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sábado, 17 de agosto de 2019

La vuelta al mundo de Magallanes-Elcano. V centenario.


Hace 500 años Fernando de Magallanes partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en un viaje épico que marcaría un hito en la historia de la humanidad y cambiaría la concepción del mundo para siempre.

El pasado 10 de agosto celebramos el V centenario de la primera vuelta al mundo. Esta epopeya la comenzó Magallanes con cinco naves en 1519 y la finalizó Elcano con una sola nao en 1522. Navegaron por mares ignotos, se enfrentaron a lo desconocido, se amotinaron, pasaron hambre y desafiaron los numerosos peligros circunnavegando el globo.

Magallanes era un experto navegante que ya había estado en las islas Molucas (Indonesia). Convencido de que podría encontrar otra ruta expuso su idea al rey de Portugal, Manuel I, pero este rechazó su propuesta. Por segunda vez en menos de 40 años, un rey portugués desaprovechaba una oportunidad de oro, como hiciera Juan II cuando Cristóbal Colón le pidió financiación para su viaje rumbo a las Indias. Y por segunda vez, España, aceptó el proyecto que éstos habían rehusado.

Ni Carlos I, ni Magallanes estaban planeando una expedición científica, la verdadera idea no era la circunvalación del globo, sino encontrar una ruta marítima hasta las islas de las Especias, el bien más preciado de su tiempo, sin tocar los dominios portugueses que fijaban el Tratado de Tordesillas (1494). Cuando Manuel I supo que Carlos I financiaría el viaje, intentó impedirlo. No podía permitir que el imperio rival le arrebatara el monopolio del comercio de las especias que tantísimas riquezas le aportaba. Así que envió espías y fabricó mapas falsos donde se dibujaban las costas de Brasil unidas a Asia, sin ningún paso marítimo que permitiera cruzar América. Pero Magallanes sabía que Núñez de Balboa había estado allí y había avistado lo que llamó el Mar del Sur en 1513.

A pesar de los malos informes que había recibido sobre Magallanes, Carlos I decidió entregarle cinco naves, 239 hombres, agua y víveres para un viaje que debía durar dos años y concederle el título de Capitán General de la Armada, gobernador y Adelantado de todas las tierras que descubriera. Pero envió con él a varios capitanes castellanos, entre ellos, Juan de Cartagena al que otorgó plenos poderes para que controlara la situación. Juan Sebastián Elcano era solamente maestre de una de las naos. Por su parte, Magallanes, se hizo acompañar por su esclavo malayo, Enrique, que le haría de intérprete cuando llegaran a la especiería. Así pues, con el encargo de navegar siempre hacia el oeste hasta alcanzar las islas Molucas,  el 10 de agosto de 1519 Magallanes y su tripulación partieron de Sevilla con las cinco naos: San Antonio, Trinidad, Concepción, Victoria y Santiago hasta la desembocadura del Guadalquivir en Sanlúcar de Barrameda desde donde zarparon el 20 de septiembre de 1519.


https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/68/ReplicaNaoVictoriaMagallanes.jpg
Réplica de la nao Victoria.

La primera parada fue en las islas Canarias donde hicieron aguada y cargaron todo lo necesario. El desconcierto cundió entre los oficiales cuando Magallanes, en lugar de poner rumbo a América, comenzó a bordear las costas africanas. Su estrategia era seguir hacia el sur para lograr vientos favorables y luego cruzar el Atlántico.

Ya en América, Magallanes sufre un revés al no encontrar el paso hacia el Mar del Sur. El lugar donde había imaginado hallarlo era, en realidad, el estuario del Río de la Plata. No había salida al océano por lo que tuvo que seguir hacia el sur, ya por mares ignotos y tierras que jamás habían sido cartografiadas.

Pero lo malo no había hecho más que empezar, ya que, a finales de marzo de 1520, cuando ya se acercaba el invierno, Juan de Cartagena se reveló exigiendo regresar a España al dar por fracasada la expedición. Los capitanes castellanos y parte de la tripulación, hambrienta y atenazada por el frío, se amotinaron. Eran más de 40 hombres frente a Magallanes que atajó la situación de forma autoritaria: ejecutó a dos de los capitanes sublevados y dejó en tierra a Juan de Cartagena junto a un clérigo. Después sometió a juicio al resto de los insubordinados y los condenó a pena capital, pero no cumplió la sentencia porque los necesitaba para continuar la travesía. Juan Sebastián Elcano fue uno de los amotinados a los que perdonó. Poco después naufragó la nao Santiago y su tripulación se repartió entre las restantes naves. Prosiguieron el viaje llegando a la Patagonia. Magallanes sospechaba que debía existir un polo sur terrestre no lejos de allí, pero también, que ya debía estar cerca del paso hacia el Mar del Sur.

En octubre encontraron una red de canales y pasaron semanas inspeccionando aquel laberinto, avanzando y retrocediendo entre el dédalo de islas y cauces, intentado descubrir si eran el paso a mar abierto. Cansado de aquella situación, Esteban Gómez tomó el control de la nao San Antonio, desertó y recogió a Juan de Cartagena en el camino de regreso a España.

A pesar de este revés, Magallanes continuó su aventura hasta encontrar el deseado paso al Mar del Sur donde cruzar América hacia oriente. Era 1 de noviembre de 1520 y lo bautizaron como el canal de Todos los Santos.

Pero la mala suerte continuaría golpeando a la expedición, y,  aunque el Mar del Sur se les mostró tan tranquilo que decidieron cambiarle el nombre por océano Pacífico, tuvieron la desgracia de navegar por aquella inmensa zona ignota sin tocar tierra durante tres meses. El agua potable se les corrompió, ya no quedaba comida, se disputaron las ratas y terminaron por comerse el cuero y el serrín. El escorbuto mató a buena parte de los marineros. Cuando, al fin, tocaron tierra, lo hicieron en la isla de Guam (Islas Marianas) donde los indígenas les robaron lo poco que les quedaba y aquella zona quedaría en su memoria como las Islas de los Ladrones. 

Monumento a los descubrimientos
 en Lisboa con Magallanes
entre los descubridores.
Prosiguieron su viaje hasta descubrir las islas de San Lorenzo (las Filipinas) y, gracias al intérprete Enrique, consiguieron entablar buena relación con algunos pueblos indígenas. En las islas que iban visitando comerciaban con los nativos, los convencían para que se bautizaran, se acogieran bajo la protección de la corona de Castilla y pagaran tributos. Magallanes sabía que ya no estaba muy lejos de las Molucas y de la base portuguesa. Su intención era establecer un puerto seguro para los castellanos en aquella zona. Por esta razón pactó con reyes indígenas y se vio envuelto en una batalla contra los enemigos de éstos. Pero midió mal sus fuerzas. El 27 de abril de 1521 Magallanes desembarcó en Mactán junto a 50 hombres y se encontró con más de 1000 nativos. Los cañones no pudieron ser descargados, las municiones se les acabaron y la armadura no era suficiente para protegerle de las lanzas y flechas envenenadas que acabaron con su vida mientras cubría la retirada de sus compañeros. La mayoría de los oficiales murieron pocos días después al ser engañados por el rey de Cebú y asesinados en un banquete con la complicidad de Enrique, el intérprete.

Quedaban 115 hombres y la nao Concepción se encontraba ya en muy mal estado. Decidieron quemarla y proseguir el viaje con la Victoria y la Trinidad hacia las islas Molucas, donde consiguieron llegar el 6 de noviembre de 1521. Habían alcanzado su meta, pero habían perdido demasiado por cargar sus barcos de pimienta, clavo, canela y nuez moscada. Ahora regresar a España parecía un imposible.
La nao Trinidad presentó una vía de agua que le impedía continuar la expedición. Elcano acordó con Gonzalo Gómez de Espinosa, capitán de la nao que se quedara en Tidore con sus hombres para reparar el barco y luego regresase por la misma ruta cruzando hacia el Atlántico por aquel paso que tanto les había costado encontrar y que hoy conocemos como Estrecho de Magallanes.
La nao Victoria, ya bajo el mando de Juan Sebastián Elcano, con 47 marinos europeos y 17 indígenas puso rumbo a España en solitario. Solo pararon en Timor para abastecerse y después se adentraron en aguas portuguesas desobedeciendo los tratados internaciones. Tenían la intención de cruzar el océano Índico, dar la vuelta a África y llegar a Sanlúcar de Barrameda sin hacer ninguna escala. Pero la falta de vientos favorables los retuvo en alta mar durante demasiado tiempo. Los víveres se agotaron y el escorbuto mermó a la tripulación. No tenían más remedio que tocar puerto.

Elcano elaboró un arriesgado plan consistente en atracar en Cabo Verde, fingir no saber nada de la expedición de Magallanes, comprar víveres y continuar su camino hacia España. Pero los portugueses los descubrieron al verlos pagar con las especias de las Molucas y los atacaron haciendo 12 prisioneros. El resto de la tripulación consiguió huir en la nao Victoria.
Lo que ninguno de ellos podía sospechar es que, los hombres de la Trinidad, también habían acabado como prisioneros de los portugueses al pedirles ayuda para salvar sus vidas tras una terrible tormenta.
El sábado 6 de septiembre de 1522 la nao Victoria lograba llegar a Sanlúcar con 18 supervivientes casi convertidos en espectros. El 8 de septiembre desembarcaron en Sevilla.
Varias semanas después los 12 hombres que fueron hechos prisioneros por los portugueses al comprar víveres en Cabo Verde consiguieron regresar a Sevilla. Varios años más tarde volvieron cinco tripulantes de la Trinidad, entre ellos el capitán Espinosa, que habían caído en manos de los portugueses tras aquella terrible tormenta oceánica. Todos ellos habían completado la vuelta al mundo.
El objetivo de la misión era llegar hasta las islas de las Especias y volver con toneladas de ellas, pero habían conseguido una gesta mayor: navegando siempre hacia el oeste habían logrado dar la vuelta al mundo y demostrar la esfericidad de la Tierra. Además habían cruzado, sin saberlo,  la línea del cambio de fecha.

National Library of AustraliaTransferido desde en.wikipedia a Commons por Jalo usando CommonsHelper.(Texto original: «Electronic»), Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6239768
Primer mapa cientifico del mundo. Realizado por Diego Rivero en 1529
 basado en los descubrimientos de la expedición de Magallanes-Elcano.

Esteban Gómez que desertó con la tripulación de la nao San Antonio poco antes de encontrar el Estrecho de Magallanes, había llegado a Sevilla en mayo de 1521 sin dar la vuelta al mundo. Y, aunque fue juzgado y encarcelado, posteriormente se le restituyó y embarcó en uno de los viajes más importantes del siglo para triangular América.

Para cuando Elcano arribó a Sanlúcar, Magallanes era considerado por todos como un traidor debido a los malos informes que los amotinados llegados un año antes habían dado sobre él. Elcano se convirtió en el héroe de la expedición. Carlos I lo nombró caballero y le otorgó un escudo con el lema primus circumdedisti me.

Antonio de Pigafetta, cronista oficial y superviviente de la expedición, narró los pormenores del viaje, dibujó mapas y destacó la importancia de Magallanes, al que definió como “espejo, luz y guía verdadero” en su libro Relación del primer viaje alrededor del mundo (1524).

https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Sebasti%C3%A1n_Elcano#/media/Archivo:Azulejo_conmemora_primera_circunnavegacion_mundial.jpg
Azulejo conmemorativo de la expedición Magallanes-Elcano.
Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

A pesar de las pérdidas humanas y materiales que habían sufrido, aquella gesta también supuso ganancias. Las 25 toneladas de especias que traían sufragaban con creces los gastos. Pero, paradójicamente, la ruta de las especies que habían abierto no empezó a utilizarse hasta un tiempo después, porque, mientras los miembros de la expedición de Magallanes-Elcano se dejaban la vida en su epopeya, Hernán Cortés había alcanzado México y había regresado cargado de oro.

La proeza de estos hombres logró darle el control de los mares a España durante mucho tiempo, aunque los monarcas no se decidieran a construir esa base segura por la que Magallanes había dado la vida hasta 50 años después del regreso de la nao Victoria. Ahora los españoles eran los que mejor conocían las mareas, las corrientes y los vientos de los dos hemisferios, habían descubierto tierras y el inmenso océano Pacífico, habían creado una ruta comercial y habían aprendido que el diámetro del globo terrestre era mucho mayor de lo que se creía. Entonces empezaron a comprender que no solo había razones económicas y políticas para explorar el mundo. La Tierra estaba repleta de lugares nunca cartografiados, de personas con costumbres y tradiciones dignas de estudiar y de fauna y flora desconocida. Les tocaba ahora el turno a los científicos.

https://pixabay.com/es/la-tierra-mundo-550157/


4 comentarios:

miguel angel dijo...

Desde mi pequeña opinión, me parece un buen articulo, muy interesante la vuelta al mundo magallanes-elcano, coincidencia con el aniversario de año del primer hombre en la luna, como bien escribiste dicho articulo , desde luego gracias por tu esfuerzo de querer llegar la historia , de esos detalles que hacen interesante, de llevarnos a esos momentos que marcaron la historias

MJ dijo...

Muchas gracias, Miguel Ángel.
Esta historia es asombrosa, y supera cualquier novela o guión cinematografíco. Muchas de las cosas que he contado no las sabía y han sido fruto de la investigación en diferentes fuentes. Si te interesa el tema puedo darte bibliografía y por si te ha picado la curiosidad, la crónica de Pigafetta sigue editándose y está en las librerías, tanto en papel como en ebook.
He leído que muchos historiadores aseguran que este ha sido el viaje más penoso al que ha tenido que enfrentarse el hombre y, a juzgar por todo lo que les pasó y los pocos que regresaron, debe ser cierto.

Terra Incognita dijo...

La San Antonio desertó con Esteban Gomes, se perdieron tres naves, la Santiago en Argentina, la Concepción en Filipinas y la Trinidad en las Molucas.

MJ dijo...

Así fue, Terra Incognita.
Sorprendentemente Elcano fue uno de los amotinados, pero tuvo que quedarse con Magallanes... ¿Quién le hubiese dicho que acabaría siendo el que completara la misión?
Gracias por el comentario.

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