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jueves, 20 de diciembre de 2018

La Universidad de Salamanca. VIII centenario.



Hace pocos días más de 20.000 estudiantes celebraban en la magnífica Plaza Mayor de Salamanca el Fin de Año Universitario y con las doce campanadas de la medianoche del 14 de diciembre se tomaron doce gominolas. Pero a ninguno de ellos se les olvidaba que, aunque sigan creando nuevas tradiciones (esta tiene apenas dos décadas), este año se ha celebrado algo mucho más grande: la Universidad de Salamanca ha cumplido ocho siglos de vida.

Plaza Mayor de Salamanca.

El 2018 ha estado plagado de actos para conmemorar el VIII centenario, aunque el VII se celebró en 1954. ¿Cómo es esto posible? En 1218 Alfonso IX de León estableció las scholas Salamanticae sobre las escuelas catedralicias anteriores, y en 1254 Alfonso X la dotó de normativas.

En sus 800 años han sucedido multitud de acontecimientos que la han convertido en pionera en muchos terrenos y en un referente mundial donde se han formado algunos de los más grandes personajes de la Historia de España. Es la única del país que ha mantenido su actividad a través de estos ocho siglos y una de las primeras  fundadas en Europa (junto a Bolonia, Oxford y Cambridge), concretamente la primera en recibir el título de Universidad (otorgado por Alfonso X el Sabio en 1252 y ratificado por el papa Alejandro IV en 1255) y la primera en tener una biblioteca pública.
Las materias que se impartían eran Derecho Canónico, Civil, Medicina, Lógica-Filosofía, Gramática y Música, estudios a los que más tarde se unió la Teología y en el siglo XV las Humanidades.
Catedrales de Salamanca. 
Las clases se dictaban en latín (el idioma internacional) en el claustro de la Catedral Vieja, en casas del cabildo o en la iglesia de San Benito. Era una universidad pública que, aunque tenía más clérigos que laicos, estaba abierta a todos los buenos estudiantes sin importar su estrato social.  Sin embargo, aunque los estudios estaban vetados a las mujeres, en Salamanca estudió la primera alumna universitaria del mundo, Beatriz Galindo,  conocida como la Latina, que en 1465 estudió allí gramática, después fue una prestigiosa traductora y se convirtió en consejera de Isabel la Católica. En la Universidad de Salamanca impartió clases la primera profesora universitaria del mundo, Lucía (o Luisa) de Medrano que sustituyó a Antonio de Nebrija en el curso de 1508-1509.
La Universidad de Salamanca fue adquiriendo un gran prestigio a lo largo del tiempo, pasando de 500 alumnos a 3.500 cada año. Se fueron construyendo edificios como el Colegio Viejo, las Escuelas Mayores, las Escuelas Menores y el Hospital del Estudio.

En las Escuelas Mayores  se impartían los estudios para Licenciado y Doctor. En ella se ubicó la primera biblioteca universitaria de Europa, que contaba con 200 volúmenes. La bóveda fue adornada en 1485 con pinturas de tema astrológico al que se le dio el nombre de Cielo de Salamanca. Unas obras la ocultaron en 1767 y hubo que esperar a 1952 para que se redescubriera un fragmento que hoy se conserva en las Escuelas Menores. La fachada plateresca de las Escuelas Mayores se ha convertido en la imagen más conocida de la Universidad de Salamanca y todos los visitantes acuden en busca de la famosa rana esculpida en piedra entre su abigarrada ornamentación que, según cuenta una leyenda, dará éxito en los exámenes al estudiante que la encuentre. El edificio aloja, actualmente, la Biblioteca General Histórica con más de 62.000 volúmenes impresos entre los siglos XVI y XVIII, casi 3.000 manuscritos  y 483 incunables.
La fachada plateresca de las Escuelas Mayores es la imagen más conocida de
la Universidad de Salamanca y donde se encuentra esculpida la famosa rana.

En las Escuelas Menores se impartían las materias para el título de Bachiller y el Hospital del Estudio era una hospedería para estudiantes pobres que no tuvo médico hasta 1529.

En la Universidad de  Salamanca se fundó la primera Cátedra de Astrología en 1467 en honor a Abraham Zacut que había desarrollado el Almanach Perpetuum, un tratado imprescindible para la navegación.

Antonio de Nebrija, catedrático por esta universidad, fue el creador de la primera gramática del español, introductor de la imprenta en Salamanca, primer escritor en reclamar derechos de autor en el mundo occidental y autor de Releccion Repettio secundae (1486), primer libro editado por la Universidad de Salamanca convirtiéndola así en la segunda editorial más antigua del mundo, después de Oxford.  

Escultura a fray Luis de León
en los Patios de Escuelas.
En la Universidad de Salamanca estudió y luego impartió clases Fray Luis de León en torno al cual nació la primera escuela poética Salmantina y que se vio apartado de la docencia al ser denunciado a la Inquisición por otros profesores. Al regresar a sus clases en su querida Salamanca, tras cinco largos años de prisión, inició su lección con el famoso “decíamos ayer”.

La lista de personas ilustres que estudiaron en Salamanca es larga y destacan: Fernando de Rojas, Hernán Cortés, San Juan de la Cruz, Bartolomé de las Casas, Tomás de Torquemada, Luis de Góngora, el Conde-Duque de Olivares, Calderón de la Barca, Juan Justo García (introductor del cálculo diferencial e integral en España), Azorín, María de Maeztu (primera mujer universitaria en la España moderna), varios jefes de estado de países iberoamericanos, Adolfo Suarez…

En 1486 Colón acudió a la Universidad de Salamanca a exponer sus ideas que fueron estudiadas por una junta de doctores llegando a la conclusión de que el marino se equivocaba en la distancia calculada entre España y las indias.


Patio de las Escuelas Menores.
En esta universidad nació en 1500 la Escuela de Salamanca movimiento  teológico, jurídico y económico que sentó las bases del derecho de gentes moderno (Francisco de Vitoria lo logró en 1539 impartiendo clases sobre los derechos de los indios), las bases del derecho internacional, de la economía moderna y de las matemáticas modernas (dos de sus matemáticos hicieron los cálculos para la reforma del calendario gregoriano promulgado en 1582 y que sigue vigente hoy en día).  

Durante tres siglos la Universidad de Salamanca fue la más influyente y célebre de España, de ella salían los funcionarios y altos cargos de la administración española y los virreinatos de América. Pero, durante el siglo XVII, los hijos de la nobleza, sabiendo que estudiar allí les abría las puertas a los más importantes puestos, tomaron el control de los Colegios Mayores e impidieron el acceso a los estudiantes pobres.

En el siglo XVIII la Universidad de Salamanca fue el punto neurálgico de la Ilustración española, perteneciendo a ella alumnos y profesores que formaron parte de las Cortes de Cádiz y quienes elaboraron la Constitución de 1812. Pero la Inquisición llevaba mucho tiempo con la atención puesta sobre los estudios que allí se impartían y no solo encarceló a Fray Luis de León en el siglo XVI, sino que persiguió a varios profesores y catedráticos como a Miguel Martel por sus clases de Derecho Natural (que finalmente fue expulsado de la universidad, junto a  otros profesores liberales tras restaurarse el absolutismo) y a Ramón de Salas y Cortés al que prohibieron su asignatura de Economía Política. Diego Muñoz Torrero, rector de la universidad, diputado por las Cortes de Cádiz, defensor de la libertad de prensa y de imprenta, fue figura clave en la abolición de la Inquisición.

En los últimos años del siglo XVIII se gestó también allí la segunda escuela poética salmantina con José Cadalso y fray Diego González, más conocido como Delio, a la cabeza.
Cuando un estudiante obtenía el doctorado sus compañeros pintaban un vítor
 de color rojizo con su nombre. Esta tradición continúa en la actualidad.

Como ya hablamos aquí, la invasión francesa fue un desastre para el patrimonio de España. En la Batalla de Salamanca las tropas inglesas y francesas, que se enfrentaban en la ciudad, destruyeron numerosos edificios de gran valor artístico, perdiendo la universidad varios de sus colegios y viendo sus bibliotecas expoliadas. El desastre hubiese podido ser aún mayor, pero una buena parte de los manuscritos y documentos ya habían sido trasladados al Palacio Real. Los libros robados de las bibliotecas de Salamanca fueron recuperados por el duque de Wellington tras la batalla de Vitoria (1813) entre los muchos objetos de valor (como las 200 pinturas de la colección real) que intentó llevarse José Bonaparte en su huída de España. Pero Fernando VII le regaló a Wellington los cuadros y una buena parte de los libros. La otra parte se quedó en la Biblioteca del Palacio Real y no fue recuperada por la Universidad de Salamanca hasta la celebración de su VII centenario en 1954.
En 1845 la Universidad Central de Madrid se apropió del derecho a expedir títulos de doctor, prohibiendo que Salamanca lo hiciera y cerrando las facultades de Medicina y Ciencias (aunque continuaron como estudios libres financiados por la Diputación y el Ayuntamiento de la ciudad). En 1852 Salamanca perdió la condición de universidad pontificia y quedaron suprimidas las facultades de Teología y Derecho Canónico. Hubo que esperar hasta 1904 para que Medicina y Ciencias volvieran a ser reconocidas como facultades estatales gracias a los esfuerzos de su rector Miguel de Unamuno. Años después, el famoso escritor tuvo que abandonar Salamanca camino del exilio, pero era tan querido en la ciudad que cuando regresó una multitud fue a esperarlo a la estación de tren y lo acompañó a la Plaza Mayor. Llegó a convertirse en diputado a Cortes, pero se desencantó de la política. Al jubilarse recibió el título de rector vitalicio. En 1936 protagonizó el conocido enfrentamiento con Millán-Astray. Fue entonces cuando pronunció su famoso “venceréis, pero no convenceréis” por el que fue abucheado y solo logró salir de las Escuelas Mayores donde se inauguraba el nuevo curso académico bajo la protección de Carmen Polo. Apenas sobrevivió tres meses a este episodio sin volver a salir de su domicilio. Este mismo año se expulsaron de la universidad a todos aquellos profesores que seguían apoyando la República. La Casa Rectoral, donde habían vivido quienes obtenían este puesto desde el siglo XVIII y que había ocupado Unamuno entre 1900 y 1914  se convirtió, en 1955, en casa-museo de Miguel de Unamuno.
Vista de la Plaza Mayor de Salamanca.

Celebrar el VII centenario de la Universidad de Salamanca en 1954 fue un acierto, porque más de 70 universidades de todo el mundo se unieron a la reivindicación del prestigio que nunca debió perder, se le  devolvió la potestad de otorgar el título de doctor y la reconocieron como alma mater de las universidades hispanoamericanas.
Pero aún le quedaban varios hitos por cumplir y así, en 1955 tuvo lugar en las Escuelas Mayores las “Conversaciones de Salamanca” las primeras que se hicieron sobre cine español. En 1986 recibió, junto a la Universidad de Coímbra, el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. En 2005 fue sede de la XV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. En 2010 el Gobierno de España le concedió el programa “Campus de Excelencia Internacional Studii Salamantini: 800 años innovando”.
En la actualidad la Universidad de Salamanca supera los 30.000 alumnos, se ha convertido en uno de los centros de formación para extranjeros más prestigiosos del mundo con el emblema “la Universidad del Español” y dispone de un Parque Científico con diferentes áreas de investigación en ciencia y tecnología.
El lema de la Universidad de Salamanca sigue siendo: los principios de todas las ciencias se enseñan en Salamanca (Omnium scientiarum princeps Salmantica docet).
Salamanca está en el refranero español: lo que natura no da, Salamanca no presta. Y también está presente en varias obras de Miguel de Cervantes como El licenciado Vidriera (Novelas Ejemplares, 1613), el entremés La cueva de Salamanca y en el personaje de Sansón Carrasco, bachiller por la Universidad de Salamanca, de Don Quijote de la Mancha (segunda parte, 1615).
Lope de Vega ambientó en la Universidad de Salamanca su comedia El bobo del colegio y escribió a petición de la propia universidad La limpieza no manchada que estrenó en los Patios de Escuelas.
La rana se ha convertido en
el símbolo de Salamanca.

8 comentarios:

María dijo...

¡Maravillosa la Plaza Mayor de Salamanca!

Alfredo dijo...

Asi que Salamanca tubo las "cholas salamanticae"... (algunas se fueron mas tarde a Peru !).

Conxita C. dijo...

Muy interesante, no recordaba que el gran Unamuno había sido rector y desconocía muchas de los hechos que allí pasaron. Recuerdo que la visité hace muchos años pero en épocas de vacaciones y pensé que tiene que ser totalmente distinta en el curso escolar. Si pienso en una ciudad universitaria siempre es Salamanca y Santiago.
Me costó encontrar la rana pero lo conseguí.
Me ha gustado ese seguir la tradición de los doctorandos.
Besos y feliz año

Juan dijo...

Interesante, resumida y amena lectura. Muchas gracias.

MJ dijo...

Sí, María. La plaza mayor de Salamanca es preciosísima, creo que debe ser la más bonita de España.
Gracias por el comentario.

MJ dijo...

Gracias por el comentario, Alfredo. Pues sí, "cholas salamanticae" deben su nombre a la ciudad española de Salamanca, donde se fundaron. Esta universidad sirvió de modelo a muchas otras, especialmente en latinoamérica y por eso en el siglo XX se reconoció la Universidad de Salamanca como el alma mater de las universidades iberoamericanas.

MJ dijo...

Me alegro mucho de que te haya gustado la entrada sobre la Universidad de Salamanca, Conxita. Cuando visité la ciudad me di cuenta de que es preciosa, para mí es una de las más bonitas del mundo. Y sí, yo también, cuando pienso en una ciudad universitaria pienso en Salamanca. A mí también me costó encontrar la famosa rana, pero hay un panel explicativo (o al menos lo había cuando yo la visité) donde te lo ponen muy fácil para "hacer trampa".
Lo de la tradición de los doctorando me pareció algo precioso, cuando entré en el colegio Anaya, en la hospedería y en otros edificios y encontré tantos vitor me llamaron mucho la atención. Hay muy antiguos y otros recientes, buscan un hueco en cualquier pared para pintarlos.
Todas las fotos que ilustran la entrada son mías, de la visita a esta maravillosa ciudad.

MJ dijo...

Gracias a ti, Juan, por pasarte por aquí y dejarme un comentario. Y gracias por lo de resumida... porque, como te habrás dado cuenta, resumir no es mi fuerte :-P Pero quizá lo haya conseguido, teniendo en cuenta que son 800 años de historia que contar, no ha quedado tan larga ¿verdad? :-)

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