron inmediatamente detenidos en mitad del campo...

Los pasajeros que se encontraban en los aeropuertos se vieron atrapados allí. Había 6000 vuelos programados para aquel día, 344 fueron cancelados, el resto retrasados.

Muchos conductores se apresuraron a llegar a las gasolineras, la mayoría habían cerrado y las que estaban en funcionamiento se quedaron pronto sin combustible. 

Los trabajadores decidieron volver a pie a sus domicilios. Sin las redes de metro funcionando, con pocos taxis, atascos kilométricos y autobuses atestados, no quedaba más remedio que comenzar a caminar, aunque te separaran 10 kilómetros de distancia.

A lo largo del día las Comunidades Autónomas de Madrid, Andalucía, Extremadura, Murcia, La Rioja, Galicia, Castilla la Mancha y Valencia pidieron elevar la emergencia a nivel 3 lo que implicaba que el gobierno central tenía que tomar el mando.

Tren detenido en mitad del campo.
Imagen: IA Gemini
Euskadi fue la primera Comunidad Autónoma en recuperar la luz en algunos lugares y después fue extendiéndose el suministro por todo el norte del país gracias a la interconexión con Francia.

El sur de España fue el siguiente territorio en recuperar la electricidad en algunas de sus localidades con la energía que enviaban desde Marruecos. El centro del país sería el que más tardaría en recibirlaSe dio la circunstancia que en una misma avenida hubo gente que recuperó el suministro eléctrico a las 15:30 horas y otros a las 3 de la madrugada.

Se fueron sucediendo las declaraciones de autoridades en Portugal y España. A las 14:30 horas la vicepresidenta de la Comisión Europea decía que no parecía que fuera un ciberataque. Miembros del gobierno portugués salieron ante los medios, pero las informaciones fueron confusas. El presidente español compareció a media tarde y por la noche. No descartaba ninguna hipótesis. Pedía evitar desplazamientos, llamar a emergencias solo si era realmente necesario, utilizar el móvil lo menos posible y no creerse los bulos. 

Los hombres y mujeres del tiempo nos dijeron que no había habido ninguna tormenta solar. Los expertos indicaron a media tarde que tardarían en recuperar el 100% del sistema eléctrico entre 6 y 10 horas desde ese momento. Incluso pusieron el mapa de España con la hora en la que anochecía en las ciudades más importantes.

Muchos trabajadores esenciales doblaron turnos. En los hospitales nadie se movió de su puesto porque no estaban seguros de que pudieran llegar los sanitarios del siguiente turno. Miles de agentes de policía y guardia civil se desplegaron por las calles para ayudar por el día y vigilar por la noche. La UME rescataba a la gente de los trenes que habían quedado parados en mitad de la nada. En total fueron 31.000 personas socorridas en la red ferroviaria. Locomotoras de diésel remolcaron trenes y los llevaron a Madrid por considerarlo más seguro y aquello supuso un colapso de las estaciones de Atocha y Chamartín. La de Sants de Barcelona se encontraba en la misma situación. Dieciséis estaciones de tren permanecieron abiertas toda la noche para que los pasajeros pudieran pernoctar allí. No había habitaciones disponibles en los hoteles. Se habilitó el Movistar Arena para acoger a los viajeros atrapados en Madrid. En otras ciudades prepararon polideportivos y repartieron agua, comida y mantas.

Por la noche todas las cadenas de televisión emitieron especiales informativos sobre el apagón donde se barajaban diferentes hipótesis (algunas fundamentadas y otras descabelladas). Muchos coincidieron en que había quedado de manifiesto nuestra vulnerabilidad, se preocuparon de la imagen que estaba dando España y recordaban cómo ellos mismos se habían reído un mes antes del kit de supervivencia de 72 horas que había recomendado la Unión Europea. 

A las 23:00 horas se había recuperado el 50% de la energía eléctrica gracias a las interconexiones con Francia y Marruecos, a las centrales hidroeléctricas y a los ciclos combinados de gas. Pero estaba repartida de forma muy desigual porque había Comunidades que ya disponían del 90% mientras otras solo tenían el 15%.

Todos sabíamos que estábamos en una situación excepcional que jamás habíamos vivido. Y entonces descubrimos que a las 12:33 horas nos habíamos quedado en cero absoluto. En solo 5 segundos habían desaparecido 15GW, lo que suponía el 60% de la demanda. Recuperar los sistemas desde el cero era muy complejo y largo. Ahora sabíamos el cómo pero no el por qué del apagón histórico. 

Vista de Europa. España y Portugal solo tienen puntos de luz dispersos.
Imagen: IA Copilot.

Aquella fue una larga y oscura noche en muchas localidades de España y Portugal. Gracias a los agentes de seguridad y al civismo de lo ciudanía no se presentaron incidentes destacables durante las horas de oscuridad. 

A las 6 de la mañana se había recuperado el 99% del suministro eléctrico español, el portugués se restableció al 100% a las 7. Pero los aeropuertos y las estaciones de tren siguieron siendo un caos durante el 29 de abril. No todos los sistemas informáticos funcionaban y las redes móviles e internet continuaban con fluctuaciones en parte de la península. La crisis de electricidad seguía abierta tras dos reuniones del comité de emergencia el día del apagón y una junta de madrugada con Red Eléctrica Española. Aún quedaba la reunión de Seguridad Nacional con el rey, dos consejos de crisis para el día 29 de abril y varias investigaciones desde el gobierno, Red Eléctrica, la Comisión Europea y la Audiencia Nacional para averiguar qué pasó en aquellos fatídicos 5 segundos.