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martes, 4 de octubre de 2022

Templo de Debod: 50 años en Madrid.

Tenemos un trozo de Egipto en el corazón de España. Se trata del templo de Debod que, este mes de julio de 2022, celebró sus primeros 50 años de residencia en Madrid. 

¿Puede un monumento mudarse? Sí, hay muchos ejemplos que así lo demuestran. Pero en esta ocasión no se trata de un cuadro o una escultura robados sin sonrojo para exhibirlos en un museo de otro país, ni de un claustro románico comprado y trasladado muy lejos por un excéntrico millonario. Se trata de un templo muy especial, del mejor regalo que nos podían hacer tras acudir al llamamiento internacional para salvar un legado milenario.

Templo de Debod.
Foto: archivo personal.
La historia de este templo es muy antigua. Se construyó en Debod (Nubia) hace más de 2200 años y está dedicado al dios Amón. Formaba parte de la ruta sagrada de Isis que llegaba hasta  la isla de Elefantina, uno de los primeros caminos de peregrinación conocidos.

Durante los siguientes siglos sufrió diversas ampliaciones encargadas por varios monarcas ptolemaicos y emperadores romanos. Pero con el tiempo cayó en el olvido y acabó bajo las aguas del río Nilo de donde tuvo que ser rescatado.

A mediados del siglo XX decidieron construir la presa de Asuán que inundaría un territorio habitado desde hacía más de 5.000 años y que contaba con más de una veintena de templos egipcios. Para salvar ese patrimonio de incalculable valor se ideó la Campaña de Salvamento de los Monumentos de Nubia, a la que respondieron 52 países, entre ellos España.

El más importante de los templos trasladados fue el de Abu Simbel y el trabajo más delicado lo realizaron los canteros gallegos, los mejores de su gremio en aquellos años, que se encargaron de cortar en bloques las caras de los famosos colosos de Ramsés II.

Egipto recompensó su ayuda a cinco países regalándoles uno de los templos pequeños.

Templo de Debod en su ubicación original en Nubia.
Foto: Francis Frith fechada en 1862. Dominio público.
Wikipedia.

A España se donó en 1968 el templo de Debod, el mayor y más completo de cuantos se encuentran fueran de Egipto.  España se hizo cargo de los gastos. El edificio se dividió en 2300 piezas, se etiquetaron, se guardaron en 1900 cajas y se llevaron a la isla de Elefantina. De allí salieron en barco hacia Valencia y luego llegaron a Madrid… pero se perdieron 200 cajas. Fueron necesarios dos años para poder reconstruir y restaurar este templo de más de 2200 años de antigüedad. Se inauguró el 20 de julio de 1972.

Se eligió con cuidado el parque de Madrid donde debía ubicarse y se respetó la orientación tradicional: de este a oeste, siguiendo la ruta solar, el viaje de Ra. Se le dotó de un entorno privilegiado: seis hectáreas de jardines con palmeras y dos estanques como referencia al río Nilo.

El templo tiene una longitud de 70 metros y ocupa  270m2 de planta. Las paredes están decoradas con unos excepcionales relieves que muestran la secuencia de ritos sagrados que se hacía en honor a los dioses cada día.

Detalle de los relieves interiores del templo de Debod.
Foto: archivo personal.

Para los más de 200.000 visitantes que recibe al año es natural pasearse por sus salas y observar sus relieves. Pero es algo excepcional que estaba vetado a los antiguos egipcios. Los templos no eran recintos de oración para los fieles, eran lugares sagrados en los que solo los sacerdotes podían entrar.

Este 2022 celebramos varios aniversarios relacionados con Egipto. Puedes leer el artículo dedicado a Champollion y el descifrado de los jeroglíficos egipcios aquí.


9 comentarios:

Frases Bonitas dijo...

Muy interesante entrada. Saludos

Anónimo dijo...

No sabía cómo había participado España en la salvación de los monumentos (aparte de adoptar éste, exiliado). Muy curioso lo de los canteros gallegos (¡galaicos trabajando en Egipto, qué cosas).
Lo que pasa es que por la época tan tardía, siempre me ha parecido un regalo....como de segunda división (y de segunda mano, eso está claro😄
carlos

MJ dijo...

Muchas gracias, Frases Bonitas. Me alegra de que la encuentres interesante.

MJ dijo...

Pues fíjate, Carlos, que teníamos a los mejores canteros del mundo y nosotros sin saberlo. Les encomendaron un trabajo muy delicado. Que el regalo es de segunda mano está claro, pero no deja de ser magnífico.
En unos días hay una segunda parte...
Muchas gracias por tu comentario. Un saludo.

JuanRa Diablo dijo...

Es curioso que "mi Nilo" haya desembocado en "tu templo de Debod" ¡Lo que son las cosas! :D
Yo no conocería esta historia si no fuera porque tengo un hermano que es egiptólogo. Sí, no estoy exagerando, la pasión de mi hermano por el antiguo Egipto empezó muy pronto y hoy es un auténtico experto que ha estado 8 veces en Egipto. Paradójicamente no ha visitado nunca este lugar en Madrid. Yo tampoco. Y seguro que merece mucho la pena.
¡Un saludo, MJ!

PD. Por si nunca leíste una antigua entrada de mi blog que viene muy bien aquí y ahora:
https://miescribania.blogspot.com/2009/04/el-campo-un-templo-egipcio-en-petrel.html

Ángeles dijo...

No conocía la historia del traslado del templo, pero esa idea de la campaña para salvar el patrimonio me encanta. Y que tuviera respuesta de tantos países también.
Aunque la idea de cortar en cachitos el templo de Abu Simbel da escalofríos, eh?

Qué bien se hacen las cosas cuando se quiere hacerlas bien.

MJ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
MJ dijo...

¡Qué casualidad que "tu" Nilo haya desembocado en mi blog! Gracias, JuanRa Diablo, por el comentario y por el enlace a esa preciosa entrada en tu blog sobre Fran, el egiptólogo. Te he dejado un comentario allí.
Después de haber estado 8 veces en Egipto el templo de Debod no le va a impresionar mucho, pero para los que no hemos estado nos parece una forma de acercarnos al país del Niño sin salir de España. Pero tomo nota de ese antiguo palomar que documentas en tu enlace.
Gracias.

MJ dijo...

¡Qué buena frase! ¡Qué bien se hacen las cosas cuando se quiere hacerlas bien!
Pues sí, colaboración internacional para salvar el patrimonio. Deberían unirse todos muchas veces pero solo para cosas buenas, las malas que no existan.
¡Qué bien lo hicieron los canteros gallegos en Abu Simbel! ¿verdad?
Le sigue un artículo sobre eso, precisamente.
Me alegra haberte acercado esta historia y que te haya gustado. Gracias por tu comentario Ángeles.

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