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martes, 10 de julio de 2012

Hechos reales: anécdotas dispares



Hoy he visto, mientras viajaba en el autobús, a una chica joven leyendo un libro amarillento, sucio y casi descosido. Su interés me llamó la atención, ya que nada parecía distraerla, y el estado del libro me extrañó. Me esforcé, curiosa que soy, para leer el título de su portada y me encontré con una obra no tan antigua (años sesenta) como aparentaba, pero que debía haber dormido en algún rincón inhóspito o pasado por muchas manos (aunque no tenía la típica numeración de biblioteca). Es una lástima encontrarse con gente que maltrata los libros y que impedirá que esas ediciones lleguen al futuro, pero al mismo tiempo, es esperanzador ver a una muchacha de hoy en día con un libro en la mano (no un e-book, no la última entrega de la saga  “Crepúsculo” sino un libro de verdad). La obra era la premiada “Las Ratas” de Miguel Delibes.




Eso me ha hecho recordar que últimamente, no sé si porque estoy más atenta o porque salgo más, estoy encontrando anécdotas aquí y allá, de distintos ámbitos y sin relación, pero que pueden dar un toque distinto a esta entrada.

El otro día, una amiga mía, me contaba que se había apuntado a un gimnasio con la llegada del verano y que una familiar le había dicho que se iba a quedar “delgada como una sífilis”. La expresión le había hecho mucha gracia y de forma simpática comentaba que después de sacar del error a su familiar y explicarle qué era una sílfide, adaptaron el dicho de la buena señora como una broma.



La semana pasada, curioseando por la red, me topé con un muchacho que pedía amistad y se anunciaba indicando que hablaba perfectamente tres idiomas: el castellano, el inglés británico y el inglés estadounidense… ¡Qué manejo de los idiomas! Pero… del castellano no especificaba nada… ¿será el castellano de Castilla, o quizá el de México, Colombia o Argentina? Yo no puedo decir que los maneje perfectamente, pero creo que me defiendo en el español de los países hispanos…



Hace unas semanas nos abordó un relaciones públicas de un pub de la ciudad. A juzgar por la cantidad de chicas y chicos jóvenes y atractivos que se esfuerzan en “invitarte” a su pub, bar de copas o discoteca, la crisis tiene que estar notándose en el sector.

El muchacho nos “entró” con cierta gracia, piropeándonos y en lugar de darnos las consabidas tarjetitas de descuento, sacó una baraja de cartas y comenzó a ¡hacer magia! Sí, sí, no intentó adivinar una carta que hubiéramos pensado, sino que sacó mágicamente de la baraja una carta… al tercer intento. Un chico muy majo, que si practica lo suficiente, quizá sea descubierto por un cazatalentos.



El primer día de rebajas fui a curiosear por El Corte Inglés. ¡Uy! Lo he dicho, no quería hacer publicidad, pero en fin… Pues estando allí escuché una conversación muy salerosa entre uno de los muchísimos vendedores que había y una de las pocas clientes (no sé si era por la crisis o porque España jugaba la final de la Eurocopa, pero estaba la tienda casi desierta).  Le preguntaba el dependiente:

-¿Es para regalo?

-Sí.

-Entonces le quito el precio- añade.

-¡No, no!- exclama la señora contrariada - ¡Qué sepa cuanto me ha costado!

-Entonces… - dijo el dependiente- le quito el precio rebajado y le dejo el original.

-Mejor- añadió la mujer muy seriamente.


11 comentarios:

Ángeles dijo...

me han gustado todas las anécdotas, pero la del precio tiene premio. Parece una escena de una película de Berlanga, por lo menos. Pero si el detalle de la compradora tiene gracia, el del vendedor es para quitarse el sombrero. Eso es espíritu comercial, sí señor.

Un saludito.

Anónimo dijo...

Hola guapa, me ha gustado bastante leer esas reflexiones cotidianas en las que apenas nos detenemos a pensar sobre ellas. Tú las pones en relieve con tu estilo personal. Enhorabuena.... Espero tu próxima entrada con impaciencia ... Besos, Carlos

Anónimo dijo...

Genial.esta vez la forma y sobre todo el contenido. Cada vez me sorprendes mas. Genial.

FRANCIS dijo...

Hola MJ!! Opino lo mismo que Ángeles, me han gustado todas las anécdotas pero como la de las rebajas, jajaja. Trabajar cara al público como yo he estado NO TIENE PRECIO, te encuentras cada caso que te caes para atrás, jajaja. Muchos besos guapa.

MJ dijo...

Pues sí, Ángeles :-) Un espíritu comercial envidiable :-) Me llamó mucho la atención esa escena. Verídica.

Carlos, muchas gracias :-)

Anónimo genial, no sé quién eres, no me has dado pistas, quizá te conozca, quizá no... Muchas gracias por leerme :-)

Francis, tú sabes mucho también de trabajar de cara al público y seguro que tienes más de una anécdota divertida e increíble. Gracias :-)

nipolis dijo...

Un pesimista como yo diría que la chica joven de "Las ratas" es una estudiante obligada a leer "Las ratas"; recuerdo que en mi instituto era obligatorio, por ejemplo.
Pero hasta un pesimista como yo sonríe a gusto con la anécdota del precio.
Muy buenas historias
¡Gracias!

MJ dijo...

Gracias a ti, Nipolis, por tu comentario.

Anónimo dijo...

jajajaja me encanta la anecdota del que sabe hablar varios idiomas y se te olvido poner el castellano andaluz porque nosotros tambien tenemos nuestras propias palabras, te acuerdas, chorraera, guarrito, etc jajajajaja
besos charo

MJ dijo...

:-) Sí, Charo. Nosotros también tenemos nuestro propio castellano ;-) Gracias por tus comentarios.

Anónimo dijo...

Esta bacan esta anecdota. :-)

MJ dijo...

Gracias anónimo :-)

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