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viernes, 30 de enero de 2015

De Mary Poppins a Al encuentro de Mr. Banks II


Atención: contiene spoilers.

He leído muchos blogs y críticas tachando la película de mero entretenimiento y de conseguir que el espectador salga con una sonrisa del cine. Estoy en total desacuerdo. Al encuentro de Mr. Banks narra la historia que hay bajo un alegre musical, el esfuerzo de un talentoso equipo, el encontronazo de dos grandes y cabezotas creadores, el dolor de la autora.

Dicen muchas críticas que la peor parte de Al encuentro de Mr. Banks son los numerosos flashback contando la infancia de Helen (sí, Helen, porque P. L. Travers no era su verdadero nombre y ni siquiera era inglesa). Pero es la esencia de la película, es la explicación a la negativa de la autora a que Disney pusiera su terroncito de azúcar sobre la niñera. Pueden estar mejor o peor ensamblados y pueden ser más o menos fieles a la realidad, pero son la respuesta.

Cartel de Saving Mr. Banks traducida en España como Al encuentro de Mr. Banks.

La Srta. Travers negó siempre que Mary Poppins contara su propia infancia, pero aceptaba que tenía mucho que ver con ella. La película nos muestra que Mr. Banks existió, y que fue el propio padre de Helen. La niña lo idolatraba, era un hombre que no asumía su realidad y utilizaba la imaginación para conseguir que su hija viviera en un mundo de fantasía. El destino se ensañó con este banquero venido a menos, que poco a poco fue cayendo en las garras del alcohol. Estando así las cosas, su madre recurre a la ayuda de la tía Ellie que llega para cuidar de sus sobrinas, con su paraguas con cabeza de pájaro y su bolsa imposible donde caben toda clase de objetos maravillosos. Helen no podrá permanecer durante mucho más tiempo en su mundo fantástico, porque nada puede ya salvar la vida de su padre.

Cuando una persona plasma en el papel los recuerdos más dolorosos de su vida y los expone al mundo, aunque sea en forma de ficción, corre el peligro de que otros pretendan comprarlos. Pero en esta ocasión fue su odiado Disney el comprador.

Como espectadora lamenté ver todo el esfuerzo de esos guionistas, todo el maravilloso trabajo musical a punto de quedar reducido a la nada, ese guión volando por la ventana, esparciendo sus hojas. Ante el tesón, las largas jornadas de trabajo, la ilusión y el derroche de imaginación de aquel equipo me pregunto cuántos otros extraordinarios proyectos habrán quedado archivados, olvidados o destruidos sin que llegaran a convertirse en película. Tanto trabajo perdido. Pero, en contrapartida, comprendo la negativa de Travers a vender su historia.

A los espectadores no nos gana el desanimo porque sabemos que la película se hará y será una de las más hermosas de todos los tiempos. El equipo de Disney decide ponerle un final feliz a Mary Poppins, ese final en el que la familia Banks al completo va a volar la cometa. Un final que a mí siempre me pareció artificioso, pero que, ahora sé, es el final feliz que no tuvo el autentico Mr. Banks.

Disney solo consigue los derechos de la obra cuando descubre que la historia real trata sobre la vida de Travers (verdadero nombre del padre de la autora), cuando comprende que la niñera no vino a salvar a los niños, sino al padre. El título original de film, Saving Mr. Banks, lo dice claramente, es el mayor spoiler, pero los traductores nos lo desvirtúan. No vamos Al encuentro de Mr. Banks como se tradujo en España o a asistir a El sueño de Walt como la nombraron en Latinoamérica. Se trata de salvar a Mr. Banks, se trata de redimirlo, de que tenga su final feliz en la imaginación, en la fantasía, ya que en la vida no pudo tenerlo.

Disney le pidió confianza y Travers firmó. Ni siquiera fue invitada al estreno. Tuvo que arreglárselas para asistir por sí misma. Lloró en su butaca, pero posó con los actores. En los títulos finales vemos las fotos de la época, vemos a la verdadera Srta. Travers sonriendo junto a ellos.

Cartel de la época.

Disney mejoró Mary Poppins y redimió a Mr. Banks. Tenía razón. Fue, es y será siempre una gran película. Encandiló al público en 1964 y lo sigue haciendo hoy en día. Gano 5 Oscars y se convirtió en una obra maestra. Saving Mr. Banks no ha logrado lo mismo, pero nos ha mostrado una historia que muchos desconocíamos y nos ha hecho reflexionar. Aunque Mary Poppins y Saving Mr. Banks tuvieron su final feliz, todos pudimos ver en la maravillosa interpretación de Emma Thompson que Travers no lloraba de alegría en su butaca al ver a Mary Poppins convertida en película, sino de dolor. Disney lo consiguió para el público, pero no cumplió la promesa a la autora, decepcionó a la única persona a la que había prometido no decepcionar y eso hace que algunos no salgamos con una sonrisa del cine.


5 comentarios:

Ángeles dijo...

No sabía que la película tuviera críticas tan negativas. Yo estoy de acuerdo contigo: es una historia muy interesante y cargada de emociones, que hace ver lo mucho que se esconde detrás de las historias que alguien escribe.
Has hecho un análisis muy interesante, tanto de la película como de los hechos reales.

MJ dijo...

Me alegro que estemos de acuerdo, Ángeles. Muchas gracias por tus palabras.

Miguel Merino Martínez dijo...

Mary Poppins es y será una de las obras maestras del cine. No haces mención a "EL REGRESO DE MARY POPPINS" Donde aparecen la maravillosa Emily Blunt y el fantástico Linn-Manuel Miranda. También aparecen Dick Van Dyke, Meryl Streep y la maravillosa e entrañable Angela Lansbury, la vendedora de globos de la feria.

Miguel Merino Martínez dijo...

¿Sabías que a Julie Andrews le ofrecieron el papel de vendedora de globos y no quiso?. No quería quitarle el protagonismo a la Mary Poppins de 2018. Fue un gesto muy bueno por su parte.

MJ dijo...

Muchas gracias por dejarme tu comentario y tu opinión, Miguel.
No hablé de "El regreso de Mary Poppins" porque cuando escribí esta entrada aun no habían hecho esa película.
Gracias por la información que aportas. Sí, leí que Julie Andrews no quiso participar en la nueva película porque juzgó que los espectadores debían prestarle la debida atención a Emily Blunt y no estar pendiente de verla aparecer a ella. Me encantó volver a ver a Dick Van Dyke y a Angela Lansbury. Y, aunque esta segunda parte me gustó, sigo prefiriendo la primera.

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