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lunes, 29 de octubre de 2018

La situación inversa y Picasso.



Una reciente visita al Museo Picasso de Málaga y el encuentro con la magnífica exposición temporal El sur de Picasso. Referencias andaluzas (8.10.2018-3.02.2019), me ha llevado a reflexionar de nuevo sobre algo de lo que hablábamos aquí hace pocas semanas: el chasco que nos llevamos cuando desconocemos que una pintura está restaurándose o prestada para una exposición y al visitar el museo donde creemos que la encontraremos nos topamos con una fotocopia de mala calidad en su lugar.

Pero, a veces, nos hallamos en la situación inversa. Menos frecuentemente de lo que nos gustaría, pero alguna vez sucede. Y si me encontré medio Museo de Arte Antiguo de Bruselas prestado y repleto de esas detestables fotocopias en el verano de 2018, el otro día tuve la suerte de que ocurriera lo contrario en el Museo Picasso de Málaga.

https://es.wikipedia.org/wiki/Museo_Picasso_M%C3%A1laga
Museo Picasso de Málaga.

En la exposición temporal que mencionaba arriba, y que recomiendo a todo el que visite la ciudad, nos presentan al Picasso más mediterráneo, más andaluz, con sus tauromaquias, sus guitarras y su conocimiento del arte, del que bebió y que revolucionó convirtiéndose en un referente mundial para los artistas posteriores.  Y es que Picasso sabía mucho de arte y concebía el arte siempre en presente. Para él si una obra de arte no estaba vigente en el presente, no podía llamarse arte y así siguen, en el presente, las piezas arqueológicas íberas, griegas, romanas y los grandes pintores barrocos.

Pocos saben que Muñoz Degrain, afamado pintor y gran amigo del también artista José Ruíz Blasco (padre de Picasso), le había recomendado que Pablito se dedicara a otra cosa porque nunca sería pintor, aunque poco después rectificaría su opinión para animar a José a matricular a su hijo en la Escuela de Bellas Artes de Málaga.

Entrada del Museo Picasso Málaga.

Picasso comenzó con obras figurativas e inspirándose en el arte sacro. Pero lo que más le fascinaba era lo primitivo, lo íbero, lo greco-romano. No es casualidad que Picasso fuera sospechoso del robo de la Gioconda, porque parece probado, que fue cómplice del hurto de varias estatuillas íberas que se exponían en el Louvre, de donde fueron sustraídas por el secretario de su amigo Apollinaire, vendidas al pintor (que conocía su procedencia) y encontradas en su taller por la policía. Pero del robo de la que se convertiría en la pintura más famosa del mundo era totalmente inocente.

Cerámica griega en el Museo
Arqueológico Nacional (Madrid).
Al visitar la exposición El sur de Picasso nos encontramos su inscripción en el registro de copistas del Museo del Prado, poemarios de su puño y letra, estatuillas íberas, cerámicas griegas, cabezas y bustos greco-romanos, imaginería de Pedro de Mena, pinturas de Velázquez, Murillo, Zurbarán, El Greco y numerosos grabados de Goya. El arte en el que Picasso se inspiraba y que transformaba a golpe de pincel o de cincel. Y, allí, ante nuestros ojos, contemplamos los dibujos y variantes que nuestro prolífico artista hizo de la antigüedad clásica junto a los bustos prestados por diferentes museos arqueológicos españoles y la versión que realizó de la Infanta Margarita María (de las Meninas de Velázquez) procedente del Museu Picasso de Barcelona. Juntos, aquellos artistas a los que admiraba y él, en las mismas salas,  como parte de un todo que es el arte universal.

http://blog.barcelonaguidebureau.com/a-day-with-picasso-in-barcelona-gothic-quarter-my-bgb-walking-tour-experience/
Infanta Margarita María. Picasso.

Nunca faltó gente que se atrevía a decirle a Picasso que pintaba como un niño, pero él siempre supo cómo responderles: “Me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño”.

Admirando todas aquellas obras arqueológicas y todas aquellas esculturas y pinturas de nuestros admirados artistas junto a las suyas, leyendo las cartelas donde se indicaba su procedencia, no pude evitar imaginarme a los visitantes del Musée national Picasso-Paris, del Museu Picasso Barcelona, del Museo Reina Sofía, del Museo de El Greco, de los museos arqueológicos Nacional de Madrid, de Tarragona, de Córdoba, de Sevilla y de otras ciudades, topándose con una fotocopia junto a la cartela de la obra que buscaban y desilusionándose quizá sin saber que están todas reunidas en una magnífica exposición en la tierra natal de Picasso…


https://es.wikipedia.org/wiki/Museo_Picasso_M%C3%A1laga
Patio del  Palacio de Buenavista donde
está ubicado el Museo Picasso de Málaga.

martes, 16 de octubre de 2018

Cuando no encuentras tu obra de arte favorita donde debería estar (arquitectura).



Todos comprendemos la necesidad de restaurar los cuadros, esculturas y edificios cuando sea necesario pero, como contábamos aquí al referirnos a las pinturas de los museos, cuando somos nosotros los que sufrimos la ausencia de nuestra obra favorita, nos queda ese regustillo amargo de que nos ha tocado la china.

La china le tocó a una amiga mía y a todas las personas que acudieron a visitar la famosa Fontana di Trevi (Roma) en el año 2014, cuando, con las monedas ya preparadas en el bolsillo para pedir sus deseos, se toparon con la desaparición de la fuente. ¿Puede desaparecer toda una fuente de gran tamaño adosada a la pared? Pues sí, por el estado de erosión y desperfectos que presentaba fue retirada completamente de su plaza para ser reparada durante 516 días. Pero durante todo ese tiempo la gente siguió lanzando monedas a la nada porque no se resistía a marcharse del lugar sin pedir sus deseos… aunque seguramente fuera (aún) menos probable que se cumplieran...

La Fontana di Trevi tras su restauración.

Creo que a todos nos ha ocurrido que al ir a visitar la plaza principal de la ciudad nos hemos topado con un evento inesperado (para nosotros) que convierte el lugar más representativo en un conglomerado de toldos, llegadas de maratones, o publicidades que  impiden apreciar la arquitectura y los edificios, estropeando la imagen idílica que nos habíamos forjado en la imaginación a fuerza de ver postales (cosa que nos ocurrió en la plaza Markt de Brujas en junio de 2018). Pero esto resulta lógico, ya que la ciudad está viva, y se utilizan los lugares públicos para los acontecimientos principales… 

Plaza Markt de Brujas como meta de
un evento deportivo.
Árbol de navidad en la cúpula
de la Galería Lafayette en París.
También depende del evento del que se trate, porque siempre es más bonito y agradable encontrarse un mercadillo medieval, una feria gastronómica o un árbol de navidad. Aunque no todos pensemos lo mismo, ya que a mí, personalmente, no me hizo especial ilusión encontrarme la esplendida cúpula de la galería Lafayette parcialmente oculta tras un árbol de navidad a medio decorar en octubre.

Hay cosas inevitables, como los varios perímetros que rodean la Torre Eiffel tras los acontecimientos ocurridos en París en 2015, pero nada quedaba ya de la parte aledaña a la torre del Campo de Marte cuando fuimos a visitarlo (octubre de 2017). El lugar que había sido hasta poco antes un jardín de césped mullido donde los visitantes habían comido a los pies de madeimoselle Eiffel estaba completamente vallado y de su verde hierba no quedaba ni el más ligero atisbo. Eso sí, podemos seguir viéndolo en postales e imágenes de archivo.
La Torre Eiffel con varios perímetros de seguridad y vallas
 que también ocultan parte del Campo de Marte.

Yo creo que a estos hechos se les da la menor publicidad posible para no espantar a los turistas. Quizá aparezca una vez en prensa o en televisión, pero la mayoría de los turistas no nos enteramos hasta que nos encontramos con la desagradable sorpresa… o ya están terminados los trabajos. La gente de la calle suele descubrir que un monumento estaba en rehabilitación cuando ha finalizado y ya aparece en todos los medios la noticia, especialmente en prensa, con las fotos del “antes y el después”. La única restauración que conocí de antemano fue la del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela… y como para no enterarse porque tardaron 10 años en recuperar esas esculturas a las que todos los días se les desprendían restos de pinturas y fragmentos que caían al suelo. Eso sí salía en los telediarios día sí, día no. Quizá porque al ser la “meta” del Camino de Santiago hubiese sido casi un pecado callarse y dejar que los peregrinos, que habían llegado caminando cientos de kilómetros desde lejanos lugares por una de las numeras rutas que llenan Europa de conchas doradas, se encontraran, sin sospecharlo, su ansiado Pórtico de la Gloria cubierto por los andamios.

La sorpresa más desagradable que me he encontrado en este sentido ha sido este año 2018 (la misma que se encontraran millones de turistas en los siguientes, porque se calcula que no estará finalizada la restauración hasta 2021). Teníamos ya comprado el viaje a Londres cuando descubrimos por el blog de un viajero que el Big Ben, el símbolo de todo el país, estaba completamente oculto por un andamio horrible (que además iluminan de blanco cegador por la noche) de manera que lo único que puede verse, y solo por un lateral, es la esfera del reloj.  La decepción fue enorme.

Estado en el que se encuentraba el Big Ben y el palacio de Westminster en septiembre de 2018.

Seguimos de acuerdo en que los monumentos tienen que ser restaurados… pero ¿es necesario hacerlo de esta forma?

Escaleras del puente de Rialto (Venecia)
No es la primera vez que nos encontramos un monumento emblemático en reparación. Ya nos había ocurrido en Venecia (junio de 2016) cuando nos topamos con que un toldo gigante tapaba toda la parte frontal del puente de Rialto. Pero, en esta ocasión, aquel plástico llevaba impresa una fotografía a tamaño real del puente, y la restauración no impedía que pudieras subir sus escaleras, caminar por él y ver la otra cara, que sí habían dejado perfectamente visible para que los millones de turistas que acuden a la ciudad de los canales no se marcharan sin ver el famoso puente de Rialto y cruzarlo.


Aunque el puente de Rialto (Venecia) estaba en restauración en junio de 2016, los trabajos se
realizan en varias fases de manera que una de las caras o laterales siempre queda visible al público.

Se encontraba también en restauración la basílica de San Marcos en la misma ciudad, pero solo un lateral de la parte superior, porque el resto estaba al descubierto, para evitar que los visitantes se quedaran con la decepción de encontrarse un andamio en lugar del templo.

Podríamos todos tomar ejemplo de la forma en que rehabilitan sus monumentos en Venecia y, si no es posible hacerlo de esta forma, podrían informarnos más y mejor de qué lugares se encuentran en restauración y durante cuánto tiempo.

Después de la desagradable sorpresa de Londres, tomo nota de que antes de reservar un viaje debo comprobar que su monumento emblemático no se encuentre convertido en un andamio gigante.

Basílica de San Marcos en Venecia. Aquí también restauran
por fases y solo cubren una pequeña parte de la fachada.