Hace
100 años, en 1922, vinieron al mundo dos grandes actores españoles: José Luis López Vázquez y Tony Leblanc.
Quizá
los más jóvenes apenas los conozcan. Para ellos López Vázquez era aquel señor
bajito que corría tras las suecas en el Torremolinos de las películas de los
años 60 y Tony Leblanc el pillo que intentaba timar a cualquier incauto. Pero
estos dos actores derrochaban un enorme talento. López Vázquez dijo “no” a
Hollywood. Tony Leblanc tocó todos los palos del teatro y el cine.
Tony Leblanc y José Luis López Vázquez junto a Manolo Gómez Bur en una escena de la película "3 de la Cruz Roja" (1961). Imagen: Pinterest y lasmilvidas.blogspot.com |
“Les
exijo que sean muy felices”. Tony Leblanc.
A
Tony Leblanc le gustaba hablar de su vida, aunque a veces, con su enorme
imaginación y su verbo fácil, la adornara un poquito. Pero los que lo
conocieron sabían que casi todo era verdad.
Su
vida, tan interesante como una película, comenzó el 7 de mayo de 1922 en la
Sala de los Tapices de Goya. Sí, Ignacio Fernández Sánchez, como lo bautizaron
sus padres, contaba que tuvo el privilegio de nacer en el Museo del Prado,
aunque parece que no es cierto. Lo que sí es verdad es que su familia vivía
allí y su padre trabajaba en la portería de Velázquez. Ignacio llegó a conocer
muy bien aquel museo porque su padre, después de la guerra, lo empleó de
botones de ascensor. Aún se le recuerda, en sus ratos libres, en alguno de los
patios zapateando y practicando claqué cuando creía que nadie lo observaba. Era
puntual y correcto en su trabajo, pero cuando el museo cerraba, Tony corría al
teatro, su otro empleo, porque el muchacho tenía inquietudes artísticas y un
talento que ya había demostrado cuando debutó con solo 8 años en una obra de
los hermanos Álvarez Quintero y luego como bailarín de claqué.
Tony Leblanc en el Museo del Prado. Escena de la película "El pobre García"(1961). Imagen: Museo del Prado y Youtube. |
Durante
la guerra civil y la posguerra aceptaba cuanto trabajo se le ofreciera para
ayudar a la precaria situación familiar. Fue futbolista (ascendió con su equipo
a Tercera División) y boxeador. Lo del boxeo lo dejó porque su padre, al verlo
llegar maltrecho, le decía que lo iba a matar de pena. Pero lo que él
verdaderamente deseaba era ser artista. Adoptó el nombre de Tony Leblanc y fue
de lo más polifacético: actor, bailarín, guionista, compositor, cantante, director,
empresario y productor. Consiguió ser una gran estrella del teatro musical
español, de variedades y un magnífico humorista que creó sketches míticos para
TVE.
Trabajaba
de figurante en todas las películas que podía, mientras seguía bailando claqué
como boy en la compañía de Celia Gámez. Su primera intervención en el cine fue,
precisamente, de bailarín. Pero su primer papel con frase fue en la película Los últimos de Filipinas (1945) donde estaba trabajando como extra
cuando uno de los actores faltó al rodaje y le ofrecieron sustituirlo.
Su
primera oportunidad importante en el teatro fue en el Circo Price. Se presentó a las pruebas como cantante. Pero el
guitarrista le puso el tono demasiado alto y la actuación le salió tan mal que
Tony regañó al músico delante de todos. Aquello les hizo mucha gracia y le
ofrecieron un papel de falso espontáneo. Pero su nombre estaba tan pequeño en
los carteles que tuvo más de un disgusto con los espectadores que lo veían como
un intruso que interrumpía la función, aunque los dejaba boquiabiertos cuando
bajaba a cantar y bailar claqué.
El día de los enamorados (1959) Imagen: filmaffinity.com/es |
En
1949 consiguió su primer papel como
protagonista en el cine con La Revoltosa
junto a Carmen Sevilla.
En
los años 50 compaginó la revista, el cine y la música. Llegó a componer más de
300 canciones, entre ellas la famosa Cántame
un pasodoble español.
3 de la Cruz Roja (1961) Imagen: enciclopediacineespa-fernando. blogspot.com |
Por
aquel entonces ya se había convertido en una estrella del cine. Entre sus muchas
películas se encuentran títulos clásicos del cine español: Manolo, guardia urbano (1956), El
tigre de Chamberí (1957), Los
tramposos (1959), El día de los
enamorados (1959), Las chicas de la
cruz roja (1960), 3 de la Cruz
Roja (1961) y El astronauta
(1970).
En
los rodajes conoció a una jovencita Concha Velasco que empezaba a destacar en
el cine y la recomendó para sustituir a Nati Mistral cuando ésta se casó y dejó
Ven y ven… al Eslava. Así comenzó una
amistad que duraría toda la vida. Además, Tony y Concha se convirtieron en la
pareja de ficción favorita del cine español trabajando juntos en 12 películas.
Concha siempre reconoció que parte de su éxito se debía a la oportunidad que le
había brindado su gran amigo Tony.
Una
enfermedad le llevó a reducir el ritmo de trabajo a principios de los años 70, pero en 1983 sufrió un grave
accidente que lo retiró de los escenarios. Diez años después recibió el Goya de
Honor que recogió de manos de sus dos grandes amigos Luis García Berlanga y
Concha Velasco. En su discurso de agradecimiento tuvo unas frases para el
público:
A ustedes, señoras y señores, les exijo que sean muy felices.
Cuando
parecía que la carrera de Tony había acabado para siempre, uno de sus
admiradores, Santiago Segura, le ofreció trabajar en Torrente, el brazo tonto de la ley (1998). Tony rechazó el papel,
como tantos otros que le habían ofrecido después de su accidente, aduciendo que
estaba en sillas de ruedas, pero Santiago lo convenció diciéndole que,
precisamente, ese era su personaje. Esta interpretación le valió el Goya al
mejor actor de reparto. Aquel éxito inesperado le dio nuevas fuerzas que le
llevaron a una mejoría física y a trabajar de nuevo en dos entregas más de Torrente y en la serie de TVE Cuéntame cómo pasó que fue su último
trabajo. Tony Leblanc falleció en 2012 habiendo dejado un libro autobiográfico
titulado Esta es mi vida.
Este
año el Museo del Prado y la Filmoteca Española le rinden homenaje.
8 comentarios:
No era mi preferido de los "cómicos" españoles y me gustan más sus últimos trabajos cargados de cierto patetismo, como el padre de Torrente (en la primera, que es la única que he visto y me "gustó" mucho. Y lo entrecomillo porque es muy buena asqueándonos) y como el tierno kioskero de Cuéntame.
Pero se merece nuestro homenaje, cómo no.
Por cierto, que se me cae el alma a los pies al ver a Concha Velasco en su estado actual.
Todos estos actores son irrepetibles y no sé si otra cinematografía mundial habrá reunido tanto talento, en proporción, entre todos los miembros de unas generaciones tan próximas nacidas entre los años veinte y cuarenta.
carlos
Como ya sabes, Tony Leblanc no es uno de mis favoritos, pero me ha sorprendido lo que cuentas sobre sus muchos talentos. No sabía que también cantaba, bailaba, componía... un artista completo y poco común, desde luego.
Sin duda, preferencias personales aparte, es, como dice Carlos, uno de los actores irrepetibles del cine español, que por suerte ha dado muchos (en el pasado).
Un bonito homenaje el que le has hecho :)
Muchas gracias por tu visita y por tu comentario, Carlos.
Los actores, guionistas y directores españoles de aquellas generaciones son los que han creado lo que hoy podríamos llamar cine clásico español. Eran personas de enorme talento que tenían que sortear la censura para poder deslizar alguna crítica. Creaban personajes entrañables, graciosos, sencillos, dramáticos... o simplemente, personas normales que luchaban por salir adelante en épocas nada fáciles. A veces, se tenían que conformar con entretener. Pero, incluso los personajes pícaros o los inocentes y cándidos, necesitan de un gran actor o actriz que los haga creíbles. Me da pena que muchas de estas películas sean ignoradas o despreciadas por parte del público.
Comparto mucho de lo que comentas. Aunque a mí sí me gustaba mucho Tony, sobre todo sus películas con Concha Velasco.
Me alegro que te haya gustado conocer más de la historia de Tony Leblanc, Ángeles. Leyendo cosas sobre el homenaje, me ha hecho sonreír el que le ha dedicado el Museo del Prado, con descendientes de sus compañeros del museo, contando como lo espiaban mientras practicaba claqué... ¡Ay, con lo que me gusta a mí el claqué! Me ha encantado saber que él era bailarín y me hubiese gustado verlo. Pero, desde luego, un placer verlo de improvisado guía del Prado en "El pobre García"... volvió su "casa" para rodarla.
Gracias por tu comentario. Besos.
Una vida muy interesante la de Tony
Sí,Eva, a mí me ha gustado investigar, ver vídeos suyos contando su vida y enterarme de cosas interesantes. Gracias.
Qué bonito.
Ana Maria
Gracias por leer el artículo, Ana María.
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