Ya llega el día del libro. La fecha se alarga
comercialmente: primero fue un día, luego una semana y ya hay quien dice que es
un mes. Da igual, los amantes de los libros no necesitamos una excusa para
leer. Ya reflexionamos sobre ello hace una década en este blog.
En aquella ocasión contamos que en 1995 la UNESCO
estableció el 23 de abril como Día Mundial del Libro, aunque no todos los
países lo celebren en esa fecha. Entre los argumentos que inclinaron la balanza
hacia ese día se encuentra una curiosa coincidencia: el fallecimiento el 23 de
abril de 1616 de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso, tres grandes de la
literatura. Un hecho tan sorprendente como forzado.
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Imagen: Copilot (generador de imágenes por I.A.) |
Es cierto que hubo pocos días de diferencia entre las
muertes de estos literatos, pero el destino no fue tan exacto. El Inca
Garcilaso murió entre el 22 y el 24 de abril, no se sabe el día concreto. Pero
Cervantes y Shakespeare no se marcharon de este mundo en la misma fecha.
La idea parte de Victor Hugo, él fue el primero que
destacó esta extraordinaria casualidad, como si el destino hubiese decidido
privarnos de un plumazo de las dos piezas clave de la literatura en inglés y en
español. Nadie dudó de la palabra del insigne escritor y nadie investigó. La
UNESCO lo dio por válido y ha quedado como una leyenda literaria que la mayoría
de la gente cree.
Sí, la historia recoge que Cervantes y Shakespeare
murieron el 23 de abril de 1616… pero no era el mismo día. Además, en España se
tenía la costumbre de poner como fecha del fallecimiento el día del entierro y
éste se llevaba a cabo durante la jornada siguiente a la defunción. Es decir,
que realmente, Cervantes murió el 22 de abril de 1616. Shakespeare sí falleció
el 23 de abril, pero aquel día, en España, Portugal o Italia, no era 23 de
abril… Y ¿esto cómo puede ser?
Durante mucho tiempo el mundo occidental se rigió por
el llamado calendario juliano (por Julio César) que era 11 minutos más largo
que el calendario solar. Al principio todo fue bien, pero con el paso de los
siglos hubo un desfase. La acumulación de esos 11 minutos ya sumaba 10 días de
diferencia entre el año solar y el juliano. El Papa Gregorio XIII se dio cuenta
de que había que reformar el calendario y encargó los estudios astronómicos
pertinentes. El 24 de febrero de 1582, promulgó la Bula Inter
gravissimas. Ese mismo año pudieron confirmar que estaban en lo
cierto, porque cuando se produjo el equinoccio de primavera, en el calendario
vigente no era 21 de marzo. Cuando el rey Felipe II tuvo noticia de esta bula
decidió emitir el Decreto del 29 de septiembre de 1582 donde se ordenaba que:
«el quinto día del mes de octubre pasara a ser el decimoquinto». Así que en los
países católicos y en los que Felipe II era rey, el día siguiente al 4 de
octubre de 1582 no fue el 5, sino el 15. Diez días desaparecieron.
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Imagen: Copilot. |
Por supuesto, los países que no debían obediencia ni
al Papa, ni al rey español, no hicieron caso ni de la bula, ni del decreto.
Para ellos, al día 4 le siguió el 5, como siempre. Y, aunque las evidencias
demostraban que el calendario gregoriano era más acertado que el juliano,
durante mucho tiempo se negaron a adoptarlo. Reino Unido se resistió bastante,
aunque no llegó al extremo de Grecia y Rusia que esperaron al siglo XX para
sincronizarse con el resto de países.
En Reino Unido se estableció en 1752 y, para hacerlo,
también tuvieron que «borrar» días: al miércoles 2 de septiembre le siguió el
jueves 14 de septiembre.
En 1616 España se regía por el calendario gregoriano y
el fallecimiento de Cervantes quedó inscrito como el 23 de abril, pero Reino
Unido se regía por el calendario juliano así que la muerte de Shakespeare quedó
registrada con la misma fecha. Pero no eran el mismo día. El 23 de abril de
1616 del calendario juliano era el 3 de mayo del calendario gregoriano. Así que
no, Cervantes y Shakespeare no murieron el mismo día, aunque en la
documentación pueda parecer que sí.
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Imagen: Copilot. |
2 comentarios:
En estos casos yo me decanto por aquella frase de John Ford: "Entre la realidad y la leyenda, elige siempre la leyenda", porque las leyendas están para eso, para cuando la realidad resulta un poquito sosa :D
Así que aunque Cervantes y Shakespeare no muriesen el mismo día, me parece mucho más poético seguir creyendo que fue así.
Saludos!
Muy bonita la frase de Ford. Siempre he pensado que las leyendas tienen una parte de verdad y en este caso es cierto. En muchos libros de historia de la literatura y biografías ya está corregida la fecha de fallecimiento de Cervantes, la de Shakespeare sigue apareciendo el 23 de abril, supongo que por esto de que los ingleses tienen dos formas de contar: antes del cambio al calendario gregoriano y después. Lo que nos lleva a que el mismo acontecimiento histórico (como las batallas) en un libro de historia inglés tiene una fecha y en uno español tiene otra.
Muchas gracias por tu comentario, Ángeles.
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