Había muchas cosas curiosas en esa exposición. No
solo lo que podía verse en las fotografías, ni leerse en los carteles, sino las
reacciones de la gente que las contemplaba. De las imágenes más alejadas en el
tiempo todo eran comentarios de admiración ante la belleza o de desilusión
frente a las carencias y la ruina. Pero conforme las fotografías iban avanzando
en el siglo XX, los comentarios eran más sentidos, más nostálgicos, más
interesantes.
-¿Te acuerdas cuando lo llamábamos el puente nuevo?-
preguntaba un anciano a otro mientras observaban la prueba de carga del segundo
puente que se tendió sobre el río.
-Yo no conocí los tranvías tirados por animales,
pero sí que recuerdo que ahí estaba la parada del barrio- le explicaba otro a
su mujer mirando una de las estampas –… donde ahora está la parada del 14.
-¡Mira! Está como cuando jugábamos de pequeñas- le
decía una amiga a la otra observando un terreno baldío junto a una fuente.
Valladolid. Plaza de Zorrilla. |
-¡Qué lástima! ¡Con lo bonito que era aquello!-
suspiraba una señora enjoyada mientras contemplaba un club de baño donde se
reunía la burguesía de la época y que en la actualidad se limitaba a unos muros
medio derruidos al borde del mar.
-¿Dónde está el castillo? No lo veo- le preguntaba
una mujer a su marido -¡Ah! Estaban estas chabolas adosadas y por eso las
tiraron… ¡Ahora lo recuerdo!
-¡Qué antiguo es el mercado!- exclamaba una señora
observando la fecha de construcción sin percatarse de que ella apuntaba en su
rostro idéntica antigüedad.
-Sí- le explicaba un abuelo a su nieto observando
una de las carreteras de la red básica -… en aquella época había muy pocos
coches y la calle era prácticamente peatonal. Nosotros jugamos a la pelota
allí.
-Solo queda la chimenea, pero era una fábrica muy
grande, con cientos de empleados… Eso me contaba mi padre- le explicaba un
anciano a otro.
-¡No olvido las casuchas en la ladera! ¡Eso era
crisis!- murmuraba un hombre con expresión de tristeza.
-¡La plaza de
la olla! Está justo como la recuerdo- sonreía una mujer ante otra fotografía –
La llamábamos así porque era el sitio donde fundían el metal.
-¡Menudo camino! ¡Tenía tantos baches que yo siempre
acababa mareada!- reía otra mujer mientras ignoraba la fotografía actual de una
autovía de cuatro carriles.
Paseo de Gracia. Barcelona. |
-Ese parque no estaba pelado, ahí están las
palmeras, lo que ocurre es que en la fotografía estaban recién plantas y en
este tiempo han crecido una barbaridad- respondía un hombre de mediana edad al
comentario despectivo de un jovencito.
Alameda Principal. Málaga. |
-Recuerdo cuando no podía pasarse por allí porque
era un descampado peligroso y al construir el centro comercial le dieron vida-
murmuré observando uno de mis lugares favoritos… Sí, porque yo también recuerdo
alguna de las fotografías antiguas que vi. Una, que ya va teniendo una edad…
3 comentarios:
Pues me parece que los recuerdos de las personas anónimas son, como mínimo, tan interesantes e importantes como las fotografías.
A mí me encanta escuchar a los mayores contar cosas "de antes". Y veo que a ti también, porque te quedaste con un montón de sus comentarios.
No sé si estarás de acuerdo conmigo, pero yo creo que nosotros el día de mañana tendremos menos recuerdos que las personas mayores tienen ahora, porque hoy día las cosas cambian con mucha más rapidez y frecuencia que en épocas anteriores, y por lo tanto no nos da tiempo a conservar en nuestra memoria aspectos de la urbe y de la vida que duran poco tiempo.
Un saludito.
Cada vez admiro más las fotografías antiguas porque son claro ejemplo de la transformación contínua de nuestras ciudades, tradiciones y cultura.
Quería darle protagonismo a los comentarios de la gente más que a mis propias reflexiones, por eso decidí ponerlos en una entrada propia. Me gustaron muchísimo las fotografías, pero me encantaron los comentarios de las personas que estaban viéndolas a mi lado. Esos desconocidos que tuvieron la amabilidad de "contarme" sus recuerdos. Pero yo sí creo que nosotros tendremos mucho que contar cuando seamos mayores, sin embargo creo que nos escucharan aún menos de lo que la gente de hoy en día escucha a sus mayores.
Gracias por tus aportes y por dejarme siempre tus comentarios, Ángeles.
Muchas gracias, Mariví, por leerme y por enlazar mi blog :-) Eres un sol.
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