Italia es uno de los países más bellos del mundo. En nuestro imaginario aparece como un lugar clásico y romántico donde se puede viajar con la pareja o vivir una hermosa historia de amor.
En “Mientras Dormías” Lucy soñaba con viajar a Florencia y Jack le regaló su sueño en forma de bolita de cristal con nieve sobre la cúpula del Duomo. Se casaron y Lucy consiguió un sello en su pasaporte.
En “Solo tú” Faith y Peter se conocen en Italia y ella, con un vestido de novia colgado del brazo, embarca en el último momento en el vuelo de Peter gracias a la amabilidad y el romanticismo del personal del aeropuerto. La película termina con un esperado beso y el aplauso general del pasaje.
En “Bajo el Sol de la Toscana” Frances sufre la decepción de un traumático divorcio y animada por una amiga se va de vacaciones a Italia, pero fascinada por la belleza del lugar decide quedarse a vivir. Frances sueña con que en su nueva casa se celebre una boda y se forme una familia. Sus deseos se convierten en realidad, pero de una forma muy diferente. No será ella la protagonista de esa boda, ni será ella la que forme esa familia.
Me siento un poco identificada con Frances. He viajado a la Toscana y mis sueños románticos de comedia norteamericana se han cumplido, pero no conmigo. No he llorado de emoción ante el Duomo de Florencia (esa cúpula que adoraba Lucy) pero he visto llorar frente a ella; no he tenido ningún romance, pero he visto a los enamorados contemplar el atardecer en el Ponte Vecchio; no he corrido con un vestido de novia en mi equipaje para reunirme con mi Peter en un vuelo de Italia a casa, pero he visto entrar en mi avión a una novia de blanco ante el emocionado aplauso de todos los pasajeros… incluyéndome a mí.
7 comentarios:
Qué bonita entrada, MJ. Es muy emotiva y me ha recordado mi propia emoción viendo otras cosas en otros sitios.
Lamento que esos sueños no se hayan hecho realidad para ti, pero mira, parece ser que sí, que son posibles, así que a lo mejor, en otro momento... Mientras tanto, no dejes de soñar.
Gracias Ángeles. No dejo de soñar. Siempre lo digo, como la letra de una canción: "todo el mundo durmiendo y yo sigo soñando"
¡Qué bonito! Una vez más recordando películas de las que nos encantan.
Es cierto que pasaron todas esas cosas, yo estaba allí.
Eva
¡Qué romámtica eres, MJ.! Yo no he visto todas las películas, claro, pero me da en la nariz que transmiten el mismo mensaje que el "Diario de Bridget Jones", a saber, que una mujer no es nada si no tiene un hombre a su lado, y eso me parece lamentable. No obstante, como te veo tan ilusionada, te digo lo que Ángeles: No dejes de soñar, aunque del sueño al hecho hay mucho trecho...
Eva, gracias por tu comentario.
Sara, siento si en mi entrada da la impresión de que digo eso. Por supuesto no ha sido mi intención. Solo hablo de sueños y de historias románticas que no transmiten ese mensaje, sino el deseo de encontrar el amor y no estar solos en la vida (tanto por parte de la mujer como del hombre).
Pues a mí Italia, y en especial Sicilia, me resultan entrañables desde que sigo las repeticiones periódicas de la serie de El comisario Montalbano en la 2 de TVE, desde hace lo menos 8 años. Me encantan sus paisajes y los personajes, que espero.se den un aire a los habitantes reales.
Ah, y también, por la serie ambientada en Nápoles, " Los bastardos de Pizzifalcone" (o algo así) también en los veranos de la 2.
carlos
Italia es un país precioso. Y, debo decirte, Carlos, que yo también veo algunas veces la serie de El comisario Montalbano, aunque no soy tan fan como tú.
Esta entrada significa mucho para mí. Me alegro de que te haya gustado.
Muchas gracias por tu comentario.
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